La nobleza en el siglo XVIII

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Datos principales


Desarrollo


La distribución geográfica de la nobleza en la España del siglo XVIII era muy desigual. En la cornisa cantábrica, excepción hecha de Galicia, existía de facto una especie de nobleza universal, que en ocasiones alcanzaba a la mitad de la población: en Asturias casi al 35 por ciento, en Guipúzcoa al 42 por ciento y en Vizcaya al 48 por ciento. El porcentaje de nobles descendía conforme se avanzaba hacia el sur. Así, en territorios de León, Burgos, Navarra y Soria, se estima que la nobleza oscilaba entre un 5 y un 10 % de la población. Mucho menor era el peso porcentual de los nobles en zonas como Toro, Valladolid, Palencia, sur de Burgos y Soria, Aragón, Madrid o Murcia. En estos lugares la nobleza significaba entre el 1 y el 5 % de la población. Por último, en el resto de España el porcentaje de nobles hay que situarlo en cantidades menores al 1 %. En términos generales, se puede decir que los grandes títulos, como los Alba, Osuna o Medinaceli, siguieron siendo más de un centenar. Los nobles titulados fueron al final de siglo unos 1.300, gracias a la política de los Borbones de premiar con títulos los servicios prestados a la Monarquía. En última instancia, la cantidad de hidalgos, la escala inferior de la nobleza, pasó de 722.000 a 400.000, al serles exigidas pruebas de hidalguía a quienes decían serlo.

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