La Opera de Sydney
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Datos principales
Desarrollo
Tras obtener el triunfo en un concurso internacional, en 1959 iniciaba el arquitecto danés Jörn Utzon la construcción de su controvertido edificio de la Opera House de Sydney, en Bennelong Point. Los extraordinarios complejos problemas de ingeniería a los que tuvo que hacer frente Utzon provocaron el retraso en la realización del proyecto, que el ingeniero había anunciado finalizar en tres años y con un coste de tres millones de dólares australianos. Sin embargo, el edificio se concluyó quince años después de su inicio, con un coste total de 102 millones de dólares. Utzon había renunciado al proyecto, ya que la calidad del sonido interior del edificio no correspondía a su espectacularidad exterior, finalizando el edificio un equipo de arquitectos australianos bajo la dirección de Peter May. La Opera House fue inaugurada por la reina Isabel II de Inglaterra el 11 de octubre de 1973. Utzon no acudió ni siquiera a la inauguración, ya que cuando abandonó la dirección del proyecto juró que jamás regresaría a la ciudad. El complicado proceso de construcción de la Opera House llegaría incluso a inspirar una ópera, titulada "The Eight Wonder" -la Octava Maravilla-, que se estrenó en 1995. Sobre una gran plataforma que alberga los servicios anexos, se levantan tres espectaculares y singulares cuerpos de formas alabeadas, levantados en forma de nervadura gracias al hormigón prefabricado. Cada uno de los cuerpos se recubre de gres cerámico blanco.
El cuerpo más pequeño del conjunto consta de dos cascarones y está destinado a restaurante. Las salas de espectáculos se encuentran en el interior de los cascarones de hormigón, forma elegida por sus cualidades acústicas. La sala de la Opera tiene una capacidad de 1.500 personas, ubicándose los asientos sobre la plataforma, accediéndose a la sala a través de dicha plataforma para acentuar el efecto de grandiosidad. Bajo el centro del edificio se sitúa un teatro con 550 butacas, a cuyo alrededor encontramos diversos servicios. La sala de conciertos es la parte principal de la Opera. Tiene una capacidad de 2.700 personas, ocupando el cuerpo más grande del edificio, a pesar de que Utzon no lo deseaba así, lo que ha sido interpretado como una "broma" de los arquitectos australianos que acabaron el edificio.
El cuerpo más pequeño del conjunto consta de dos cascarones y está destinado a restaurante. Las salas de espectáculos se encuentran en el interior de los cascarones de hormigón, forma elegida por sus cualidades acústicas. La sala de la Opera tiene una capacidad de 1.500 personas, ubicándose los asientos sobre la plataforma, accediéndose a la sala a través de dicha plataforma para acentuar el efecto de grandiosidad. Bajo el centro del edificio se sitúa un teatro con 550 butacas, a cuyo alrededor encontramos diversos servicios. La sala de conciertos es la parte principal de la Opera. Tiene una capacidad de 2.700 personas, ocupando el cuerpo más grande del edificio, a pesar de que Utzon no lo deseaba así, lo que ha sido interpretado como una "broma" de los arquitectos australianos que acabaron el edificio.