Desarrollo
En los últimos años de la guerra en el Pacífico, quedaba claro que la Flota de la US Navy dominaba los mares, mientras que la Aviación norteamericana bombardeaba sin cesar suelo japonés. Las autoridades niponas adoptaron soluciones de emergencia para intentar, en vano, acabar con el enorme potencial bélico enemigo. Así, en el aire, surgieron los pilotos kamikaze, mientras que, para el mar, se fabricaron embarcaciones suicidas denominadas Shinyo. En total, hasta el final del conflicto, se construyeron cerca de 6.000 unidades, tripuladas por un solo hombre. Llevaban en la proa una carga explosiva que detonaba por contacto con el objetivo.