Desarrollo
Los británicos desarrollaron medios especiales para la lucha submarina, sobre todo para operaciones peligrosas. Junto al torpedo tripulado chariot, el minisubmarino "barco X" fue uno de los medios de combate más utilizados. Tremendamente eficaz, llevaba una carga explosiva repartida en dos cargas externas que se adaptaban al perfil del casco, cada una de ellas de 9 metros de largo y 5,5 toneladas de peso. Podía navegar a 100 metros de profundidad.