Desarrollo
El torpedo alemán T V (G7es), también conocido como Zaunkönig 1, resultó un arma submarina mortífera para los convoyes aliados. Con propulsión eléctrica, este torpedo acústico se guiaba hacia el buque fijado como blanco siguiendo la estela de ruido que expulsaban sus motores. El desarrollo de torpedos acústicos comenzó en la década de los 30, logrando un extraordinario desarrollo con el Zaunkönig 1, más rápido y con una mayor sensibilidad. Sin embargo, tenía algunos puntos débiles, como su deficiente comportamiento en malas condiciones meteorológicas o su detonación, en ocasiones, demasiado lejos o detrás de los buques enemigos. Además, los aliados descubrieron que su capacidad de detección sólo era efectiva si se enfrentaba a buques navegando a una velocidad aproximada de 15 nudos. Así, navegando por encima o por debajo de los 14-16 nudos se podía evitar ser detectado por estos torpedos. Otro sistema defensivo era utilizar un buque de escolta o boyas auxiliares remolcadas para, haciendo gran ruido, atraer la atención de los posibles torpedos lanzados por los submarinos alemanes.