Desarrollo
Cazatanques norteamerico, fue diseñado para integrar las potentes formaciones características de la doctrina del periodo de entreguerras, en las que se primaba la cantidad y la movilidad. En realidad, se trataba de la integración de un potente cañón M 7 en el chasis de un Sherman. Su mayor problema era que, al estar concebido para ser usado en masa, no resultaba útil para combatir en proximidad, por lo que su blindaje resultaba escaso. En total, en apenas cuatro meses, de septiembre a diciembre de 1942, se produjeron cerca de 5.000 unidades. Sin embargo, el cambió de orientación de la estrategia norteamericana en la guerra antitanque hizo que muchos de ellos fueran utilizados como cañones de asalto. Demasiado grande y con un cañón ya superado, a pesar de ello se siguió utilizando hasta el final de la contienda.