Desarrollo
La tellermine, mina circular en forma de plato aplastado, era una mina antitanque magnética que los soldados de la Wehrmacht especializados en la lucha contracarros colocaban manualmente de dos maneras diferentes: podía ser enterrada o bien adosada al tanque enemigo. En el primer caso, la presión ejercida por el tanque al pasar sobre ella accionaba el detonador y provocaba la explosión. En el segundo, los soldados debían dejar que los tanques pasaran a su lado o sobre ellos, enterrados en estrechas trincheras, para colocarlas bajo la superficie del tanque -su parte más vulnerable- o en su lado posterior. En este último caso, un temporizador permitía al soldado disponer de un breve tiempo para retirarse antes de que hiciera explosión. La tapa de la mina llevaba una pequeña parte enroscada para permitir la inserción del detonador, medida de prevención ante una detonación accidental. La tellermine era capaz de dejar fuera de combate a la mayor parte de los carros soviéticos o aliados, siendo una de las armas antitanque más eficaces de la II Guerra Mundial.