Multiplicidad de leyes
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Datos principales
Desarrollo
La necesidad de adaptación ha dado lugar a una multiplicación de leyes, pues la educación ha sido uno de los escenarios en los que más se ha agudizado el debate político e ideológico, hasta el punto de que ninguna ley ha sido aprobada por consenso. En quince años se han aprobado hasta cuatro leyes orgánicas: la LOECE, la LODE, la LOGSE, la LOPEGCED. El primer gobierno democrático, de UCD, promulgó en 1980 la Ley Orgánica por la que se regulaba el Estatuto de Centros Escolares (LOECE). En ella se subrayaba el derecho de los padres a elegir el tipo de educación de sus hijos. La libertad de la enseñanza en España quedaba condicionada a la Ley de Financiación General de la Educación. La oposición de los grupos de izquierda, que la consideraba elitista, cuajó en la sentencia del Tribunal Constitucional que falló en contra de la Ley, por lo que no llegó a entrar en vigor. Dos años más tarde, se produjo la primera alternancia de la democracia, con la llegada al poder del PSOE. El nuevo equipo juzgaba que aquella ley presentaba deficiencias de adaptación al espíritu constitucional y en 1985 promulgó la Ley Orgánica Reguladora del Derecho a la Educación (LODE) que organizaba la educación en centros públicos y centro privados concertados, es decir, gestionados por entes privados pero con financiación pública. Contempló por primera vez la figura del Consejo Escolar, que permitía a profesores, alumnos, padres y PAS participar en la gestión de los centros públicos.
Frente a la relativa vigencia de la Ley General de Educación de 1970 y la modernización de las estructuras organizativas, metodológicas y conceptuales del sistema educativo, la LODE inició una etapa turbulenta en la legislación educativa. Gráfico Sólo habían transcurridos dos años cuando el Gobierno presentó el "Proyecto para la Reforma de la Enseñanza. Propuesta para debate", con objeto de animar una amplia discusión sobre la educación. El estudio se materializó en 1990 con la Ley de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE) a la que se añadió en 1994 las "77 Medidas sobre la Calidad y Mejora de los Centros Educativos", que a su vez fueron recogidas, un año más tarde, en la Ley Orgánica de Participación, Evaluación y Gobierno de los centros docentes (LOPEGCED). La LOGSE trataba de responder a la nueva realidad de la España de las Autonomías. La enseñanza se concebía en función de las capacidades del alumnado y se potenciaba el igualitarismo académico. Derogó la Educación General Básica que funcionaba desde la 1970 y amplió la educación obligatoria hasta los dieciséis años, edad mínima legal de incorporación al trabajo. Garantizaba pues un período formativo común de diez años que abarcaba la educación primaria y secundaria. Reordenó el sistema educativo en Educación Infantil (0 a 6 años), Educación Primaria (6 a 12), Educación Secundaria Obligatoria, (12 a 16 años), Bachillerato (16 a los 18 años).
Se eliminaba el COU y se regulaban los ciclos de grado medio de Formación Profesional que reemplazaban a la antigua FP1. La nueva ley también estableció la reducción de 40 a 25 el número máximo de alumnos por clase y la necesidad de contar con profesores especializados para asignaturas como idioma, música o educación física. También creó un sistema educativo de tres vías: educación pública, educación privada y colegios concertados cuya gestión recaería en una empresa u organización privada pero el gasto de los alumnos correría a cargo del Estado. La LOGSE comenzó a aplicarse en el curso 1992-1993 y en 1994 se publicaron las "77 Medidas sobre la Calidad y Mejora de los Centros Educativos". Estuvo totalmente implantada en el curso 2001-2002. A pesar del aumento de la escolaridad, los resultados comenzaron a ser cuestionados por el incremento del fracaso escolar que rozaba, en los inicios del segundo milenio, el 30% de los alumnos e incluso en algunas comunidades autónomas se situaba alrededor del 35%. Alrededor del año 2000 caía el número de estudiantes a los 17 años, había menos estudiantes en Bachillerato, se presentan menos a la Selectividad y consecuentemente en la Universidad. No llevaba ni dos años completamente implantada en todos los niveles educativos, cuando hubo relevo en el Gobierno de la mano de José María Aznar, del PP. En diciembre de 2002, se aprobó la Ley de Calidad de la Educación (LOCE) que respetaba en lo sustancial la LODE (1985) y la LOGSE (1990).
No entraba a fondo en una reordenación del sistema educativo, sino que establecía reformas en algunos aspectos clave con el objetivo reducir el fracaso escolar, elevar el nivel educativo y estimular el esfuerzo, a través de mayores exigencias académicas. En su intención estaba respaldar el principio de autoridad en los centros docentes y poner coto a la indisciplina que se había propagado en ellos. Toda esta reforma no puede ser valorada ya que no se llegó a aplicar en sus aspectos fundamentales, pues el vuelco electoral a favor de un Gobierno socialista paralizó dos años su puesta en marcha y aprobó en el 2006 la Ley Orgánica de Educación (LOE) por la que fue derogada la LOGSE. La polémica que la ley suscitó, más que por cuestiones pedagógicas, fueron por las ideológicas, pues giró en torno a las asignaturas de religión y educación para la ciudadanía, asuntos en los que no existía consenso en la sociedad.
Frente a la relativa vigencia de la Ley General de Educación de 1970 y la modernización de las estructuras organizativas, metodológicas y conceptuales del sistema educativo, la LODE inició una etapa turbulenta en la legislación educativa. Gráfico Sólo habían transcurridos dos años cuando el Gobierno presentó el "Proyecto para la Reforma de la Enseñanza. Propuesta para debate", con objeto de animar una amplia discusión sobre la educación. El estudio se materializó en 1990 con la Ley de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE) a la que se añadió en 1994 las "77 Medidas sobre la Calidad y Mejora de los Centros Educativos", que a su vez fueron recogidas, un año más tarde, en la Ley Orgánica de Participación, Evaluación y Gobierno de los centros docentes (LOPEGCED). La LOGSE trataba de responder a la nueva realidad de la España de las Autonomías. La enseñanza se concebía en función de las capacidades del alumnado y se potenciaba el igualitarismo académico. Derogó la Educación General Básica que funcionaba desde la 1970 y amplió la educación obligatoria hasta los dieciséis años, edad mínima legal de incorporación al trabajo. Garantizaba pues un período formativo común de diez años que abarcaba la educación primaria y secundaria. Reordenó el sistema educativo en Educación Infantil (0 a 6 años), Educación Primaria (6 a 12), Educación Secundaria Obligatoria, (12 a 16 años), Bachillerato (16 a los 18 años).
Se eliminaba el COU y se regulaban los ciclos de grado medio de Formación Profesional que reemplazaban a la antigua FP1. La nueva ley también estableció la reducción de 40 a 25 el número máximo de alumnos por clase y la necesidad de contar con profesores especializados para asignaturas como idioma, música o educación física. También creó un sistema educativo de tres vías: educación pública, educación privada y colegios concertados cuya gestión recaería en una empresa u organización privada pero el gasto de los alumnos correría a cargo del Estado. La LOGSE comenzó a aplicarse en el curso 1992-1993 y en 1994 se publicaron las "77 Medidas sobre la Calidad y Mejora de los Centros Educativos". Estuvo totalmente implantada en el curso 2001-2002. A pesar del aumento de la escolaridad, los resultados comenzaron a ser cuestionados por el incremento del fracaso escolar que rozaba, en los inicios del segundo milenio, el 30% de los alumnos e incluso en algunas comunidades autónomas se situaba alrededor del 35%. Alrededor del año 2000 caía el número de estudiantes a los 17 años, había menos estudiantes en Bachillerato, se presentan menos a la Selectividad y consecuentemente en la Universidad. No llevaba ni dos años completamente implantada en todos los niveles educativos, cuando hubo relevo en el Gobierno de la mano de José María Aznar, del PP. En diciembre de 2002, se aprobó la Ley de Calidad de la Educación (LOCE) que respetaba en lo sustancial la LODE (1985) y la LOGSE (1990).
No entraba a fondo en una reordenación del sistema educativo, sino que establecía reformas en algunos aspectos clave con el objetivo reducir el fracaso escolar, elevar el nivel educativo y estimular el esfuerzo, a través de mayores exigencias académicas. En su intención estaba respaldar el principio de autoridad en los centros docentes y poner coto a la indisciplina que se había propagado en ellos. Toda esta reforma no puede ser valorada ya que no se llegó a aplicar en sus aspectos fundamentales, pues el vuelco electoral a favor de un Gobierno socialista paralizó dos años su puesta en marcha y aprobó en el 2006 la Ley Orgánica de Educación (LOE) por la que fue derogada la LOGSE. La polémica que la ley suscitó, más que por cuestiones pedagógicas, fueron por las ideológicas, pues giró en torno a las asignaturas de religión y educación para la ciudadanía, asuntos en los que no existía consenso en la sociedad.