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Datos principales


Desarrollo


El desfase entre la legislación y la realidad social referida a las mujeres se acusó de manera especial desde comienzos de la década de los cincuenta, con los cambios sociopolíticos y económicos que se experimentaron en España: cambios que favorecieron la aparición de las primeras voces, al principio aisladas, a favor de una reforma de la legislación vigente para las mujeres (Ruiz Francos 2008: 50). Una de las primeras mujeres que se hizo oír fue las abogada y escritora Mercedes Formica, que aceptó el ofrecimiento de Javier Conde de trabajar en el Instituto de Estudios Políticos, del que era director. Mercedes Formica había sido la primera alumna de la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla. Vio interrumpidos sus estudios por la Guerra Civil. Durante la Guerra militó en la recién creada Falange Española, donde llegó a ocupar cargos de responsabilidad, como el de Delgada Nacional del SEU (Sindicato Español Universitario), y por tanto miembro de la Junta Política de Falange. Se licenció en Derecho en Madrid y comenzó sus deseos de opositar a la carrera diplomática al estar establecido el requisito "ser varón". En 1950 escribió una reseña para la Revista de Estudios Políticos, del libro de Simone Beauvoir, que no fue editado en al España franquista, El segundo sexo. Trasladaba la problemática de la mujer a la situación jurídica y social de las mujeres españolas de la época. En 1951, auspiciado por la Sección Femenina en colaboración con el Instituto de Cultura Hispánica, se celebró en Madrid el I Congreso Femenino Hispanoamericano Filipino, al que acudieron más de doscientas mujeres hispánicas de veintidós países.

El Congreso nació bajo un prisma conservador, de clara supeditación del sexo femenino al masculino. Se crearon cinco comisiones que abordaron temas específicos y de actualidad sobre las mujeres en distintos ámbitos, tanto de la esfera pública como privada. Destacamos las ponencias de Mercedes del Amo, "La mujer y las profesiones intelectuales"; de Mónica Plaza del Prado, "La mujer en las profesiones"; de María Concepción Sierra Ordóñez, "El derecho de trabajo y la mujer"; y de Gloria Navas de la Rosa, "Situación jurídica de la mujer dentro de la familia". En 1952 se celebró en Madrid el I Congreso Nacional de Justicia y Derecho, en el que, entre otros aspectos se trató "La situación jurídica de la mujer en la familia y en determinados aspectos del Derecho privado". Las conclusiones del Congreso, presidido por el padre Honorio Alonso Alija y Pilar Primo de Rivera, y con participación de dos mujeres del Colegio de Abogados de Madrid y miembros de la Sección Femenina, Amparo Nieto García y Gloria González Alas, así como de Belarmino Alonso Alija, se centraron fundamentalmente en el régimen económico matrimonial, en aspectos relacionados con los procesos de separación. En el tema "Incorporación de la mujer letrado a las funciones político-jurídicas" se abordo la desigualitaria situación de las mujeres en el Derecho Público. En conjunto, si bien se planteaba una aparente igualdad, el afán de proteccionismo hacia las mujeres entorpecía cualquier intento de igualar jurídicamente los sexos.

Ese mismo año de 1952, Mercedes Formica comenzó a colaborar en el diario ABC. El 7 de noviembre publicó "El domicilio conyugal" (7-XI-1953), un artículo donde comentaba el suceso ocurrido días atrás a una mujer casada que había solicitado sus servicios como abogada. La mujer, casada y con cinco hijos, había sido sometida repetidas veces a malos tratos por su marido, quien en su última agresión le había asestado once puñaladas. El artículo ponía el dedo en la llaga, cuestionando algunos artículos del Código Civil (CC) vigente, y ahondando en las razones legales que impedían la separación. El tema central del a artículo giraba en torno a la difícil situación en que se encontraban las mujeres al iniciar los trámites de separación, principalmente en los aspectos jurídicos y económicos (Ruiz Francos 2008: 59). Además de la reforma, Mercedes Formica señalaba a necesidad de dotar a los jueces mayores atribuciones para conceder "el domicilio conyugal" y no "la casa del marido" como establecía la Ley, al cónyuge inocente y no siempre al marido, bien fuese culpable o inocente. Al problema se sumaba la escasez de vivienda por aquellos años y la falta de independencia económica de la mujer. El artículo tuvo amplia resonancia en la prensa nacional e internacional, en los círculos culturales y académicos del momento. El entonces director de ABC, Luis Calvo, aprovechó la importancia del tema para realizar una encuesta entre destacados juristas del momento sobre una posible reforma de determinados artículos de la legislación vigente.

El periódico apoyó toda la campaña, convirtiéndose en la Tribuna tanto de los defensores como de los detractores de una posible reforma legislativa, en un momento en que la prensa y la radio eran los medios de comunicación más extendidos y asequibles del ciudadano de a pie. A esta valoración de al incidencia de la campaña se suma que el periódico tenía tirada diaria, la más alta entre los periódicos de difusión nacional de la época. Tras la publicación del pionero artículo, el mencionado diario publicó otros artículos y grandes titulares: "El domicilio conyugal no es " (ABC, 18-XI-1953, p. 15); "Las limitaciones a la capacidad jurídica de la mujer", (ABC, 20-XI-1953, p.15); "Inferioridad jurídica de la mujer" (ABC, 22-XI-1953, p. 48); "La capacidad jurídica de la mujer. ABC abre una encuesta en torno a la reforma de la legislación actual" (ABC, 26-XI-1953, p. 23); "La capacidad jurídica de la mujer" (ABC, 28-XI-1953, p. 21); "Encuesta de ABC en torno a la capacidad jurídica de la mujer" (ABC, 29-XI-1953, p. 49); "Capacidad jurídica de la mujer" (ABC, 1-XII-1953, p. 49); "Los derechos de la mujer en la legislación española" (ABC, 2-XII-1953, pp. 41-42); "La capacidad jurídica de la mujer" (ABC, 4-XII-1953, p. 37); "El derecho positivo español en relación con la mujer" (ABC, 5-XII-1953, p. 27); "Los derechos de la mujer en la legislación española" (ABC, 10-XII-1953, p. 35); "Las limitaciones a la capacidad jurídica de la mujer" (ABC, 12-XII-1953, p.

23); y Josefina Carabias, "Después de la encuesta en ABC en torno a los derechos jurídicos de la mujer" (ABC, 12-I-1954, p. 15); Mercedes Formica, "Acerca del estado jurídico de la mujer española. Los verdaderos límites de la cuestión: Defensa del cónyuge inocente" (ABC, 14-I-1954, pp. 25-26); Carmen Llorca, "La mujer" (ABC, 31-III-1954, p. 9); Elena de Zayas, "La situación jurídica de la mujer española. . Interesante carta de una zaragozana y antifeminista" (ABC, 8-IV-1954, p. 17). La campaña tuvo una pausa y se reinició con menor intensidad a partir de 1956: "Se estudia la reforma del Código Civil en los aspectos que afectan a la capacidad jurídica de la mujer" (ABC, 1-I-1956, p. 71). Tras la publicación de de "Los derechos de la mujer casada" (ABC, 26-VII-1956, p. 18), basado en otro suceso judicial real sobre la demanda de un marido en trámites de separación, que solicitaba el depósito de su esposa fuera del domicilio de ambos, siguió la campaña en la prensa. La perjudicada, "M. R.", alegaba que el domicilio era suyo ya antes de casarse, etc. El juez resolvió a favor de la mujer, con lo que esta pudo quedarse en el domicilio reclamado. Mercedes Formica denunció de nuevo la legislación vigente referida a las mujeres: "Los derechos de la mujer casada. A la señora D?. Emilia Cabello y Rodrigo" -otra de las mujeres que había sufrido penosas injusticias- (ABC, 27-VII-1956, p. 22); "Los derechos de la mujer casada.

Carta abierta a una mujer casada" (ABC, 28-VII-1956, p. 25); "Los derechos de la mujer casada" (ABC, 29-VII-1956, p. 55); "Los derechos de la mujer" (ABC, 8-VIII-1956, p. 22); "Importantes modificaciones de los Códigos Penal y Civil y de la Ley de Enjuiciamiento Civil" (ABC, 24-VIII-1957, pp. 23-24); "El Código Civil", (ABC, 7-VIII-1957, p. 23) y "Carta abierta a una mujer" (ABC, 15-V-1958, pp. 43-44). Gráfico Persiguiendo una reforma legal, Mercedes Fórmica había pronunciado conferencias y escrito artículos; había sido recibida por Franco, e incluso el presidente del Tribunal Supremo, José Castán Tobeñas, se había hecho eco de sus reclamaciones en la apertura del año judicial de 1954. Cinco años después del comienzo de la campaña, logró finalmente una modificación del Código Civil.

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