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Datos principales


Desarrollo


Las mujeres negras, esclavas o libres, no podían portar oro, perlas, vestidos de seda y mantos, pero tales disposiciones fueron con frecuencia incumplidas, como reflejan los relatos de viajeros de la época. Entre los grupos raciales surgió una moda mestiza, entendida como las múltiples combinaciones de distintas influencias, cuyo resultado fue la creación de trajes originales. Los sectores populares tendían a imitar a las élites, pero en la medida de sus posibilidades económicas y sus propios gustos. Las distintas castas se influyeron mutuamente (como por ejemplo el uso extendido de las sayas de embrocar de negras y mulatas). Hubo una difusión en sentido horizontal. Incluso hubo prendas como el rebozo, de origen mestizo, que llegó hasta los círculos sociales más altos, lo cual demuestra que también se produjo una difusión, aunque en menor medida, de abajo arriba. Las negras y mulatas, aunque por lo general vestían como las mestizas, lucían detalles que las distinguían y las hacían seductoras y elegantes. Podían llevar ceñidores bordados de perlas y piedras preciosas, mangas con ricos bordados de sedas de colores o de seda de oro y plata, así como zapatillas con tachuelas de plata. En el siglo XVIII se añadió la saya de embrocar (especie de falda, en cuya abertura se metía la cabeza), prenda que, aunque la usaban los distintos grupos, fu típica de las negras y mulatas. También llevaban rebozo; encima de él, un mantón, y sobre la cabeza colocaban una cofia de colores. Gráfico

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