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Datos principales


Desarrollo


Capítulo 46 Trata en este capítulo lo que le aconteçió el biexo de los agüeros con el rrey Moquihuix; y los tlatelulcanos rresultos a desbaratar a Tenuchtitlan; y como los tlatelulcanos fueron muertos y bençidos por los tenuchcas Acabado esto por el biexo de los tres agüeros, se lebantó y no quiso comer y fuese luego al palaçio del rrey Moquihuix, díxole: "Señor y rrey mío", e contóle por estenso como él abía conprado unos páxaros açiçicuilotes para comer y puestos a heruer una olla con chile y, "estando yo junto a la lumbre y mi perrillo tanbién junto a mí, dixo el perrillo: "Agüelo, ¿si es nro agüero lo de estos açiçicuilotes?, porque están biuos y están hablando la olla". Y leuantéme luego y dixe al perrillo: "¿Y bos no sois agüero endemoniado?", y dile un golpe lo maté. Y acabado de matar, tenía un huexolote (gallo grande), díxome: "Señor, no sobre mí este enojo". Y arrebatéle y torçíle luego la cabeça, y trayéndolo a la cozina para pelarlo, dixo una máscara o carátula con figura de biexo, díxome: "Pues ¿qué es lo que se puede dezir ni tratar?".Rrespondíle: "Torná a dezir eso". Y luego lo arrebaté y lo hize pedaços. Y con este enojo y espanto ante bos amonestároslo e benido. Mirá, señor, qué casos son estos tan temerosos y espantosos agüeros no creederos, y más lo de la máxcara, que segundo otra bez, quando le dixe yo: "Torná a decir eso", díxome: "Por eso es bien no dezir nada"". Rrespondió el rrey, díxole: "Bos, don biexo, ¿si estáis borracho? ¿Qué es lo que bos dezís de estas cosas, si para bos propio fue estos agüeros y no para mí ni para toda nra corte de Tlatelulco?" E luego otro día hizo Moquihuix un solene maaçehualiztli, areito grade con teponaztle, tlalpanhuehuetl, mucha plumería, y conbidó a comer a todos los prençipales tlatelulcanos a comer, y fueron conbidados a comer los de Azcapuçalco y Guatitlan y los de Tenayuca, y les dio a todos, en lugar de rropas, rrodelas y espadartes y dibisas y baras arrojadizas tostadas (tlatzontectli)".

Con estas armas baylauan todos y a todos dio de comer hongos (nanacatl teyhuinti), que enbriagan, y començaron en un canto y luego començaron como borrachos en otro canto, y en medio 57r y en medio de ellos estaua la música, y los que estauan en el un lado cantauan un canto y los del otro lado cantauan otro diferente y los que tocauan la música otro canto y los que andauan a la rredonda otro género de canto diferente, de manera todo andaua borracho, que fue agüero para ellos. Y con esto se començó luego el apellido de la guerra. Le dixo a su rrey darmas y muñidor, Teconal, díxole a Moquihuix, rrrey: "Agora es tiempo todas las armas nesçesarias están juntas, que cosa no falta de baras tostadas arroxadizas, espadartes, rrodelas, deuisas, cueros de animales, tigueres, leones, águilas, gente a punto, orgullosos, deseosos de destruir y matar. Y bayan luego a ber y mirar en nra rraya y término, en Copolco (adonde es agora Santa María la Rredonda)". Y para aber de començar la guerra començaron el juego de pelota de nalgas, llaman "olamalo yn itech tlachco", que es dezir que ganaron en el juego al rrey Axayaca. Y así, ni más ni menos, jugauan delante del rrey Axayaca su tlachco. Y los tlatelulcanos que abían benido a mirar con disfrás, luego bolaron a dar mandato a Moquihuix de lo que abía y pasaua en Tenuchtitlan. Dixo luego Moquihuix: "Bayan dos con armas a beer en el lugar llaman Copolco". Y sentáronse el uno enfrente del otro distinto con un tiro de piedra y dende a un rrato biaron a otros dos armados con diuisas.

Y díxole el Moquihuix a Teconal, su prençipal: "Hazé llamar luego bengan aquí todos biexos y biexas y moços, muchachos, por todos los barones an de benir, todos de por sí, para la guerra". Dixo a los biexos y a las mugeres y niños: "Mirá que no os mudéis de esta casa y palaçio de tecpan, que ya es ora de entrar con armas contra los de Tenuchtitlan, nros enemigos, y agora abemos de beer quáles son los hombres se llaman e yntitulan, nosotros los tlatelulcas o los de Tenuchtitlan. Por eso, no os quitéis de aquí de este palaçio hasta que beáis yr de bençida a los mexicanos y començando a traer maniatados los esclauos mexicanos y que ban muriendo de mucha priesa. tonçes saldréis de aquí y beréis la señal si coxemos a Huitzilopochtli y le pegamos fuego su casa, tonçes beréis ya estáis bosotros muy seguros de nra buena bitoria. Començaréis luego todas las mugeres a seguirnos a traer cargadas de hueypiles, naguas, cacao, mantas, oro, piedras preçiosas y plumería y todas las demás mantenimientos del sustento humano, tecomates, xícaras, metates, ollas, cántaros y todas las demás cosas. Y mirá no os paréis una sola parte, sino rrobando y saliendo a fuera". Rrespondieron las mugeres, dixeron: "Muchas merçedes, señor, por la mucha y gran merçed que nos dais". Y con esto luego se ponen en conçierto para acometer, que casi toda la noche se pusieron en ordenança. Y luego se armaron Moquihuix y Teconal y dixeron los dos: "Miremos que entre nosotros dos emos de prender al rrey Axayaca y no bargante a él, sino a sus mayores y señores, Tlacateccatl y Tlacochcalcatl 57v e a Cuauhnochtli, Tlilancalcatl, con todos los demás prençipales.

Traellos emos maniatados y traellos a nro pueblo, y a los demás maçehuales, a todos matallos, que no quede nenguno de ellos". Díxole el rrey: "Sea mucho de norabuena, Huitznahuatl, así lo aremos. Y abéis de saber los mexicanos de Tenuchtitlan están con mucho sosiego y con mucha guarda de su pueblo y personas, porque están en guardas, todas las calles y callexones tienen sus espías y, más apartados, sus escuchas, con bigilançia y cuidado, porque no muestran, no asoman sus armas y dibisas sino muy secretos". Y el Cihuacoatl Tlacaeleltzin dando balerso ánimo al rrey Axayaca, mançebo de diez y ocho a beinte años, diziéndole: "Baleroso joben, no temáis ni os rreçeléis de cosa biéredes ni oyéredes por muy grande bozería que oygáis, sino acerto con buestra buena esperanza y bençimiento, sera así como os lo digo. Estaos muy con sosiego que si como estoi tan biexo fuera mançebo, yo abía de ser el primero en el acometer a los enemigos por muchos fueran, que ya mi tiempo se pasó y mi fama queda estendida en la rredondez deste ymperio mexicano, de los pueblos que ganamos y conquistamos y están suxetas a buestra rreal corona. Y así, con esto, hijo y señor mío Axayaca, mirá que os encargo el serbiçio y onrra del tetzahuitl Huitzilopochtli, y a los biexos, biexas y niños de poca hedad y criaturas. Y si es nesçesario bos morir por uro pueblo, bien es que muráis, pues, emfín, tarde que temprano abéis de benir a morir.

Si no oy lo que sobre este caso binieron a morir uros antepasados, señores y balerosos capitanes que por esta patria murieron y fenesçieron en batallas crudas, quedando sus cuerpos hechos pedaços la guerra, como buenos y balerosos soldados, otros presos, sacrificados a los dioses de los enemigos, los quales jamás se olbidarán sus onrras y famas en el estado que llegaron hasta la fin de sus días. ¿Ya no murió Huitzilihuitl? ¿Ya no murió tanbién Tlacahuepan y Cuatlecoatl y Chahuacuauh y Quetzalcuauh? ¿Sus muertes no fueron causa de los pueblos que agora señoreamos? Pues tened firme fee y confiança en tetzahuitl, el abusión de Huitzilopochtli, y aperçibí con cuidado a los tlamacazque (saçerdotes) en el golpear, quando comiençen el alarido de la guerra comiençen ellos luego a golpear y luego junto toquen el teponaztli con conçierto los biexos y los tiacahuan, cuacuachictin y los otomis y tequihuaques conquistadores, y tomen los capitanes luego sus armas, Tlacateecatl, Tlacochcalcatl, Ticocyahuacatl, Tlilancalqui, Cuauhnochtli, Acolnahuacatl y Ezhuahuacatl, Tocuiltecatl, Tezcacoacatl, Huitznahuatlailotlac balerosamente se esfuerçen, que cada uno de estos se bayan de por sí dando ánimo a los soldados y pelear por sí cada uno para se bean sus hazañas y balentías tre los enemigos y por ellos cobren los demás mucho ánimo y osadía de acometer y bençer. Y esto es, hijo y señor, lo que más os encargo 58r hagáis con mucho ánimo y baleroso esfuerço".

Y con esto, le rrindió las gracias, que luego yba a poner cobro lo que más ymportaua tocante a esta guerra y a "beer a buestros hijos, los balerosos mexicanos, y rreencargalles el mando buestro". Y así, luego el rrey Axayaca, despedido de Çiguacoatl Tlacaeleltzin, hizo llamar luego a todos los prençipales capitanes, díxoles: "Señores, balerosos mexicanos, rruégaos el biexo uro padre y mío, Tlailotlac Çiguacoatl Tlacaeleltzin, que no dexéis escuresçer buestra fama y nombradía de tales balerosos hombres como sois y miréis y defendáis ura patria y nasçión, buestra rrepública mexicana; que miréis que adonde abéis de conbatir que es no muy lexos, ni abéis de pasar bados ni puentes ni rríos ni montes ni hondas cabas ni albarradas, llano y çerca está Tlatelulco y muy çerca de este rreyno, que no ay cuarto de legua, que os consta a bosotros de ello, que no es como en las conquistas de pueblos que abéis bosotros hecho, sino más llano que esta rreal plaça. Y los balerosos, como agora sois aquí, cada uno tome su delantera, apartados los unos de los otros, y bais dando baleroso ánimo a los mançebos jóuenes. Y así, luego, sonando sonó la bozina, luego se juntaron todo el exérçito mexicano y puestos en conçierto y orden, por sus rringleras, cada escuadrón su capitán, tremetidos los cuachicme y otomi y conquistadores tequihuaque. E mandó Axayaca: "Porque no seamos rretados de traidores o que descuidados o durmiendo los coximos, baya un mensajero a darle abiso al Moquihuix y que luego le enplumen y le den su rrodela y espadarte, y baya con esta baxada el prençipal Tecuepo". Y así, fue y acabado de emplumar al Moquihuix y dádole su rrodela y espadarte, le significó la baxada. Rrespondió Moquihuix, dixo: "Ya el propósito y conjuraçión de los tlatelulcanos es hecho, no se puede quitar ni apartar. Y dezid, mensajero, qué bistes a la benida para acá". Dixo Tecuepo: "Bide mucha gente armada muy a punto de guerra ura". Y dixo Moquihuix: "Pues bolueos con esa mesma rresoluçión Axayaca y a los suyos". Con esto se çerró la plática, para luego otro día de gran mañana acometer el un campo mexicano y tlatelulcano.

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