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Datos principales
Desarrollo
Capítulo 14 Trata en este capítulo los de Cuyuacan bían mensajeros a Culhuacan, Cuitlahuac, Xochimilco, Chalco, Tezcuco a que hagan gente de guerra contra mexicanos Con esta rresoluçión de biar mensajeros a todos los pueblos comarcanos de Culhuacan, Xuchimilco, Cuitlahuac, Chalco y tezcucanos para que tendido los mexicanos benedizos se entraron sus tierras de los tepanecas y señoreáronla forçiblemente y la tienem poblada y se ban cada día sanchando y creçiendo y, sobre todo, aber tomado por fuerça de armas el pueblo de Azcapuçalco, e los tienen y tratan como esclauos y basallos, y tomádoles sus tierras y rrepartídolas tre todos ellos. Fue el mensajero Çacangatl teuctli y Tepanecatl teuctli, los quales, con esta baxada oyda y tendida, el señor de Culhuacan Xilomantzin rrespondió: "Somos nosotros contentos de ello, porque con ese propio rreçelo estamos. Yd con esta mesma baxada a Suchimilco y mirá lo que rresponde". Y llegados a Suchimilco, explicaron su baxada al rrey Tepanquizqui. Rrespondió le plazía a él y a todos sus basallos, y se biniesen y juntasen todos en Chalco en casa del rrey Cacamatl. Con esta rresoluçión boluieron a Cuyuacan a Maxtlaton y de allí se boluieron y fueron a Cuitlahuac, al rrey Tzompanteuctli. Explicado su baxada, dixo: "¿Qué determinan los prençipales de Cuyuacan y Suchimilco?" Dixeron: "Todos están conformes y hecho conçierto se han de beer y hablar juntos en Chalco para traça y orden, en la casa del señor de Chalco, Cacamatzin teuctli.
E dixo fuese norabuena, que apremiasen a ello al señor de Mizquic, Quetzaltototzin. Llegados a él, cuéntanle el rrueco de los tepanecas y los que están preuenidos para la destruiçión de los mexicanos, abiéndole asimismo propuesto la breuedad con que abían destruido y abasallado a los de Azcapuçalco y tomado forçiblemente sus tierras y rrepartido tre ellos. Rrespondió Quetzaltototzin: "Lo propio digo, tanbién deçiendo de toltecas sotiles y ardides; que también digo que primero beré uras fuerças y sotilezas antes que yo. Y agora digo que no estoy en ello, ni tampoco quiero ni es mi boluntad. Y bolueos con esta rresoluçión a los tepanecas cuyuaques, que muy bien estoy solo y quieto sin ofender a quien no me a hecho ni haze agrabio. Con esta rrespuesta bolueos luego a ellos y no boluáis más acá". Bueluen otra bez a Culhuacan los mensajeros y tornan a ynterponer su baxada, siendo ya otro señor y otro gouernador Neçahualcoyotl, 15r ansí llamado. E ydo la enbaxada, dixo: "Oydme bos, Çacangatl. Mensajero soys y sois biado de los tepanecas de Cuyuacan. Abéis de sauer que los mexicanos tanbién son biados y traídos allí por su dios, abusión, Huitzilopochtli, el qual es rrezio y poderoso. Mirá bosotros agora lo que pretendéis hazer y la junta hazéis, y mira como os susçederá, por os desengaño, como astuto las artes de la mágica e yngromançia, beo lo contrario contra bosotros. Por eso, yd y dezildes a los señores de Cuyuacan que yo me estoy muy bien quedo mi tierra, gente y basallos; que pues tan de propósito estáis todos de hazer junta en Chalco con el señor de ellos, Cacamatl teuctli, hagan lo que quisieren.
Si pudieren destruir a los mexicanos, no tengan ellos quexa de mí ni de nadie, pues de su boluntad quieren hazer lo que quieren". Y esto dixo y se boluieron. Y los mexicanos no sabían cosa nenguna de lo que contra ellos se trataua. Y estubieron los de Culhuacan y su rrey como abisados, porque este Neçahualcoyotl era grande yngromántico y sabía lo que adelante sería. Los mensajeros fueron su biaxe a Chalco en casa de Cacamatl teuctli y, explicádoles labaxada de los de Cuyuacan y por su rrey Maxtlaton e como su pueblo y casa se abía de hazer el conçierto para esta guerra contra los mexicanos e que para ello estubiesen aperçebidos, abiendo dicho su oraçion con muchos rruegos y la boluntad determinada de los señores y pueblos que de ello son contentos, rrespondieron los chalcas: "Sea norabuena. Quiero dar abiso a todos los chalcas de esto. Descansá un poco mientras lo tratamos acá nosotros". Esto dixo el un señor de ellos llamado Cuateutl, q era de la parte de Çihuatecpan, y otro señor era llamado Tonteoçiuhteuctli, señor de la parte de Amaquemecan. Abiendo oydo esto los chalcas, dixeron a los mensajeros: "Sea norabuena ura enbaxada. A nosotros nos plaze de esa destruiçión de los maluados mexicanos tiranos. Aquí les aguardamos, señores Çacangatl teuctli, aquí les aguardamos. Bolueos con esto". Llegados los mensajeros a Cuyuacan, explican la baxada traían a Maxtlaton y a todos los tepanecas cuyuaques: "Y en dos partes y pueblos no quisieron oyrnos nras baxadas uras, son Mizquic y Aculhuacam, y los que más de propósito están son los chalcas".
Dixo Maxtlaton: "Sea norabuena, padres míos. Yd y descansá del cansançio y trabaxo y aperçebíos todos para cuando bamos a Chalco". Dende a diez días se fueron jumtando de camino todos los señores, prebenidos a la guerra y destruiçión de los mexicanos. Llegados a Chalco se fueron aposentar en casa del señor Cacamatl teuctli, que ya allí estauan el otro señor Cuateotl y Tonteoçiuhteuctli aguardando a los contenidos señores comarcanos. Después de se aber los unos a los otros saludado con las cortesías y palabras antiguas, propusieron luego los dos prençipales chalcas, dixeron: "¿Qué es lo que queréis bosotros todos hagamos?" Y explicado muy paçífica y rretórica 15v mente su pretençión y bolumtad de destruir a los mexicanos rresolutamente, que de ellos nenguna memoria quedase, y librar de suxeçión y cautiberio a los naturales de Azcapuçalco, pues eran todos unos y hermanos. Abiendo oydo teramente toda la plática ynterpuesta, los prençipales tepanecas y los demás, dixeron los chalcas rreyes Cam?tl, Cuateyollo, por todos los demás chalcas: "¿Qué queréis proponer, señores, hazer? ¿Por bentura abéis bien bisto lo que pretendéis hazer? ¿Queréis poner a rriesgo y serbidumbre y de muertes a tanta multitud de gentes miserables, uros basallos, sin culpa alguna an de morir y ser esclauos de los mexicanos balerosos? ¿Nos dan lástima los biexos, biexas, mugeres, niños, niñas de tierna hedad? Dezimos que el que eso pretende sea solo y por sí su culpa y rriezgo, y no se quexen de los otros ni de nosotros tanpoco.
¿Quál de bosotros se a abasallar por esta ocasión a los mexicanos y dalles cargos y trauajos como tales basallos y aun esclauos? Séalo el que quisiere, que, rresolutamente, nosotros no queremos lo tal proçeda, ser cautibos de nadie, en espeçial mexicanos balerosos y su dios, el mayor y más fuerte de los dioses. Esto dezimos los chalcas todos: no queremos hazerlo". Bisto esto, los naturales y señores de Culhuacan lo propio propusieron, no querer consentir en ello y, por lo consiguiente, los de Suchimilco, y lo propio tornaron a dezir los de Cuitlhuac; ya todos estos pueblo dixeron a los de Cuyuacan no querer yr contra los mexicanos ni ayudar a los tepanecas, comienço de querer abasallar a los mexicanos balerosos por fuerça.
E dixo
Si pudieren destruir a los mexicanos, no tengan ellos quexa de mí ni de nadie, pues de su boluntad quieren hazer lo que quieren". Y esto dixo y se boluieron. Y los mexicanos no sabían cosa nenguna de lo que contra ellos se trataua. Y estubieron los de Culhuacan y su rrey como abisados, porque este Neçahualcoyotl era grande yngromántico y sabía lo que adelante sería. Los mensajeros fueron su biaxe a Chalco en casa de Cacamatl teuctli y, explicádoles la
Dixo Maxtlaton: "Sea norabuena, padres míos. Yd y descansá del cansançio y trabaxo y aperçebíos todos para cuando bamos a Chalco". Dende a diez días se fueron jumtando de camino todos los señores, prebenidos a la guerra y destruiçión de los mexicanos. Llegados a Chalco se fueron aposentar en casa del señor Cacamatl teuctli, que ya allí estauan el otro señor Cuateotl y Tonteoçiuhteuctli aguardando a los contenidos señores comarcanos. Después de se aber los unos a los otros saludado con las cortesías y palabras antiguas, propusieron luego los dos prençipales chalcas, dixeron: "¿Qué es lo que queréis bosotros todos
¿Quál de bosotros se a abasallar por esta ocasión a los mexicanos y dalles cargos y trauajos como tales basallos y aun esclauos? Séalo el que quisiere, que, rresolutamente, nosotros no queremos lo tal proçeda, ser cautibos de nadie, en espeçial mexicanos balerosos y su dios, el mayor y más fuerte de los dioses. Esto dezimos los chalcas todos: no queremos hazerlo". Bisto esto, los naturales y señores de Culhuacan lo propio propusieron, no querer consentir en ello y, por lo consiguiente, los de Suchimilco, y lo propio tornaron a dezir los de Cuitlhuac; ya todos estos pueblo dixeron a los de Cuyuacan no querer yr contra los mexicanos ni ayudar a los tepanecas, comienço de querer abasallar a los mexicanos balerosos por fuerça.