Capítulo veinte y cuatro
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Capítulo veinte y cuatro De los que venden gallinas, huevos, medicinas El que trata en huevos suele criar gallinas que ponen huevos. Con éstos vende también los huevos de patos y de codornizes, buenos y recientes, y de ellos unas vezes haze tortillas y otras vezes algún guisado de caçuela. El que es mal tratante en esto engaña vendiendo huevos pudridos y huevos de ánades y cuervos o auras, y de otras aves cuyos huevos no se comen. El que trata en vender gallinas también cría las aves, y a las vezes cómpralas de otros para tornallas a vender, ora sean de la tierra, ora de Castilla, gordas, tiernas, nuevas, o pollos o gallos que tienen papada. El que es mal tratante en esto vende gallinas viejas, duras, flacas, enfermas, que tienen pepita, mortecinas y hediondas. El oficial de las navajas de la tierra sácalas de piedra negra con un instrumento de palo, estribando con los pies y con las manos, y cada vez haze saltar una navaja de la misma piedra. Y las navajas que ansí saca, unas son para rapar la cabeça y otras para otras cosas, unas salen de la superficie y otras tienen caço, y otras son de dos filos, y otras para raer los meollos de maguey para que manen. Y algunas de estás navajas son blancas y otras jaspeadas, y otras amarillas, y otras comunes, que son buenas para raer las sedas o cerdas de puerco, cuando los matan después de chamuscados. El que trata en cosas de medicina conoce las yervas, raízes, árboles, piedras, y el axenxo de la tierra, y todas las cosas medicinales que sean raízes, que sean yervas, como son las que van aquí nombradas: memeyátloti, tlacuacuitlapilli, cuicuitiapile, etc.
, de las cuales se trata en el Libro Onzeno. De cada género de éstas por sí pónelas aparte en algún petate en el tiánquez para venderlas. El que es oficial de hazer esteras tiene muchas juncias o hojas de palma de que haze los petates. Y para hazellos, primero estiende los juncos en algún lugar llano para asolearlos, y escoge los mejores, y pónelos en concierto. Y de los petates que venden, unos son lisos, pintados, y otros son de hojas de palma; de éstas también se hazen unos cestos que se llaman çoyatompiatli, que son como espuertas. Vende también unas esteras de juncias gruesas y largas. Unos de estos petates son bastos y ruines, y otros lindos y escogidos entre los demás. De los petates unos son largos y anchos, y otros cuadrados, otros largos y angostos, otros pintados. Haze también y vende unos asientos con espaldar, y otros para sentarse que son cuadrados, y otras para cabeceras que son cuadrados y largos, unos pintados y otros llanos sin labor. El que no es buen oficial de esto vende esteras hechas de juncias ruines y pudridas, dañadas. El que es oficial de hazer cestos de cañas maciças o el que los merca para venderlos poco a poco, primero hiende las cañas, y después de partidas entretéxelas. De ellas haze los cestos, texiéndolos muy bien, echándoles un bordo o orilla alrededor de la boca; unos haze redondos y largos, y otros anchos y angostos, y otros que tienen asiento por pie y tapadera. El buhonero que vende sartales de vidrio vende sartales de navajuelas labradas y cristal blanco y morado, y del veril, y de azavache, y de otras cuentas de fuslera, y joyas fundidas de oro, como canutillos y como bodoquillos.
Vende también las joyas de Castilla, collares o sartales, manillas que parecen como esmeralda o como cristal, blancos, amarillos, verdes rubios, negros, azules, leonados, colorados, verde escuro, morados; todos éstos son teñidos y falsos. El que vende espejos es de los lapidarios, porque también corta sotilmente piedra del espejo y las raspa con el instrumento que llaman teuxalli; y la asierra con un betún hecho de estiércol de murciélagos, y púlelos en unas caixas maciças que se llaman quetzalntlatl. Vende espejos de dos hazes, pulidos de ambas partes, y espejos de una haz solamente, y espejos cóncavos, todos muy buenos, y algunos de piedra blanca, y otros de piedra negra; ya éstos poco se usa. El que trata en agujas fúndelas y las limpia, acicalándolas muy bien. Haze también cascaveles y aguixillos, punçones, clavos, hachas y destrales, açuelas y escoplos. El que trata en la goma negra que se llama olli, que se derrite como torrezno puesta en asador y no se torna a cuaxar, tiene árboles de que la saca. Haze unas masas redondas, otras anchas, otras delgadas y largas. Es goma muy saludable. De ésta se hazen las pelotas con que juegan, que fácilmente saltan como pelotas de viento, haziendo sonido como las mesmas. El que vende escovas valas a segar en el monte con hozes, y véndelas en el tiánguiz, siendo largas, rezias, limpias, y algunas cercenadas las puntas. El que vende engrudo primero saca las raízes de que se haze, y sacadas limpialas y las maja o machuca, y machucadas sácalas al sol, y siendo secas muélelas bien molidas.
Y algunas vezes engaña con el engrudo, porque sus raízes van mal molidas y mezcladas con cañas de maíz molidas después que están muy secas y con los granos del maíz o de frixoles medio molidos, con los cuales mezclado el engrudo parece muy bueno y puro. El que vende resina es hombre del monte, donde la coge de los pinos, y véndela cozida o por cozer, o mezclada con cisco; también la saca de otros árboles. El que vende resina odorífera, si es buen hombre, vende la que es buena, que no tiene alguna mixtura; y si es mal hombre, vende la que es aparente y no es verdadera, mezclada o embuelta con harina de frixoles o del maíz molido. El que vende cañutos para chupar humo, primero corta las cañas y las desnuda o monda de las hojas, limpiándolas muy bien, y muele el carbón bien molido, con el cual, siendo mojado, embarra los cañutos y después algunos los pinta y otros los haze dorados. Algunos de éstos son llanos, que no llevan pintura, y muy largos, bien embarrados con el carbón molido o bien emblanquecidos con la greda que los echan encima del carbón, o muy relucientes con el oro con que los doran. Otros hay que tienen pintura encubierta, que no se ve, sino cuando se van gastando con el fuego. Otros están jaspeados; otros hay donde están pintadas flores, pescados, águilas, etc. Unos se hazen para vendellos en el tiánguiz, los cuales son comunes y mal hechos, y se les caye fácilmente el carbón con que están embarrados. Hay muchas maneras de estos cañutos, y se hazen de muchas y diversas yervas olorosas, molidas y mezcladas unas con otras, con que los tupen muy bien de rosas, de especies aromáticas, del betún llamado chapuputli, y de hongos, de rosa llamada poyomaili, c de tlzyetl, que es una yerva.
El chapuputli es un betún que sale de la mar y es como pez de Castilla, que fácilmente se deshaze, y el mar lo echa de sí con las ondas; y esto ciertos y señalados días conforme al creciente de la luna, viene ancha y gorda a manera de manta; y en la orilla ándanla a coger los que moran junto al mar. Este chapuputli es oloroso y sabroso, y preciado entre las mugeres, y cuando se echa en el fuego su olor se derrama lexos. Hay dos géneros de este betún: el uno es del con que se mezcla la masa o la resina olorosa que se mete dentro de los cañutos, con que dan buen y trascendiente olor; y el otro género es de la pez que mascan las mugeres, llamada tzictli. Y para que la puedan mascar, mézclarda con el axin, con el cual se ablanda; de otra manera no se podrá mascar, antes se deshaze. Y por la mayor parte suélenla mascar las muchachas y las moças que ya son adultas, y las que ya son mugeres, pero, no la mascan todas en público, sino las solteras o donzellas, porque las casadas y biudas, puesto caso que la masquen, pero no lo hazen en público, sino en sus casas. Y las que son públicas mugeres, sin vergüenga alguna, ándala mascando en todas partes, en las calles, en el tiánguiz, sonando las dentelladas como castañetas. Las otras mugeres que no son públicas, si lo mesmo hazen, no dexan de ser notadas de malas y ruines mugeres por aquello. E la causa porque las mugeres mascan el tzictli es para echar la reuma, y también porque no les hieda la boca o porque el mal hedor de su boca, que ya tienen, no se sienta, y por aquello sean deshechadas.
Los hombres también mascan el tzictli para echar también reuma y para limpiar los dientes, empero házenlo en secreto. Y los que son notados de vicio nefando, sin vergüença la mascan, y tiénenlo por costumbre andarla mascando en público; y los demás hombres, si lo mesmo hazen, nótanlos de sodométicos. Este betún mezclase con el copal o encienso de la tierra y con la resina odorífera, y ansí mezclado, haze buenos sahumerios. El ungüento amarillo llamado axin tiene lo siguiente: que es muy amarillo, blando y cálido. Este aún se haze de unos coquillos como moscas que nacen en el Árbol que se dize axcuduitl, cuyas hojas las comen, y ponen huevos de que se engendran los dichos, y como van creciendo, páranse redondillos; y siendo grandezillos, sacádenlos del árbol y cógenlos para cozellos, y como están ya cozidos, de ellos exprimen el axin, que es como un ungüento amarillo, y lo embuelven con las cáscaras de maçorcas de maíz. La calidad de este axin es ser caliente, según dizen los que lo han experimentado, y tan caliente que parece fuego. Con él fínjanse los pies los caminantes para guardallos del frío, y que no se hagan grietas; ablanda o aplaca la gota, poniéndolo sobre la parte donde se siente tal dolor. Untan también los labios con él para que no se hienda; y para que sea bueno contra la gota, muélase con una yerva molida que se dize colotzitzicaztli; y para que sea bueno contra el frío, mézclase con el cisco, porque no se derrita. También es bueno contra las cámaras cuando no se pueden estancar. Primero será necesario, cozerlo muy bien, y estando un poco blando o tibio, con él echaron la melezina al enfermo que las tiene; con ello se estancarán fácilmente las dichas cámaras. Hay un género de tzictli que se llama por estos nombres: tepetzictli, tacanaltzictli, que es tanto como si dixéssemos "tzictli agreste". Este también se masca como el otro ya referido, salvo que no es negro, sino amarillo, como la cera amarilla. Cuando se masca no se siente algún dolor de la cabeça, antes le alegra, siéndole dulce o sabroso. El otro género de tzictli, que es del chapuputli, mascándose, fatiga a la cabeça. El tepetzictli es una. yerva, y de la raíz de ella se toma este betún.
, de las cuales se trata en el Libro Onzeno. De cada género de éstas por sí pónelas aparte en algún petate en el tiánquez para venderlas. El que es oficial de hazer esteras tiene muchas juncias o hojas de palma de que haze los petates. Y para hazellos, primero estiende los juncos en algún lugar llano para asolearlos, y escoge los mejores, y pónelos en concierto. Y de los petates que venden, unos son lisos, pintados, y otros son de hojas de palma; de éstas también se hazen unos cestos que se llaman çoyatompiatli, que son como espuertas. Vende también unas esteras de juncias gruesas y largas. Unos de estos petates son bastos y ruines, y otros lindos y escogidos entre los demás. De los petates unos son largos y anchos, y otros cuadrados, otros largos y angostos, otros pintados. Haze también y vende unos asientos con espaldar, y otros para sentarse que son cuadrados, y otras para cabeceras que son cuadrados y largos, unos pintados y otros llanos sin labor. El que no es buen oficial de esto vende esteras hechas de juncias ruines y pudridas, dañadas. El que es oficial de hazer cestos de cañas maciças o el que los merca para venderlos poco a poco, primero hiende las cañas, y después de partidas entretéxelas. De ellas haze los cestos, texiéndolos muy bien, echándoles un bordo o orilla alrededor de la boca; unos haze redondos y largos, y otros anchos y angostos, y otros que tienen asiento por pie y tapadera. El buhonero que vende sartales de vidrio vende sartales de navajuelas labradas y cristal blanco y morado, y del veril, y de azavache, y de otras cuentas de fuslera, y joyas fundidas de oro, como canutillos y como bodoquillos.
Vende también las joyas de Castilla, collares o sartales, manillas que parecen como esmeralda o como cristal, blancos, amarillos, verdes rubios, negros, azules, leonados, colorados, verde escuro, morados; todos éstos son teñidos y falsos. El que vende espejos es de los lapidarios, porque también corta sotilmente piedra del espejo y las raspa con el instrumento que llaman teuxalli; y la asierra con un betún hecho de estiércol de murciélagos, y púlelos en unas caixas maciças que se llaman quetzalntlatl. Vende espejos de dos hazes, pulidos de ambas partes, y espejos de una haz solamente, y espejos cóncavos, todos muy buenos, y algunos de piedra blanca, y otros de piedra negra; ya éstos poco se usa. El que trata en agujas fúndelas y las limpia, acicalándolas muy bien. Haze también cascaveles y aguixillos, punçones, clavos, hachas y destrales, açuelas y escoplos. El que trata en la goma negra que se llama olli, que se derrite como torrezno puesta en asador y no se torna a cuaxar, tiene árboles de que la saca. Haze unas masas redondas, otras anchas, otras delgadas y largas. Es goma muy saludable. De ésta se hazen las pelotas con que juegan, que fácilmente saltan como pelotas de viento, haziendo sonido como las mesmas. El que vende escovas valas a segar en el monte con hozes, y véndelas en el tiánguiz, siendo largas, rezias, limpias, y algunas cercenadas las puntas. El que vende engrudo primero saca las raízes de que se haze, y sacadas limpialas y las maja o machuca, y machucadas sácalas al sol, y siendo secas muélelas bien molidas.
Y algunas vezes engaña con el engrudo, porque sus raízes van mal molidas y mezcladas con cañas de maíz molidas después que están muy secas y con los granos del maíz o de frixoles medio molidos, con los cuales mezclado el engrudo parece muy bueno y puro. El que vende resina es hombre del monte, donde la coge de los pinos, y véndela cozida o por cozer, o mezclada con cisco; también la saca de otros árboles. El que vende resina odorífera, si es buen hombre, vende la que es buena, que no tiene alguna mixtura; y si es mal hombre, vende la que es aparente y no es verdadera, mezclada o embuelta con harina de frixoles o del maíz molido. El que vende cañutos para chupar humo, primero corta las cañas y las desnuda o monda de las hojas, limpiándolas muy bien, y muele el carbón bien molido, con el cual, siendo mojado, embarra los cañutos y después algunos los pinta y otros los haze dorados. Algunos de éstos son llanos, que no llevan pintura, y muy largos, bien embarrados con el carbón molido o bien emblanquecidos con la greda que los echan encima del carbón, o muy relucientes con el oro con que los doran. Otros hay que tienen pintura encubierta, que no se ve, sino cuando se van gastando con el fuego. Otros están jaspeados; otros hay donde están pintadas flores, pescados, águilas, etc. Unos se hazen para vendellos en el tiánguiz, los cuales son comunes y mal hechos, y se les caye fácilmente el carbón con que están embarrados. Hay muchas maneras de estos cañutos, y se hazen de muchas y diversas yervas olorosas, molidas y mezcladas unas con otras, con que los tupen muy bien de rosas, de especies aromáticas, del betún llamado chapuputli, y de hongos, de rosa llamada poyomaili, c de tlzyetl, que es una yerva.
El chapuputli es un betún que sale de la mar y es como pez de Castilla, que fácilmente se deshaze, y el mar lo echa de sí con las ondas; y esto ciertos y señalados días conforme al creciente de la luna, viene ancha y gorda a manera de manta; y en la orilla ándanla a coger los que moran junto al mar. Este chapuputli es oloroso y sabroso, y preciado entre las mugeres, y cuando se echa en el fuego su olor se derrama lexos. Hay dos géneros de este betún: el uno es del con que se mezcla la masa o la resina olorosa que se mete dentro de los cañutos, con que dan buen y trascendiente olor; y el otro género es de la pez que mascan las mugeres, llamada tzictli. Y para que la puedan mascar, mézclarda con el axin, con el cual se ablanda; de otra manera no se podrá mascar, antes se deshaze. Y por la mayor parte suélenla mascar las muchachas y las moças que ya son adultas, y las que ya son mugeres, pero, no la mascan todas en público, sino las solteras o donzellas, porque las casadas y biudas, puesto caso que la masquen, pero no lo hazen en público, sino en sus casas. Y las que son públicas mugeres, sin vergüenga alguna, ándala mascando en todas partes, en las calles, en el tiánguiz, sonando las dentelladas como castañetas. Las otras mugeres que no son públicas, si lo mesmo hazen, no dexan de ser notadas de malas y ruines mugeres por aquello. E la causa porque las mugeres mascan el tzictli es para echar la reuma, y también porque no les hieda la boca o porque el mal hedor de su boca, que ya tienen, no se sienta, y por aquello sean deshechadas.
Los hombres también mascan el tzictli para echar también reuma y para limpiar los dientes, empero házenlo en secreto. Y los que son notados de vicio nefando, sin vergüença la mascan, y tiénenlo por costumbre andarla mascando en público; y los demás hombres, si lo mesmo hazen, nótanlos de sodométicos. Este betún mezclase con el copal o encienso de la tierra y con la resina odorífera, y ansí mezclado, haze buenos sahumerios. El ungüento amarillo llamado axin tiene lo siguiente: que es muy amarillo, blando y cálido. Este aún se haze de unos coquillos como moscas que nacen en el Árbol que se dize axcuduitl, cuyas hojas las comen, y ponen huevos de que se engendran los dichos, y como van creciendo, páranse redondillos; y siendo grandezillos, sacádenlos del árbol y cógenlos para cozellos, y como están ya cozidos, de ellos exprimen el axin, que es como un ungüento amarillo, y lo embuelven con las cáscaras de maçorcas de maíz. La calidad de este axin es ser caliente, según dizen los que lo han experimentado, y tan caliente que parece fuego. Con él fínjanse los pies los caminantes para guardallos del frío, y que no se hagan grietas; ablanda o aplaca la gota, poniéndolo sobre la parte donde se siente tal dolor. Untan también los labios con él para que no se hienda; y para que sea bueno contra la gota, muélase con una yerva molida que se dize colotzitzicaztli; y para que sea bueno contra el frío, mézclase con el cisco, porque no se derrita. También es bueno contra las cámaras cuando no se pueden estancar. Primero será necesario, cozerlo muy bien, y estando un poco blando o tibio, con él echaron la melezina al enfermo que las tiene; con ello se estancarán fácilmente las dichas cámaras. Hay un género de tzictli que se llama por estos nombres: tepetzictli, tacanaltzictli, que es tanto como si dixéssemos "tzictli agreste". Este también se masca como el otro ya referido, salvo que no es negro, sino amarillo, como la cera amarilla. Cuando se masca no se siente algún dolor de la cabeça, antes le alegra, siéndole dulce o sabroso. El otro género de tzictli, que es del chapuputli, mascándose, fatiga a la cabeça. El tepetzictli es una. yerva, y de la raíz de ella se toma este betún.