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Desarrollo


Capítulo veinte De los que venden mantas delgadas, que llaman áyalt, y de los que venden cactles o cotaras El que vende mantas delgadas de maguey suele tener lo siguiente, conviene a saber: saber tostar las hojas de maguey y rasparlas muy bien; echar masa de maíz en ellas, y lavar bien la pita, e limpiar y sacudirla en el agua. Y las mantas que vende son blancas, adovadas con masa, bruñidas, bien labradas y de piernas anchas, angostas, largas o luengas, gordas o gruesas, tiesas o fornidas; al fin, todas las mantas de maguey que tienen labores. Algunas vende que son muy ralas, que no parecen sino toca, como son las mantas muy delgadas texidas en hebra de nequén, y las hechas de hebra torcida; y por el contrario, algunas que son gordas y bien tupidas y bien labradas, y otras bastas, gruesas, ora sean de pita, ora de hilo de maguey. El que haze cotaras suele hazer lo siguiente, conviene a saber: coser bien las cotaras y echar suelas, y sacudir bien los hilos y torcellos para las cotaras que se han de hazer. A él también le conviene tener punzón, tener suelas gordas, lavar las viejas con lexia, escoger c apartar los hilos mejores, hazer calcañar de çapato, echar travillos a los çapatos cuando ya se han de traer, hazer trenças con los dedos, echar el botón a las correas, y hazer cotaras de cuero bien tupido, o hazerlas floxas, o coser junto o ralo, y después de hechas las brúñelas bien y corta las puntas al sesgo. Algunos llevan el calcañar baxo. Al fin, haze las cotaras de hilo de maguey y teñidos de diversas colores, y después de cosidos o texidos, tienen lindas labores hechas de plumas o de lanas teñidas.

Algunas haze bastas, mal hechas y cosidas. El que es recatón en este oficio es muy carero y encarecedor de las cotaras que vende, y las alaba mucho para vendellas bien; las que son viejas adova o renóvalas con algo con que parecen nuevas, y ansí échales alguna labor y buenas correas. El que vende miel tiene magueyes, y suele vender vino de la tierra que haze de la miel del maguey, la cual cueze primero o la hierve. Y porque nunca le falte la miel, suele plantar los hijos de los magueyes, y después que son ya grandes, cava o agujera o aboya el meollo de ellos, y ansí ahoyados, ráspalos muy bien para que mane la miel de que haze pulcre, coziéndola o herviéndola primero, e hinche cántaros o cueros de ella para guardalla, y esto después que tione raízes. La miel que vende es espesa y tan espesa que parece que está cuaxada, muy dulce, sabrosa, y a las vezes vende la que raspa la garganta, agra o rala, que parece agua. El buen tratante en este oficio no adova la miel con alguna cosa, sino que como es virgen ansí la vende, ora sea miel de avejas, ora de otro género, blanca o prieta. El mal tratante dáñala mezclándola con cosas que la hazen espesa, como son metzalli, que son raspaduras del meollo del maguey, y el agua mezclada con cal con que se cueze el maíz, o con algunas raízes, como son las de las malvas, y algunas semillas, las cuales molidas y mezcladas con la miel házenla parecer buena y espesa, o solamente le echan agua o lexía. El que vende algodón suele tener sementeras de él y sembrarlo; es regatón que lo merca de otros para tornallo a vender.

Los capullos de algodón que vende son buenos, gordos, redondos y llenos de algodón. El mejor algodón y muy estimado es el que se da en las tierras de riego o regadio; tiene segundo lugar el algodón que se haze hazía el oriente -también es de segundo lugar el que se da hazía el poniente-; tiene tercero lugar el que viene del pueblo que se llama Ueitlalpan, y el que se da hazía el septentrión; es de postrer lugar el que se dize cuauhtchcatl. Y cada uno de estos géneros de algodón se vende por si según su valor, sin engañar a nadie; también por sí se vende el algodón amarillo, y por sí los capullos quebrados. El mal tratante en esto, de cada esquina quita un poco de algodón, y los capullos o cascos vacíalos, e hinche tupiéndolos de otro algodón, o espelucándolos con aguja sutilmente para que parezcan llenos. El que vende chientzótlzol, que es una semilla como lentejas blancas, tiene sementera de ellas; desgránalas fregándolas entre las manos, y cada género de estás semillas, según que viene de Cada pueblo, vende por sí; también por sí vende las blancas y las prietas, y por sí las que son maciças o mal granadas o fofas, y las que son verdes, y las que son desmedradas, cada una de estás partidas vende por sí. El que haze y vende las mantas que se hazen de palmas, que se llaman tceotl de la tierra, llévalas fuera a vender, y véndelas más de lo que valen. Las mantas que vende son de dos braças, y las que son sin costura y bien proporcionadas al cuerpo, y las que tienen las vandas como arcos de pipas, y las que son como arpilleras para embolver cosas., estás mantas son de muchas maneras, como en la letra aparece.

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