Capítulo treinta y seis
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Datos principales
Desarrollo
Capítulo treinta y seis Del combite que se hazía por razón de los bateos, y de la orden del servicio y de la borrachera que allí pasaba Síguese la manera del combite que se hazían los bateos. Llegado el día de los bateos, juntávanse los combidados en la casa del que hazía los bateos, y luego se asentavan por su orden, porque tenían sus asientos a cada uno según su manera. Luego començavan los que tenían el cargo de servir las cosas del combite, los que havían elegido para esto. Ponían luego cañas de humo con sus platos delante de cada uno de los combidados; luego dávanles flores en las manos y poníanles guirnaldas en la cabeça, y echávanles sartales de flores al cuello. Y luego todos los combidados començavan a chupar el humo de las cañas y a oler las flores. Después de esto venían los servidores de la comida, y traían comida a cada uno según su comida, y la ponían delante del que estava asentado. Una orden de chiquihuites con diversas maneras de pan, y pareados en los chiquihuites otros tantos caxetes con diversas maneras de cazuela, con carne o pescado. Y antes que començassen a comer los combidados la comida que les havían puesto, tomavan un bocado de la comida y arrojávanle al suelo a honra del dios Tlaltecutli, y luego començavan a comer. Haviendo comido, davan las sobras a sus criados, y también los caxetes y chiquihuites. Luego venían los que sirvían de cacaos, y ponían a cada uno una xícara de cacao, y a cada uno le ponían su palillo que llaman acuáuitl; y las sobras del cacao davan a sus criados.
Después de haver ellos bien bevido y comido, estávanse en sus asientos un ratillo reposando. Y algunos, a quien no les contentava la comida y bevida, levantávanse luego enojados y ívanse murmurando del combite y del que les combidó, y entrávase en su casa enojado. Y si alguno de parte del que combidó vía aquello, dezíalo al señor del combite, el cual los hazía llamar para el día siguiente y les dava de comer y consolava. A este día llamavan apeoalco, porque en él se acabava todo el combite. A las mugeres, que comían en otra parte, no las davan cacao a bever, sino ciertas maneras de maçamorra, sembrado con diversas maneras de chilmulli por encima. Y a la noche los viejos y viejas juntávanse y bevían pulcre y emborrachávanse. Para hazer esta borrachería ponían delante de ellos un cántaro de pulcre, y el que servía echava en una xícara y dava a cada uno a bever, por su orden, hasta el cabo. A las vezes davan pulcre que llaman íztac uctli, que quiere dezir "pulcre blanco", que es lo que mana de los magueyes; y otras vezes davan pulcre hechizo de agua y miel, cozido con la raíz, al cual llaman ayuctli, que quiere dezir "pulcre de agua", lo cual tenía aparejado y guardado el señor del combite de algunos días antes. Y el servidor, cuando vía que no se emborrachavan, tornava a dar a bever por la parte contraria a la mano izquierda, començando de los demás baxo. En estando borrachos, començavan a cantar; unos cantavan y lloravan, otros cantavan y havían plazer; cada uno cantava lo que quería y por el tono que se le antojava; ninguno concertava con otro. Unos de ellos cantavan a bozes, y otros cantavan baxito, como dentro de sí. Otros no cantavan, sino parlavan y reían y dezían gracias, y davan grandes risadas cuando oían a los que dezían gracias. De esta manera se hazían los combites, cuando alguno combidava por alguna causa.
Después de haver ellos bien bevido y comido, estávanse en sus asientos un ratillo reposando. Y algunos, a quien no les contentava la comida y bevida, levantávanse luego enojados y ívanse murmurando del combite y del que les combidó, y entrávase en su casa enojado. Y si alguno de parte del que combidó vía aquello, dezíalo al señor del combite, el cual los hazía llamar para el día siguiente y les dava de comer y consolava. A este día llamavan apeoalco, porque en él se acabava todo el combite. A las mugeres, que comían en otra parte, no las davan cacao a bever, sino ciertas maneras de maçamorra, sembrado con diversas maneras de chilmulli por encima. Y a la noche los viejos y viejas juntávanse y bevían pulcre y emborrachávanse. Para hazer esta borrachería ponían delante de ellos un cántaro de pulcre, y el que servía echava en una xícara y dava a cada uno a bever, por su orden, hasta el cabo. A las vezes davan pulcre que llaman íztac uctli, que quiere dezir "pulcre blanco", que es lo que mana de los magueyes; y otras vezes davan pulcre hechizo de agua y miel, cozido con la raíz, al cual llaman ayuctli, que quiere dezir "pulcre de agua", lo cual tenía aparejado y guardado el señor del combite de algunos días antes. Y el servidor, cuando vía que no se emborrachavan, tornava a dar a bever por la parte contraria a la mano izquierda, començando de los demás baxo. En estando borrachos, començavan a cantar; unos cantavan y lloravan, otros cantavan y havían plazer; cada uno cantava lo que quería y por el tono que se le antojava; ninguno concertava con otro. Unos de ellos cantavan a bozes, y otros cantavan baxito, como dentro de sí. Otros no cantavan, sino parlavan y reían y dezían gracias, y davan grandes risadas cuando oían a los que dezían gracias. De esta manera se hazían los combites, cuando alguno combidava por alguna causa.