Relación de la sangre que se derramava a honra del demonio, en el templo y fuera
Compartir
Datos principales
Desarrollo
Relación de la sangre que se derramava a honra del demonio, en el templo y fuera Derramavan sangre en los cúes de día y de noche, matando hombres y mugeres en los cúes delante de las estatuas de los demonios, como arriba queda dicho en muchos lugares. Derramavan también sangre delante de los demonios por su devoción en días señalados, y hazían de esta manera: si querían derramar sangre de la lengua passávanla con una punta de navaja y por el agujero que hazían passavan muchas pajas gruesas de heno, según la devoción de cada uno; algunos atávanlas unas con las otras y tirávanlas como quien tira un cordel, passándolas por el agujero de la lengua; otros, cada uno por sí, sacavan cantidad de ellas y dexávanlas allí, ensangrentadas, delante del demonio o en los caminos o en los calpulcos. Lo mismo hazían de los braços y de las piernas. Derramavan también sangre los sátrapas fuera de los cúes, por essas montañas o cuevas, por su devoción de noche. Hazían de esta manera: que tomavan cañas verdes y puntas de maguey, y después de haverlas ensangrentado con la sangre que sacavan de sus piernas de cabe las espinillas, ivan de noche desnudos a los montes donde tenían devoción, y ansí ensangrentadas las dexavan allí sobre un lechuelo de hojas de cañas que les hazían. Y esto hazían en cuatro o cinco partes, según la devoción de cada uno. Derramavan también sangre los hombres cinco días antes que llegasse la fiesta principal que se hazía de veinte en veinte días por su devoción.
Hazían unas cortaduras en las orejas de donde sacavan sangre, y con aquella sangre untavan los rostros, haziendo unas rayas de sangre por ellos. Las mugeres hazían como un corro y los hombres hazían una raya derecha desde la ceja hasta la quixada. Las mugeres tenían devoción también de ofrecer esta sangre por espacio de ochenta días; cortávanse de tres en tres días, o de cuatro en cuatro días, todo este tiempo. Ofrecían también sangre de aves delante de los demonios por su devoción, especialmente delante de Uitzilopuchtli; y en sus fiestas compravan codornizes vivas y arrancavan las cabeças delante del diablo, y la sangre derramávase allí y el cuerpo arrojávanle en tierra, y allí andava reboleando hasta que se moría; unos descabesçavan una, otros dos, otros tres, según su devoción. Cuando matavan algún esclavo o captivo, el dueño de él coxía la sangre en una xícara y echava un papel blanco dentro, y después iva por todas las estatuas de los diablos y untávales la boca con el papel ensangrentado. Otros mojavan un palo en la sangre y tocavan la boca de la estatua con la misma sangre. Relación de otros servicios que se hazía a los demonios en el templo y fuera Los que se escapavan de alguna enfermedad por consejo de algún astrólogo escogían algún día bien afortunado, y en este día, dentro de su casa, quemava en el hogar de su casa muchos papeles en que el astrólogo havía pintado con ulli las imágines de aquellos dioses que se conjecturava que le havían ayudado para salir de la enfermedad.
El astrólogo los dava al que ofrecía, diziéndole el dios que allí iva pintado, y el otro echava el papel en el fuego. Y después de quemados todos los papeles, tomavan la ceniza y enterrávanla en el patio de la casa; a esto llamavan nextlaoaliztli. Algunos por su devoción ofrecían sangre en los cúes en las vigilias de las fiestas, y para que su ofrenda fuesse más acepta ivan a buscar laurel silvestre, que ellos llaman acxóyatl, que se cría mucho por essos montes, y traído ensangrentavan con sangre de las piernas dos puntas de maguey en el calpulco, y de allí las llevavan al cu y hazían un lechuelo de los ramillos tiernos del laurel, y ponían sobre él las puntas de maguey ensangrentadas, ofreciéndolas aquel dios a quien tenían devoción; y a esto llamavan acxoyatemaliztli. Cuando havían de ir a alguna guerra, primero todos los soldados ivan por leña a las montañas, la que se gastava en los cúes, y hazían rimeros de ellas en los monesterios de los sátrapas, y de allí tomavan para gastarla, que se quemava mucha entre noche y día en los patios de los cúes, en unos fugones altos que para esto estavan hechos en los mismos patios. Y en los otros tiempos los ministros de los cúes y los que moravan en el calmécac tenían cargo de traer esta leña; a esto llamaban teucuauhquetzaliztli. También a honra de los dioses que tenían en sus casas tenían gran cuidado de barrer la casa y el patio y la portada cada día, luego de mañana. Y el señor o la señora de la casa tenían cargo de compeler a todos los de su casa para que hiziessen esto cada día.
Y después de hecho esto, incensavan y ofrecían a las imágines que tenían en sus casas, y esto cada día; a esto llamavan tiachpanaliztli. Tenían gran vigilancia de noche los sátrapas y ministros de los cúes de velar para que no faltasse de arder el fuego en los fugones del patio, y para despertar a los que havían de tañer a las horas que havían de incensar y ofrecer delante de los ídolos; y a esto llamavan toçoaliztli. Tenían los populares por costumbre de hazer penitencia muchos días entre año; y esta penitencia era que se abstenían de xabonarse la cabeça y de los baños, y de dormir con muger y la muger con el hombre, los días que hazían esta penitencia, y no se abstenían de comer ni ayunavan; a esto llamavan neçaoaliztli. Relación de ciertas cerimonias que se hazía a honra del demonio Cuando hazían una fiesta que llamavan atamalcualiztli, que era de ocho en ocho años, unos indios que se llamaban maçatéca tragavan unas culebras vivas por valentía, y andavan bailando y tragándolas poco a poco, y después que les havían tragado, dávanles mantas por su valentía. También estos mismos tragavan unas ranas bibas en la misma fiesta. Otra cerimonia hazían en la fiesta de etzalcualiztli; los mancebos tomavan avecillas y atávanlas en unos ramos con hilos, y andavan con ellos en la processión de esta fiesta, y las aves andavan rebolando alrededor del ramo. Usavan también hazer procesión en muchas de sus fiestas, y traían en andas las imágines de los ídolos, algunas vezes alrededor de los cúes, y otras vezes por lugares más lexos, y acudía todo el pueblo a estas procesiones.
También usavan bailar las mugeres juntamente con los hombres en las grandes fiestas. Hazían un juego los mancebos a honra de la diosa llamada Toci cuando matavan su imagen. Ponían un lebrillo con pluma y con greda y arremetían todos los mancebos, y tomavan cada uno un puñado de ello y echavan a huir unos tras otros. Y como havían tomado los mancebos la greda y la pluma, aquel mancebo que traía vestido el pellejo de la diosa Toci, con otros mancebos que estavan con él, echavan a correr tras los que havían tomado greda y ívanlos apedreando. Y la gente que mirava apedreava a los unos o a los otros, y algunos de ellos caían apedreados. Hazían una cerimonia a los niños y niñas tomándolos con las manos cabe las orejas y levantándoles en alto; esto hazían para que cresciesse, en la fiesta que se llamava izcalli, que se hazía a honra del fuego. Relación de otras cerimonias que también se hazían a honra del demonio Hazían una superstición para remediar los niños enfermiços, que los atavan al cuello unas cuerdas de algodón floxo, y colgávanle una pellita de copal en la cuerda que tenía al cuello. También les ponían unas cuerdas de lo mismo atadas a las muñecas y otras a la garganta de los pies; atávaselas algún astrólogo en signo particular, y traíalas el número de los días que le mandava el astrólogo, y después el mismo astrólogo se las quitava y las quemava en el calpulco. Esto hazían cuatro vezes por la salud de los niños. Usavan otra superstición, que se emplumavan el pecho y las espaldas, en la parte contraria del pecho con pluma de diversas colores, y en las muñecas ponían unas plumas como axorcas, una blanca, otra amarilla y otra colorada, y en las gargantas de los pies hazían lo mismo.
Esta pluma pegava con resina de pino que llaman ocótzotl. Esto hazían en la fiesta de teutleco, porque no les hiziessen mal el dios Acolmiztli. Esta cerimonia que aquí se dize o superstición pilquixtiliztli se hazía de cuatro en cuatro años en la fiesta de izcalli. Este espectáculo de tlauauanaliztli se hazía en la fiesta de tlacaxipeoaliztli; allí está a la larga escripto. Esto teupan onoliztli está dicho en la fiesta de etzalcualiztli. Esta superstición o cerimonia çacapan nemanaliztli se puso en la fiesta de tlacaxipeoaliztli. Esta cerimonia tlazcazitiliztli hazían a reverencia del sol y a reverencia del fuego cuando alguno acabava su casa nueva o cuando reinava el signo del sol, que sacavan sangre de las orejas y la rescebían en la uña del dedo que está cabe el pulgar o en el de medio, y lo arrojavan hazia el fuego como quien da papirote, y también hazia el sol de la misma manera; esto llamavan tlazcaltiliztli. Esto tlatzmolintemaliztli ya queda dicho atrás, que es lo mismo de acxoyatemaliztli. Esta cerimonia neçacapechtemaliztli hazían cuando passavan delante de algún ídolo; arrancavan una manada de heno y esparzíanla delante de la imagen del ídolo, haziendo reverencia o acatamiento. Esta misma cerimonia hazían otras vezes por vía de voto o cerimonia. Todas las noches, un poco antes de la medianoche, los ministros de los ídolos que tenían cargo de esto tlatlapitzaliztli tocavan los caracoles y trompetas y cornetas, y luego se levantavan todos a ofrecer sangre y encienso a los ídolos en los cúes y en todas las casas particulares. En llegando la medianoche, los ministros que llamavan cuacuacuiltin tañían los atabales para que despertassen, y los que no despertavan aquella hora castigávanlos, echando sobre ellos agua o rescoldo del fuego. Agujerávanse las orejas para poner orejeras, y también los beços para poner los beçotes. Esto hazían a honra del diablo; y llamávanlo nenacazxapotlaliztli y netenxapotlaliztli.
Hazían unas cortaduras en las orejas de donde sacavan sangre, y con aquella sangre untavan los rostros, haziendo unas rayas de sangre por ellos. Las mugeres hazían como un corro y los hombres hazían una raya derecha desde la ceja hasta la quixada. Las mugeres tenían devoción también de ofrecer esta sangre por espacio de ochenta días; cortávanse de tres en tres días, o de cuatro en cuatro días, todo este tiempo. Ofrecían también sangre de aves delante de los demonios por su devoción, especialmente delante de Uitzilopuchtli; y en sus fiestas compravan codornizes vivas y arrancavan las cabeças delante del diablo, y la sangre derramávase allí y el cuerpo arrojávanle en tierra, y allí andava reboleando hasta que se moría; unos descabesçavan una, otros dos, otros tres, según su devoción. Cuando matavan algún esclavo o captivo, el dueño de él coxía la sangre en una xícara y echava un papel blanco dentro, y después iva por todas las estatuas de los diablos y untávales la boca con el papel ensangrentado. Otros mojavan un palo en la sangre y tocavan la boca de la estatua con la misma sangre. Relación de otros servicios que se hazía a los demonios en el templo y fuera Los que se escapavan de alguna enfermedad por consejo de algún astrólogo escogían algún día bien afortunado, y en este día, dentro de su casa, quemava en el hogar de su casa muchos papeles en que el astrólogo havía pintado con ulli las imágines de aquellos dioses que se conjecturava que le havían ayudado para salir de la enfermedad.
El astrólogo los dava al que ofrecía, diziéndole el dios que allí iva pintado, y el otro echava el papel en el fuego. Y después de quemados todos los papeles, tomavan la ceniza y enterrávanla en el patio de la casa; a esto llamavan nextlaoaliztli. Algunos por su devoción ofrecían sangre en los cúes en las vigilias de las fiestas, y para que su ofrenda fuesse más acepta ivan a buscar laurel silvestre, que ellos llaman acxóyatl, que se cría mucho por essos montes, y traído ensangrentavan con sangre de las piernas dos puntas de maguey en el calpulco, y de allí las llevavan al cu y hazían un lechuelo de los ramillos tiernos del laurel, y ponían sobre él las puntas de maguey ensangrentadas, ofreciéndolas aquel dios a quien tenían devoción; y a esto llamavan acxoyatemaliztli. Cuando havían de ir a alguna guerra, primero todos los soldados ivan por leña a las montañas, la que se gastava en los cúes, y hazían rimeros de ellas en los monesterios de los sátrapas, y de allí tomavan para gastarla, que se quemava mucha entre noche y día en los patios de los cúes, en unos fugones altos que para esto estavan hechos en los mismos patios. Y en los otros tiempos los ministros de los cúes y los que moravan en el calmécac tenían cargo de traer esta leña; a esto llamaban teucuauhquetzaliztli. También a honra de los dioses que tenían en sus casas tenían gran cuidado de barrer la casa y el patio y la portada cada día, luego de mañana. Y el señor o la señora de la casa tenían cargo de compeler a todos los de su casa para que hiziessen esto cada día.
Y después de hecho esto, incensavan y ofrecían a las imágines que tenían en sus casas, y esto cada día; a esto llamavan tiachpanaliztli. Tenían gran vigilancia de noche los sátrapas y ministros de los cúes de velar para que no faltasse de arder el fuego en los fugones del patio, y para despertar a los que havían de tañer a las horas que havían de incensar y ofrecer delante de los ídolos; y a esto llamavan toçoaliztli. Tenían los populares por costumbre de hazer penitencia muchos días entre año; y esta penitencia era que se abstenían de xabonarse la cabeça y de los baños, y de dormir con muger y la muger con el hombre, los días que hazían esta penitencia, y no se abstenían de comer ni ayunavan; a esto llamavan neçaoaliztli. Relación de ciertas cerimonias que se hazía a honra del demonio Cuando hazían una fiesta que llamavan atamalcualiztli, que era de ocho en ocho años, unos indios que se llamaban maçatéca tragavan unas culebras vivas por valentía, y andavan bailando y tragándolas poco a poco, y después que les havían tragado, dávanles mantas por su valentía. También estos mismos tragavan unas ranas bibas en la misma fiesta. Otra cerimonia hazían en la fiesta de etzalcualiztli; los mancebos tomavan avecillas y atávanlas en unos ramos con hilos, y andavan con ellos en la processión de esta fiesta, y las aves andavan rebolando alrededor del ramo. Usavan también hazer procesión en muchas de sus fiestas, y traían en andas las imágines de los ídolos, algunas vezes alrededor de los cúes, y otras vezes por lugares más lexos, y acudía todo el pueblo a estas procesiones.
También usavan bailar las mugeres juntamente con los hombres en las grandes fiestas. Hazían un juego los mancebos a honra de la diosa llamada Toci cuando matavan su imagen. Ponían un lebrillo con pluma y con greda y arremetían todos los mancebos, y tomavan cada uno un puñado de ello y echavan a huir unos tras otros. Y como havían tomado los mancebos la greda y la pluma, aquel mancebo que traía vestido el pellejo de la diosa Toci, con otros mancebos que estavan con él, echavan a correr tras los que havían tomado greda y ívanlos apedreando. Y la gente que mirava apedreava a los unos o a los otros, y algunos de ellos caían apedreados. Hazían una cerimonia a los niños y niñas tomándolos con las manos cabe las orejas y levantándoles en alto; esto hazían para que cresciesse, en la fiesta que se llamava izcalli, que se hazía a honra del fuego. Relación de otras cerimonias que también se hazían a honra del demonio Hazían una superstición para remediar los niños enfermiços, que los atavan al cuello unas cuerdas de algodón floxo, y colgávanle una pellita de copal en la cuerda que tenía al cuello. También les ponían unas cuerdas de lo mismo atadas a las muñecas y otras a la garganta de los pies; atávaselas algún astrólogo en signo particular, y traíalas el número de los días que le mandava el astrólogo, y después el mismo astrólogo se las quitava y las quemava en el calpulco. Esto hazían cuatro vezes por la salud de los niños. Usavan otra superstición, que se emplumavan el pecho y las espaldas, en la parte contraria del pecho con pluma de diversas colores, y en las muñecas ponían unas plumas como axorcas, una blanca, otra amarilla y otra colorada, y en las gargantas de los pies hazían lo mismo.
Esta pluma pegava con resina de pino que llaman ocótzotl. Esto hazían en la fiesta de teutleco, porque no les hiziessen mal el dios Acolmiztli. Esta cerimonia que aquí se dize o superstición pilquixtiliztli se hazía de cuatro en cuatro años en la fiesta de izcalli. Este espectáculo de tlauauanaliztli se hazía en la fiesta de tlacaxipeoaliztli; allí está a la larga escripto. Esto teupan onoliztli está dicho en la fiesta de etzalcualiztli. Esta superstición o cerimonia çacapan nemanaliztli se puso en la fiesta de tlacaxipeoaliztli. Esta cerimonia tlazcazitiliztli hazían a reverencia del sol y a reverencia del fuego cuando alguno acabava su casa nueva o cuando reinava el signo del sol, que sacavan sangre de las orejas y la rescebían en la uña del dedo que está cabe el pulgar o en el de medio, y lo arrojavan hazia el fuego como quien da papirote, y también hazia el sol de la misma manera; esto llamavan tlazcaltiliztli. Esto tlatzmolintemaliztli ya queda dicho atrás, que es lo mismo de acxoyatemaliztli. Esta cerimonia neçacapechtemaliztli hazían cuando passavan delante de algún ídolo; arrancavan una manada de heno y esparzíanla delante de la imagen del ídolo, haziendo reverencia o acatamiento. Esta misma cerimonia hazían otras vezes por vía de voto o cerimonia. Todas las noches, un poco antes de la medianoche, los ministros de los ídolos que tenían cargo de esto tlatlapitzaliztli tocavan los caracoles y trompetas y cornetas, y luego se levantavan todos a ofrecer sangre y encienso a los ídolos en los cúes y en todas las casas particulares. En llegando la medianoche, los ministros que llamavan cuacuacuiltin tañían los atabales para que despertassen, y los que no despertavan aquella hora castigávanlos, echando sobre ellos agua o rescoldo del fuego. Agujerávanse las orejas para poner orejeras, y también los beços para poner los beçotes. Esto hazían a honra del diablo; y llamávanlo nenacazxapotlaliztli y netenxapotlaliztli.