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Datos principales
Desarrollo
Capítulo CXI Que trata de la provincia de los comechingones y de las demás provincias que se vieron hasta llegar a Chile De esta provincia de los jurís se fue a los comechingones. Y de la provincia de los jurís a ésta de los comechingones hay setenta leguas caminando hacia el sur. La causa por qué los llaman los españoles comechingones es porque cuando vienen a pelear traen por apellido "comechingon, comechingon", que quiere decir en su lengua: muera, muera o matar. Esta provincia es tierra doblada. Hay grandes algarrobales y de estas algarrobas hacen pan como la que tengo dicho. Hay muchos chañares. Es tierra fértil de mucho maíz y frísoles y maní y camotes y zapallos y ovejas mansas. Andan vestidos con unas mantas pequeñas cuando se cubren sus vergüenzas y las mujeres ni más ni menos. Y algunos andan con mantas y camiseta como en el Pirú. No adoran ídolos ni se le halló cosa de adoración. Su habitación es debajo de la tierra, por causa del invierno que hace grandes tempestades de viento y lluvias. Hay mucha caza de venados como los de nuestra España, y perdices y liebres tan grandes como los de España. Hay víboras que tienen en la cola una manera de cascabel que va sonando cuando van andando y bien ponzoñosas. Hay muchos papagayos y las plumas son preciadas entre ellos. Y avézanlos a hablar de una manera que nunca tal he oído, que es envolverlos en una mantilla, y los atan y ponen en una cazuela al fuego y métenle dentro, y con la calor da el papagayo muy grandes graznidos de como se tuesta.
Tienen ellos que de aquí les queda el hablar. Es gente belicosa. Pelean en escuadrón, y sus armas son bastones hechos de un palo muy recio y flechas, y no tienen hierba. En un lugar de esta provincia que se dice Calamochica, dijeron unos indios e indias cómo en los tiempos pasados habían venido aquel pueblo una gente como ellos a pie y que traían una casa pequeña, y desque la tiraban daban muy gran trueno. Y les enseñaron una casa donde habían estado ciertos días, y que de allí salieron y no los vieron más. Esto se tiene por cierto que fue César, el que salió de la fortaleza de Gaboto con once compañeros y vino atravesando toda esta tierra en busca de la mar del sur, y que había vuelto hacia el sur, según estos indios dijeron. Y habiendo caminado tan largo camino sin encontrar la mar del sur, pareciéndole que estaba lejos, dio la vuelta hacia la mar del norte, el cual volvió donde había salido, con cinco compañeros, que los demás se le habían quedado cansados en algunas provincias. De esta provincia no se ve la cordillera nevada, y de donde ellos volvieron a la mar del norte, que es más de doscientas leguas de esta provincia, vieron la cordillera nevada, según dijo en Santa Marta uno de los compañeros que yo vi, que con él había andado. Y también le oí decir que habían pasado por una provincia de gente barbada, y ansí son estos comechingones, porque en cuanto se ha descubierto en las Indias no las hay, porque se las pelan. Y a esta causa me parece que son éstos, y que toparon otra provincia rica en oro y plata en vasijas, y que dando noticia a Su Majestad se murió César, la cual no se ha descubierto.
Estos comechingones poseen oro y tráenlo a los pescuezos hecho una manera como diadema que traen a la garganta. De esta provincia a la de Caria hay ciento y veinte leguas de tierra seca, arenales. Hay indios, mas no siembran, que se sustentan de algarrobas. En medio de este camino está un valle, el cual los españoles llamaron el río Bermejo por causa de ir muy bermejo del barro que lleva. Es el agua salobre. Aquí hay muchos indios y de mucho ganado. Y no hay en estas ciento y veinte leguas sino este río que corra, porque todos son jagüeys que los indios hacen a mano, y de que llueve se recoge allí el agua. Es tierra muy poblada y es tierra fértil, aunque los indios no son muy grandes labradores. Sústentanse de algarrobas y chañares, y hacen pan de ello. Y del chañar hacen vino que ellos beben. Tienen muchos guanacos y liebres y perdices, como las que tengo dicho. Es tierra de regadío. Fueron conquistados del inga y aún hoy en día están depositados de aquel tiempo, y de allí tomaron algunas costumbres suyas. De esta provincia a la de Cuyo hay treinta leguas. Están todas pobladas y de mucha gente. Estos indios de Cuyo también fueron conquistados de los ingas. Estos son más labradores que no los de Caria. Siembran mucho maíz y frísoles y quinoa. Poseen muchos guanacos. Están a la falda de la cordillera nevada. Hay todas las cazas que he dicho y sus vestiduras son de lana. También hay acequias muy buenas. De aquí se fue a un río que se dice Diamante, de poca gente.
Estará treinta leguas, poco más o menos, de esta provincia, donde se halló un mármol hincado en el suelo de estatura de un hombre. Y preguntado a los indios que qué era aquello, dijeron que los ingas cuando vinieron a conquistar aquella provincia llegaron allí, y que en memoria que habían conquistado hasta aquel río, pusieron aquella señal y de aquí dieron vuelta. En esta provincia de Cuyo son de las costumbres de los de Mapocho y algunos caciques sirven a la ciudad de Santiago, mas es cuando ellos quieren, a causa de estar tan lejos y no poderse pasar a ellos por amor de la cordillera nevada. De aquí se tuvo noticia de muchas provincias hacia la mar del norte y de muy grandes poblazones. Todo está por conquistar. De aquí de esta provincia de Cuyo pasó el general Francisco de Villagran la cordillera y salió al valle de Aconcagua. Estas provincias de Cuyo y Caria son ricas de oro porque se vio entre los indios. En este camino tardó el general Francisco de Villagran dos años.
Tienen ellos que de aquí les queda el hablar. Es gente belicosa. Pelean en escuadrón, y sus armas son bastones hechos de un palo muy recio y flechas, y no tienen hierba. En un lugar de esta provincia que se dice Calamochica, dijeron unos indios e indias cómo en los tiempos pasados habían venido aquel pueblo una gente como ellos a pie y que traían una casa pequeña, y desque la tiraban daban muy gran trueno. Y les enseñaron una casa donde habían estado ciertos días, y que de allí salieron y no los vieron más. Esto se tiene por cierto que fue César, el que salió de la fortaleza de Gaboto con once compañeros y vino atravesando toda esta tierra en busca de la mar del sur, y que había vuelto hacia el sur, según estos indios dijeron. Y habiendo caminado tan largo camino sin encontrar la mar del sur, pareciéndole que estaba lejos, dio la vuelta hacia la mar del norte, el cual volvió donde había salido, con cinco compañeros, que los demás se le habían quedado cansados en algunas provincias. De esta provincia no se ve la cordillera nevada, y de donde ellos volvieron a la mar del norte, que es más de doscientas leguas de esta provincia, vieron la cordillera nevada, según dijo en Santa Marta uno de los compañeros que yo vi, que con él había andado. Y también le oí decir que habían pasado por una provincia de gente barbada, y ansí son estos comechingones, porque en cuanto se ha descubierto en las Indias no las hay, porque se las pelan. Y a esta causa me parece que son éstos, y que toparon otra provincia rica en oro y plata en vasijas, y que dando noticia a Su Majestad se murió César, la cual no se ha descubierto.
Estos comechingones poseen oro y tráenlo a los pescuezos hecho una manera como diadema que traen a la garganta. De esta provincia a la de Caria hay ciento y veinte leguas de tierra seca, arenales. Hay indios, mas no siembran, que se sustentan de algarrobas. En medio de este camino está un valle, el cual los españoles llamaron el río Bermejo por causa de ir muy bermejo del barro que lleva. Es el agua salobre. Aquí hay muchos indios y de mucho ganado. Y no hay en estas ciento y veinte leguas sino este río que corra, porque todos son jagüeys que los indios hacen a mano, y de que llueve se recoge allí el agua. Es tierra muy poblada y es tierra fértil, aunque los indios no son muy grandes labradores. Sústentanse de algarrobas y chañares, y hacen pan de ello. Y del chañar hacen vino que ellos beben. Tienen muchos guanacos y liebres y perdices, como las que tengo dicho. Es tierra de regadío. Fueron conquistados del inga y aún hoy en día están depositados de aquel tiempo, y de allí tomaron algunas costumbres suyas. De esta provincia a la de Cuyo hay treinta leguas. Están todas pobladas y de mucha gente. Estos indios de Cuyo también fueron conquistados de los ingas. Estos son más labradores que no los de Caria. Siembran mucho maíz y frísoles y quinoa. Poseen muchos guanacos. Están a la falda de la cordillera nevada. Hay todas las cazas que he dicho y sus vestiduras son de lana. También hay acequias muy buenas. De aquí se fue a un río que se dice Diamante, de poca gente.
Estará treinta leguas, poco más o menos, de esta provincia, donde se halló un mármol hincado en el suelo de estatura de un hombre. Y preguntado a los indios que qué era aquello, dijeron que los ingas cuando vinieron a conquistar aquella provincia llegaron allí, y que en memoria que habían conquistado hasta aquel río, pusieron aquella señal y de aquí dieron vuelta. En esta provincia de Cuyo son de las costumbres de los de Mapocho y algunos caciques sirven a la ciudad de Santiago, mas es cuando ellos quieren, a causa de estar tan lejos y no poderse pasar a ellos por amor de la cordillera nevada. De aquí se tuvo noticia de muchas provincias hacia la mar del norte y de muy grandes poblazones. Todo está por conquistar. De aquí de esta provincia de Cuyo pasó el general Francisco de Villagran la cordillera y salió al valle de Aconcagua. Estas provincias de Cuyo y Caria son ricas de oro porque se vio entre los indios. En este camino tardó el general Francisco de Villagran dos años.