Notificación y juramento
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Notificación y juramento En el Puerto y Calláo de la Cidad de los Reyes de los Reinos y Provincias del Pirú en diez dias del mes de Octubre de mil y quinientos y setenta y nueve años, en presencia de los ilustres Señores Licenciado Recalde, Oidor de la Real Audiencia y Chancillería, que reside en la dicha Cidad de los Reyes, y de Don Francisco Manríque de Lara, Domingo de Garro y Pedro de Vega, Oficiales-Reales de Su Magestad, que están en el dicho Puerto para el despacho de los Navíos de la Armada que Su Excelencia embía al Estrecho de Magallánes. Yo Albaro Ruíz de Navamuel, Secretario de Cámara de la dicha Real Audiencia y de la Gobernación destos Reinos, notifiqué esta Instruccion al Capitan Pedro Sarmiento, Capitan-Superíor de la dicha Armada, y á Juan de Villalobos, Almirante della, y á Hernando Lamero, Píloto-Mayor, y á Hernan Alonso, y Anton Páblos, Pilotos de la dicha Armada; y se la leí de verbo ad verbum como en ella se contiene. Y por mandado del dicho Señor Licenciado Recalde, los dichos Capitán-Superior, Almirante y Pilotos juraron por Dios Nuestro Señor y por una señal de cruz, en forma de Derecho, que con los dichos dos Navíos de Armada que se les entrega para la dicha jornada y Descubrimiento del dicho Estrecho en nombre de Su Magestad, servirán á Su Magestad en la dicha jornada y Descubrimiento con toda fidelidad como sus buenos y leales Vasallos y guardarán en la dicha jornada y Descubrimiento esta Instruccion como son obligados y Su Excelencia lo manda; de lo qual doi fe.
=Albaro Ruiz Navamuel. Y luego incontinente ante los nombrados por mandado del Virréi platicaron el Capitan-Superior, Almirante y Pilotos la parte y lugar donde se habían de esperar e ir a buscar y hallar, si acaso por alguna ocasión o tiempo forzoso se apartasen el un Navío del otro, y acordóse que en la Boca del Estrecho en la parte de la Mar del Sur del Poniente se fuesen á buscar y esperar: y porque ya era mui noche no se hizo mas, ni nos pudimos embarcar, y tambien por faltar alguna gente que no había venido de la Cidad. Otro dia Domingo once de octubre el Capitan-Superior y Oficiales y otros muchos confesaron y comulgaron, y luego el Capitan-Superior y Almirante hicieron Pleito menage y solemnidad de fidelidad al servicio de V. M. en manos del Fator don Francisco Manrique de Lara por ante el Secretario Albaro Rruiz de Navamuel: y tras esto luego el Capitan-Mayor tomó la bandera y se embarcó con ella á las dos de la tarde deste dicho dia, y tras él se embarcó toda la demas gente que habían de ir en su companla esta jornada. Y para que el Almirante, Piloto-Mayor y gente de la Almiranta supiesen lo que se había de hacer para ir en conserva y donde nos hallaríamos si nos apartasemos, y para otras cosas, le dió la Orden é Instruccion siguiente. Orden del Capitán Superior Pedro Sarmiento para el Almirante Juan de Villalobos y gente de la Nao-Almiranta El Capítan Pedro Sarmiento, Capitan-Superior de la Armada de Su Majestad para el Descubrimiento del Estrecho de Magallánes, dígo que porque una de las cosas que el Excelentísimo Señor Don Francisco de Toledo, Virréi, Gobernador y Capítan General destos Reinos y Provincias del Pirú, encarga en su Instruccion á mí y al Almirante de la dicha Armada es que vamos juntos y en conserva, y que la Nao-Almiranta baga su farol sin se apartar, ni derrotar, por lo mucho que importa al servicio de Dios Nuestro Señor y de Su Magestad, así para el dicho Descubrimiento y buen efecto de la dicha jornada, como para que sí Dios Nuestro Señorfuere servido de que topásemos con esta dicha Armada con el Capitán Francisco, Ingles Cosario, mediante su ayuda y favor, le podamos acometer y rendir y en la junta que por mandado de Su Excelencia se hizo ante los Ilustres Señores Licenciado Recalde, Oidor de la Real Audiencia de la Cidad de los Reyes, y Oficiales-Reales de Su Majestad por mí y por los Pilotos de la dicha Armada, se acordó y determinó que si acaso por fortuna o tiempo forzoso nos derrotásemos el un Navío del otro, lo qual se ha de procurar por todos los medios posibles que no subceda, nos aguardásemos el un Navío al otro quince días en la Boca del Estrecho, y todos vamos haciendo víage para la dicha Boca.
Por tanto, para se cumpla lo susodicho, ordeno, mando y encargo al Capitan, Almirante de la dicha Armada, que va en la dicha Nao-Almiranta, llamada San Francisco, y á Hernando Lamero, Piloto de la dicha Nao, y Mayor de la dicha Armada, que si acaso por alguna tormenta, ó tiempo forzoso se apartare, ó derrotare de la conserva de la Capitana donde Yo voi, siga su Viage y Derrota la vuelta de la Boca del dicho Estrecho de Magallánes; y por el camino donde Dios le llevare vaya haciendo y cumpliendo lo que Su Excelencia manda por su Instruccion. Y llegados que sean á la Boca del dicho Estrecho, que cae en esta Mar del Sur, esperen y aguarden surtos en la dicha Boca, á mí y á la dicha Nao-Capitana los dichos quince días, teniendo vigilancia con señales y otras diligencias de salir de día á reconocer el Golfo y el Estrecho con el Batel para descubrirme, á causa que podría ser que por estar surta la dicha Almiranta, la Nao-Capitana no la pudiese ver, estando de mar en fuera, porque la mesma órden tendré Yo, llegando primero al dicho Estrecho y Boca dél. Y si acaso dentro de los quince, días no llegare el Navío que obiere quedado atras, pasados los dichos quince días, dexen señales en árboles haciendo cruces grandes, y plantando otras en peñascos: y en las Canales y Estrecho por do se pueda creer que ha de pasar qualquiera de los dos Navíos, echen boyas de palos livianos con potalas, y en ellas algunas cruces clavadas, y cartas escritas de todo lo sucedido basta allí y de lo que piensa hacer adelante; derrota y camino que determina llevar conforme á la Instruccion de Su Excelencia, y avisos de lo que hubíere reconocido y sabido, para que la gente del un Navío se aproveche del aviso de la Gente del otro.
I. Iten, encargo al dicho Almirante Juan de Villalobos que para que entre la Gente que va en el dicho Navío-Almiranta haya toda buena Disciplina Militar y Chrístiana, trabaje y procure con todas sus fuerzas de escusar y prohibir los juramentos y blasfemias con que Dios Nuestro Señor tanto se ofende, y se hagan oraciones á la mañana y tarde, suplicando á Nuestro Señor nos guie y dé buen suceso en negocio tan enderezado á su servicio. II. Iten, prohibirá los juegos, especialmente armas y vestidos, advirtiendo á todos que el que ganare vestidos ó armas no gana cosa que haya de llevar, porque de aqui se seguiría quedar desnudos y desarmados los Soldados, por donde no podrían substar el trabajo, y vendrían en gran deshonor y oprobio y peligro de la vida por los frios y otras necesidades. III. Iten, que se eviten pendencias y disensiones entre la Gente de la dicha Almiranta, porque se conserven como amigos y de una Nación en concordia. Y si acaso, lo que Dios no quiera, procure con brevedad y sumaríamente castígallas por la lei de la Milicia como el caso lo requiere, sin demandas, ni respuestas de procesos, mas de aquello que baste para averiguacion y testimonio. Y si acaso fuere menester castigo presencial ántes lo castigue con la espada que con palabras pesadas, porque de esto se siguen muchos bienes y enmiendas, y quedan los hombres ménos agraviados. IV. Iten, todas las noches ántes que anochezca, por la tarde, ó á la mañana, quando fuere posible juntarse, arribe y venga la Almíranta á juntarse á la Capitana, y lo mesmo hará la Capitana quando conviniere para pedir el nombre del Sancto que han de tener en memoria para aquella noche para nuestro conocimiento.
V. Iten, sigan siempre el farol de noche, y la bandera de la Capitana de día. Y sí acaso conviniere que la Capitana en que Yo voi, mude derrota u otro camino del que hasta allí ha llevado, terná aviso que se le harán dos faroles acía aquella parte donde se mudare el camino, meneándolos para que mejor se conozcan y sigan el dicho camino. VI. Iten, si se viere en alguna necesidad que haya menester socorro tirará una pieza, y si fuere necesidad de socorro de personas tirará dos, porque lo mesmo terná entendido que haré Yo en mi Navío para que él me socorra si lo hubiere menester. VII. Todo lo qual encargo y mando al dicho Almirante haga y cumpla conforme á la Instruccion de Su Excelencia, y como se confia de su persona, so las penas en que caen los que hacen lo contrario. Fecha en el Puerto y Calláo de la Cidad de los Reyes en once días del mes de Octubre de mil y quinientos y setenta y nueve años. =Pedro Sarmiento. =Ante mí Juan de Esquível, Escribano Real. =La Gente de la Armada. Embarcáronse en la Nao-Capitana el Capitan-Superior y General de la Armada Pedro Sarmiento, el Padre Frai Antonio Guadramiro, de la Orden del Bienaventurado San Francisco, Vicario desta Armada y Predicador, persona venerable, que también había ido en la jornada pasada a Panamá con el mesmo cargo, sirviendo á V. M.; El Alférez Juan Gutiérrez de Guevara; Anton Páblos, Piloto desta NaoCapitana; y Hernando Alonso, Piloto asimesmo de la dicha Nao; Juan de Sagasti, Tenedor de bastimentos; Juan de Esquível, Escribano Real; Pedro de Hojeda, Contramaestre.
Estos se nombran por ser Oficiales, los quales con los demas Soldados y Marineros eran por todos cincuenta y quatro los de la Capitana. En la Almiranta se embarcaron el Almirante Juan de Villalobos; el Padre Frai Christoval de Mérida, de la Orden dicha; Hernando Lamero, Pilpto-Mayor y de la Almiranta; Pascual Xuarez, Sargento-Mayor; Francisco de Trexo, Escribano; Guillermo, Contramaestre: con los quales y los demas Soldados y Marineros son cicuenta y quatro, pocos mas ó ménos, y por todos son ciento y ocho los de ambas Naos, y algunos mas de servicio. Llevaba cada Navío dos piezas de artillería medianas y quarenta arcabuces entre ambos Navíos, y pólvora, plomo, mecha, picas, morriones de cuero, algodon y mantas para escaupiles que son unos petos estofados que se hacen para armaduras del cuerpo, todo esto de la Casa-de-Municion de V. M. Con este aviamiento y despacho este dicho dia 11. de Octubre de 1579. á las quatro de la tarde, en el nombre de la Santísima Trinidad Padre e Hijo y Espíritu-Sancto, Tres Personas y un solo Dios verdadero, nos hicimos á la vela y partimos del Puerto de Calláo de Lima que está en 12, grados y un quarto; y esta misma noche fuimos á surgir a la isla del Puerto questá dos leguas á Loeste del Calláo. Surgimos aquí por necesidad de acabar de poner segura y en andana la Capitana que iba zelosa porque hubo descuido en lastralla y no sustentaba velas. Esta noche no durmió la Gente porque todos anduvieron trabajando, unos trahiendo lastre de la isla, otros acabando de aparejar y enxarciar la Nao, que no se había podido acabar en el Puerto: y lúnes por la mañana 12.
del mes nos levamos desta isla con un vahage de norte bonancible, con que comenzamos á navegar a vuelta del Sur, y desembocamos por entre la Isla y el Puntal del Puerto á popa, que mui pocas veces se ha visto; y empezando á salir a la mar, vino la virazon y amuramos la vuelta de tierra, y fuimos desta vuelta tras un Morro que llaman de Solar en el Valle-de-Surco, dos leguas de la Isla, y tres del Calláo. Mártes siguiente 13. de Octubre, comenzando á salir á la mar luego sentimos que iba abierta la proa de la Capitana por muchas partes, y por calafatear algunas costuras; que con la priesa que hubo en el despacho no les bastó la diligencia á los Sobre-estantes a verlo todo. Con esta falta, quando la Nao arfaba entraban mui grandes golpes de agua por la proa, que llegaba algunas veces hasta el mástel mayor el agua hasta la rodilla, de lo qual la Gente se comenzó á afligir mucho; y la Gente de mar iba fatigada en dar contino á la bomba, y en acabar las velas y otros aparejos, y zafar el Navío: y el peligro de la proa era de suerte que no se podía hacer fuerza de vela sin abrir el Navío del todo, porque los mares jugaban, y el corbatón de la gorja iba abierto y desempernado, y desclavada toda proa y espolon: y por no volver á Lima trabajaron mucho por ir al Puerto de Pisco, treinta y tantas leguas de Lima, á adobar; y así con la ayuda de Dios entramos en Pisco sábado 17. de Octubre, y luego se repartió la Gente, unos á tierra á acabar las velas, otros á la xarcia, y los Carpinteros y Calafates á reparar y fortalecer la proa, la qual del todo se fortificó bien, conforme al lugar.
Tomáronse aquí quatro hombres de la mar: dióseles á tres pagas á cada uno, conforme en Lima se habia pagado á los demas; y el uno era Calafate, y se le pagó con la ventaja de soldada y media, que son 37. pesos y medio ensayados cada mes. Embióse á Parraca dos leguas de allí, por una batelada de sal: tomáronse en este Puerto algunas cosas de que veníamos faltos para los Navíos, y para mantenimientos. Muchas dellas pagó Pedro Sarmiento y otras se obligó por ellas; y á peticion de la Gente de mar y Oficiales se tomaron y compraron dos cieptas botijas de vino de la tierra, que costaron á quatro pesos y medio, que montaron novecientos pesos corrientes. Estas se repartieron por mitad, las ciento á la Capitana y las ciento á la Almiranta, y en cada Nao se repartieron por cabezas, partes iguales: y todos juntos y cada uno por su parte se obligaron de lo pagar, y dieron libranzas á los dueños para que en Lima lo cobrasen de sus salarios: y habiéndonos aparejado y reparado, con nueva alegría nos hicimos a la vela miércoles 21. de octubre á la una despues de mediodía; y todo este dia anduvimos barloventeando por esta Ensenada, que es grande, sin tener viento para poder salir. El juéves todo el dia tuvimos calma, y anochecimos sobre la Isla de Sangallan cerca de ella, que esta en catorce grados al Sur, y dende á dos horas despues de anochecido comenzó el viento Susueste y fuímos la vuelta de la mar al Sudueste toda la noche, y hasta el viérnes á mediodía que anduvimos 12.
leguas por el arbitrio. Desde el viérnes á mediodía 23. de Octubre el Oessudueste hasta la noche, seis leguas. Este dia se repartieron las armas de munición, y toda la noche siguiente navegamos al Sudueste, guiñando sobre la quarta del Sur, ocho leguas por fantasía. El sábado, al Sudueste quarta al Oeste, 4. leguas, y al Sudueste ó leguas por arbitrio hasta la noche. Este dia mandó Pedro Sarmiento al Almirante Juan de Vilialobos que no pasase delante de la Capitana, sinó que siguiese el farol de noche y la bandera de dia, so ciertas penas, porque así convino al servicio de Su Magestad, porque claro comenzaba ya á mostrarse quererse apartar de la conserva de la Capitana contra las Instrucciones del Virréi y del Capitán-Mayor. La noche siguiente hasta domingo de mañana con viento fresco al Sudueste quarta al Sur y al Susudueste, diez leguas por arbitrio. El domingo á mediodía á 25 de Octubre tomé el altura en diez y seis grados y cincuenta y cinco minutos al Sur, 60 leguas de Pisco Lesteoste: con Ocoña 70. leguas. Desde el domingo á mediodía hasta prima noche, al Sudueste ó leguas, y hasta las ocho de la mañana del lúnes 26 del mes, al Susudueste diez leguas. A esta hora escaseó el viento, y fuimos con Susueste la vuelta del Sudueste, y luego á la quarta del Oeste, y luego á largo, y fuimos al Sudueste franco. Este Iúnes á mediodía, tomé el altura en diez y siete grados y cincuenta y cinco minutos, ochenta y siete leguas de Pisco Lesteoeste: con Tambo 107 leguas á Loeste.
Este dia abrió claro, porque dende la conjuncion había hecho tiempo rnui obscuro y cerrado. Hace por aquí en este tiempo mui templado con mas parte de calor que de frío. Desde este parage comienzan los vientos suestes una quarta mas larga y mas escasa con mar bonanza y cielo claro. Desde lúnes hasta mártes á mediodía 27. de Octubre con Sueste y Susueste bonancible, entrando y saliendo la vuelta del Sudueste y del Susudueste. Echéle el camino del Sudueste, porque este dia arribamos sobre la Almiranta. Anduvimos 15. leguas. Este dia á las ocho de la mañana nos dio el primer aguacerito del Susueste, que nos dexó viento fresco en la vela y con él fuimos al Sudueste; y pasado el agucerillo volvió el viento al Sueste bonancible que nos dexaba ir al Susudueste. Los aguacerillos no llueven mas que un rucío poco y mui menudo, y trahen viento fresco. Hace por este clima mas calor que frio; mas mui buen temple; cielo, mar y viento apacible. Tomóse este dia el altura: Pedro Sarmiento en 19 grados 22 minutos, y Anton Páblos en 19 grados y 50 minutos; Hernando Alonso en 19 grados y 5 minutos, de manera que por el Sudueste quarta al Sur anduvimos desde el lúnes hasta mártes á mediodía 28 leguas. iban las aguas al viento en nuestro favor al Sur: halléme este dia Lesteoeste con el Rio de Juan-Diaz ciento y quarenta leguas. Abre por esta Region el cielo de las diez del dia adelante. Por este mar vimos poco pescado, y vimos algunos paxarajos bobos blancos. Este dia pedí el punto al Piloto de la Almiranta, y dixo que no había tomado el Sol, habiendo hecho tiempo para ello: reprehendiole Pedro Sarmiento su descuido, y mandóle que no dexase de tomar el Sol todos los dias que hiciese claros para ello.
Desde mártes hasta miércoles á mediodía 28 de Octubre, al Sudueste quarta al Sur 30 leguas. Tomamos este dia el altura en 21 grados largos: reconocímos por el camino ir los aguages al Sudueste en nuestro favor. Este dia hicimos particularmente gracias a Nuestro Señor Dios por el buen tiempo que nos daba, y hicimos cierta limosna para la Casa de Nuestra Señora de la Rabida de España. Todos los dias de fiestas el Padre Vicario hacía sermon que nos consolaba mucho con su buena doctrina. Hallámonos este dia Lesteosste con el Rio de Pisagua 160 leguas: de Pisco 154; de Lima 168. Nordeste Sudueste: Toma de la quarta de Norte-Sur. Desde miércoles hasta juéves 29 de Octubre con Susueste y Sueste quarta al Sur fresco fuimos al Sudueste, y al Sudueste quarta al Sur, y al Susudueste largo y escaso: que cotejado lo uno con lo otro sale el camino al Sudueste quarta al Sur 30 leguas por fantasía. Desde juéves á mediodía hasta la noche, seis horas al Sudueste quarta al Sur: la resta de la noche cargó mucho el viento, que nos hizo tomar las velas de gabias y con las maestras á medio árbol al mesmo rumbo y al Sur quarta al Sudueste y al Susudueste, doce leguas: y por la mañana viérnes cargó el viento mas y nos hizo sacar la boneta del trinquete, y fuimos al Sudueste hasta el viérnes á mediodía 30. del mes diez leguas por arbitrio. Desde viérnes hasta sábado á mediodía 31 de Octubre, al Sudueste, quarta al Sur y al Susuueste 20 leguas. Desde el sábado hasta el Domingo á mediodía primero de Noviembre, la mitad al Sudueste quarta al Sur, y la otra mitad al Susudueste 30 leguas.
Este dia tomé el altura en 26 grados y un tercio largo, y sumando lo que anduvimos dende 28 de Octubre, estando en 21 grados, hasta este punto, son ciento y catorce leguas y dos tercios de legua. Va de diferencia deste camino, que es el vero al del arbitrio, cinco leguas y un tercio que había hurtado la fantasía á la altura. Hallámonos este dia Lesteoeste con Copayapo ciento y ochenta leguas; y halléme apartado del meridiano de Lima al Oeste ciento y cincuenta leguas, estando con Lima docientas y ochenta y cinco leguas Nordeste-sudueste quarta de Norte-Sur. Pasamos por el Oeste 18. leguas de las Islas Desventuradas, que están en 25. grados y un tercio, las quales año de 1574, Juan Fernandez, Piloto, yendo á Chile acaso las descubrió segunda vez, que desde que Magallánes las descubrió año de 1530 no se habían visto mas; y se llaman agora San-Felix y San-Ambon. Son pequeñas, tres cuerpos de tierra, despobladas, sin agua. Tienen mucha paxarería y lobos-marinos, y mucha pesquería. No se fien los navegantes en este parage de los reloxes hechos en España y Francia y Flandes y partes de mas altura para fixar el Sol con el Astrolabio ordinario; ni tampoco por el Aguja-de -Marear, porque cuando lo marcares al Norte pensarás que es Mediodía y habrá ya pasado mas de una quarta. Por tanto, téngase aviso que quando se tomare el Sol se espere con el Astrolabio en mano hasta que le vean subir por la pínula baxa, que es baxar por la parte de arriba: y este es el mas perfecto y preciso relox para todas partes para el Meridiano del altura.
La causa es, que las Agujas-de-marear tienen trocados los azeros quasi una quarta del punto de la flor-de-lis, teniendo respecto los que las hacen al nordestear y noroestear, y quieren que una regla valga para todo el Mundo, como ya que fuese así cierto, como algunos lo enseñan, es mas y ménos; y en el Meridiano del Cuervo dicen que no nordestéa, ni noroestéa; pero la verdad es ser tal regla falsa por la experiencia: que Yo he hecho en muchas, varias y muy diferentes partes del Mundo, orientales, occidentales, septentrionales y meridionales, en mas de ciento ochenta grados de longitud, y mas de ciento cincuenta de latitud, habiendo pasado por diferentes partes la Equinocial muchas veces: y los reloxes que no son hechos generales, solo son precisos para aquella altura para donde se hacen, ó para poca mas ó ménos, aunque algunos piensan que al Mediodía todos los reloxes sirven bien: lo uno y lo otro es error notabilisimo y dañoso, que conviniera haber advertido y emendado; pero si las Agujas agora se enmendasen, sería nuevo yerro mayor que el primero, porque ya las tierras están arrumbadas por estas Agujas de azeros cambiados: y así para ir en busca de las Costas hase de usar destas Agujas necesariamente, so pena que si se van á buscar con Agujas buenas y precisas, no las hallarán, ó se ha de volver á arrumbar la tierra toda de nuevo, por lo qual se sufre y va con este yerro de indescripcion por evitar otro mayor hasta que haya quien lo mande hacer de intento.
Del domingo al lúnes á mediodía dos de Noviembre, al Susudueste quarenta y dos leguas, Tomamos este dia el Sol Yo y Anton Páblos y Hernando Alonso en 28. grados y 37. minutos Lesteoeste: con el Guasco 178. leguas, y de Lima 325 leguas Nordeste-sudueste quarta del Norte-Sur, algo sobre la media partida. Desde el lúnes al mártes á mediodía 3 de Noviembre, al Sudueste 26 leguas. Tomé el Sol en 29 grados y dos tercios largos Lesteoeste: con el Rio de Coquimbo 190 leguas, y de Lima 355 Norte-sur quarta de Nordeste-sudueste, tomando de la media partida. Desde mártes á miércoles á mediodía 4 de Noviembre, al Sudueste y al Susudueste por mitad, 24 leguas. Este mártes fue la Capitana arribando, escotas largas, sobre la Almiranta, y lo mesmo hizo el miércoles, Porque la Almiranta iba delante y mui descayendo á sotavento, sin querer aguardar poco ni mucho como le estaba mandado. En fin la alcanzamos, y sospechose que se iba huyendo y apartándose; pero entónces no convenía rigor: y en alcanzándola Pedro Sarmiento pidió el punto al Piloto Mayor, y respondió que el dia ántes, que fue mártes, había tomado en 29. grados y quarta. Este dia comenzó á ventar Nordeste, y fuimos bolinas largas al Susueste. Este dia platicó el Capitan-Mayor con los Pilotos sobre la derrota que tomarían, pues ya ventaban vientos largos. Lamero, de la Almiranta, dixo que al Sur, porque se multiplicaba mas brevemente altura, no mirando que por allí no se tomara tierra en setenta grados.
Pedro Sarmiento, Anton Páblos y Hernando Alonso se concordaron en que se fuese por el Susueste, porque aun por aquí con clificultad se reconocería tierra de 45 á 50 grados, á buen decir la navegación: y yendo por el Sur era perder el verano y las vidas, y no hacer aquello á que éramos embiados; y así esa noche siguiente se caminó por el Sur quarta al Sueste hasta juéves á mediodía: y por haber ido el mediodía de ántes al Susudueste, le eché el camino del Sur. Tomé este dia altura en 33 grados y once minutos, que desde mártes a mediodía hasta este punto son sesenta y dos leguas largas, 410 leguas de Lima Nornordeste Susudueste entre la quarta de Norte-sur. Este dia hizo bonanza, y con poco viento y dia claro fuimos al Sur quarta al Sudueste. Tomamos este dia el altura en treinta y tres grados y un tercio. Del juéves al viérnes al Sur, guiñando sobre la quarta del Sueste. Tomamos este dia el altura en 33 grados 42 minutos. Este dia anduvimos poco, porque hubo calmas. Anton Páblos tomó en 33. y 54; Hernando Alonso en 33. y 40 leguas diez Leste oeste: con el Rio de Mayapo 170 leguas, y de Lima 418 leguas, y del Meridiano de Lima 140 El dia de ántes y éste hizo calor mas que la ordinaria, y calmas: y por esto caminamos poco. Del viérnes al sábado 7 de Noviembre, al Sur, catorce leguas. Tomé este dia el altura en 34 grados y medio largo Lesteoste: con Cobas 150 leguas, y de Lima 440 leguas por el rumbo dicho (digo por donde navegamos); pero tomado por el Nordeste Sudueste, como á este punto nos demoraba la isla de Lima, estábamos della 420 leguas.
Estos dias hixo calmerías y gran calor hasta mediodía: y el sábado algo ántes de mediodía comenzó á ventar nordeste, é íbamos navegando á popa. Desde el sábado a domingo S. de Noviembre á mediodía, las diez y ocho horas, al Sur quarta al Sueste 25. leguas, y las 6 horas, al Susueste 6 leguas por arbitrio. Este dia no se tomó el Sol. Este dia á las siete de la mañana calmó el Nordeste, y del Sudueste vinieron aguaceros, que duraron mas de dos horas, y traxeron viento que nos hizo ir al Susueste y al Susueste y al Lesueste; y escaseó hasta el Leste hasta mediodía, largando y escaseando; y de mediodía arriba calmó este viento, y ventó Leste y Lesueste. Amuramos de la finiestra, y caminamos al Sur quarta al Sueste: y dende á una hora ventó Nordeste, y carhinamos a popa al Sur quarta al Sueste. Este dia hubimos habla con la Almitanta: y el Piloto Mayor Hernando Lamero dixo que gobernásemos al Sur; y Pedro Sarmiento le respondió, que pues no querian emendar su determinacion, que era ir á tierra de demasiada altura para lo que veníamos á hacer, que la Capitana haría lo que fuese servicio de Dios Nuestro Señor y de Su Magestad, y que Él con la Almiranta no pasase delante, sinó que siguiese la bandera de la Capitana de dia y el farol de noche: y volviendo á replicar Lamero, dixo que fuésemos á tierra no descubierta; y Pedro Sarmiento le dixo que Él no venía sinó á hacer lo que el Virréi en nombre de S. M. le mandaba, que era descubrir el Estrecho de Magallánes y á aprovechar el tiempo todo lo que fuese posible por no perder el tiempo del verano; y que si pasaban á mas altura que la Boca del Estrecho está, habíamos de tener nortes que no nos dexarían baxar al Estrecho hasta que ventasen los sures, que es por fin de Abril, y entánces ya sería imbierno cerrado, y era perdido este año, quando por buena ventura escapásemos, demas de ser andar el camino dos veces, y ponernos á peligro de que entretanto viniesen mas Cosarios y poblasen el Estrecho, y nosotros no pudiésemos pasar por él á dar aviso á Su Magestad á España, ni volver al Pirú á darle al Virréi; que eran muchos daños e inconvenientes dañosisimos y rnui perniciosos, y que pues esto era tan evidente que por el Sueste ó Susueste quería descubrir tierra de la banda del Norte del Estrecho en parage conviniente donde nos aprovechásemos de los nortes quando otros vientos no hubiese, y que esta era mi determinación y parecer y de los demas Pilotos de la Capitana, Hernando Alonso y Anton Páblos, Piloto experto y de mucho crédito en estas navegaciones de mucha altura, especial en la de Chile.
Y perseverando Hernando Lamero en su despropósito, el Capitan le mandó que siguiese la Capitana de dia y de noche, so pena de privación de oficio, y que embiaría á la Almiranta quien la marease, y al Almirante le mandó, que so pena de la vida no se apartase de la Capitana de dia ni de noche: lo cual fue causa para que por entónces no se apartase, aunque lo llevaba determinado de hacerlo aquella noche, segun me dixo el Padre Vicario Frai Antonio Guadramiro que le había dicho Frai Christoval de Mérida, su compañero y súbdito, que iba en la Almiranta, que aquella noche siguiente se apartaría la Almiranta, sinó les pusiera la pena que les puso Pedro Sarmiento, que así lo habían platicado el Almirante, Piloto y otros de aquel Navío-Almiranta. Desde el domingo hasta el lúnes á mediodía 9 de Noviembre con viento norte, nordeste y nornordeste navegamos la vuelta del Sur quarta al Sueste. Tomé el altura en 37 grados, 56 minutos, que suman leguas, desde el sábado que se tomó el altura, 58 leguas Lesteoeste: con el Puerto del Carnero 100 leguas, y de Lima 500 leguas Nordeste Susudueste. Hernando Alonso tomo en 38 ménos un quarto. Desde el lúnes al mártes á mediodía 10. del mes, al Sur quarta al Sueste; y el mártes al amanecer cargó tanto norte, que nos hizo tomar la mesana y velas de gabia; y sacar las bonetas, e íbamos con los papahigos baxos á medios árboles; y con ir á popa entraban muchos y grandes golpes de agua en la Capitana, que sinó fuera por la puente corríamos gran riesgo de anegarnos, porque demas de la mucha mar, penejaba tanto que cada vez bebía agua por los bordos por ser de muchos delgados.
Anduvimos 30. leguas por fantasía: llovío tanto, que los Marineros se mudaron dos ó tres veces la ropa. Todo este dia y la noche ántes toda, la Almiranta fue delante sin hacer lo que le era mandado, ni hacer lo que el Virréi le mandaba, aunque se le hizo farol y otras señas de noche y de dia; pero en alcanzándole, disimulóse con Él, porque convenía al servicio de Su Magestad que se hiciese su hacienda, y no la particular presuncion. Del mártes al miércoles á mediodía 11 de Noviembre, al Sur quarta al Sueste, corrimos tormenta de Norte, que nos hizo ir sin velas de gabias y sin bonetas, y los papahigos amainados de medio árbol abaxo; y porque la Nao daba tan grandes balances que se anegaba por la proa y por los lados, se quitaron los mastaléos de gabia; y al sacar se nos quebró el de la Capitana, el de proa. Anduvimos desde el lúnes á mediodía hasta miércoles á mediodía 82 leguas. Tomé el altura por tres Astrolabios con 42 grados largos y medio; Anton Páblos lo mesmo, y Hernando Alonso 43. escasos. Hallámonos este dia 573 leguas de Lima Lesteoeste: con la tierra que está entre Osorno y Chiloé 70 leguas. Desde miércoles á mediodía hasta la noche cargó mucho el Norte, saltando al Noroeste y Oesnoroeste; y fue tanta la furia, que nos hizo tomar de todo el papahigo mayor, y hacer cinturas á los másteles, y xaretas falsas á la xarcia. Ibamos corriendo á popa con los papahigos de trinquete baxo sobre cubierta quanto gobernasen los Navíos para huir de la tormenta de mar y viento.
Estas seis horas hasta la noche fuimos al Sueste 8 leguas; y toda esa noche al Sueste quarta al Sur 12 leguas: y desde juéves por la mañana saltó el viento al Sudueste, y fuimos al Sueste ocho leguas. Este dia por la mañana metimos el masteléo mayor, y dimos el papahigo mayor y mesana, la qual sacamos á las dos del dia, porque el Navío trasorceaba; de manera que desde miércoles hasta juéves á mediodía por los rumbos dichos anduvimos por fantasía 30 leguas. Desde juéves a mediodía con sudueste y susudueste fuimos al Sueste y Susueste seis horas seis leguas; y toda la noche al Sur quarta al Sueste 14 leguas, y hasta viérnes á mediodía 13 de este mes al Sur quarta al Susueste, ocho leguas. Este dia nos dió otra tormenta grande de mucho mar y viento oeste y ossedueste con mucho frio: corrimos al Sur quarta al Sueste con los papahigos amainados sobre la cubierta con medias tiestas, haciendo fuerza de velas bolinas haladas, porque nos hallábamos cerca de tierra; y dábamosle resguardo. Desde viérnes al Sábado 14. de Noviembre, 25 leguas; las seis al Sueste, y las doce al Susueste y al Sur quarta al Sueste por fantasía. En este parage hizo mucho frio, y las gotas de agua que caen vienen redondas y corpulentas como granizo frigidísimo. Esta noche abonanzó algo el viento. Sea aviso que por aquí, en dexando el norte, acude luego á la travesía, que es el oeste, con mucha furia, y mete mucha mar; y de allí salta al sudueste con muchos aguaceros menudos, y de noche abonanza, y de dia venta con mucho rigor y frio.
Estos tres dias no vimos el Sol á tiempo que se pudiese tomar. Por la fantasía debímos estar hoi en 46 grados largos. Desde sábado al domingo 15 deste mes al Sueste, seis leguas; y toda la noche al Sur, 15 leguas; y hasta mediodía al Sur, ocho leguas por fantasía. Mas porque tomé á mediodía el Sol en 48 grados largos, digo que desde miércoles once deste mes hasta hoi anduvimos por altura ciento y quince leguas Lesteoeste: con el Puerto de Nuestra-Señora-del-Valle leguas y de Lima 690 leguas. Del domingo al lúnes 16 de Noviembre tuvimos tanto tiempo del Sudueste y Oessudueste, que nos hizo ir quasi sin velas; y de noche, porque nos hacíamos con tierra, no llevábamos mas de dos brazas izadas de los papahigos. Fuimos al Sueste y al Sur 15 leguas. Del lúnes al mártes 17 de Noviembre cargó el Oeste y Sudueste, que nos hizo ir con pocas velas; y á la noche, porque el General se hacía ya con tierra con parecer de los Pilotos de la Capitana, advirtió al Piloto de la Almiranta, que fuese al Susueste con solos los papahigos de los trinquetes, y de media noche abaxo fuésemos al Sueste, y así se hizo. Y en amaneciendo el mártes 17 del dicho mes del año de 1579 en el Nombre de la Sanctisima Trenidad vimos tierra alta que nos demoraba el Lesueste como diez leguas, y fuimos derechos á ella para reconocella y marcalla; y á mediodía cerca de tierra tomamos la altura en quarenta y nueve grados y medio, y Hernando Alonso en 49, 9 minutos: y acercándonos á tierra, descubrimos una grande Bahía y Ensenada que entraba mucho la tierra adentro hasta unas Cordilleras nevadas; y á la banda del Sur tenía una tierra alta amogotada con un monte de tres puntas, por lo cual Pedro Sarmiento nombró á esta Bahía Golfo de la Sanctísima Trenidad.
La tierra alta del monte de tres puntas, que por eso fué nombrado Cabo de Tres-Puntas, ó montes. Esta tierra es pelada, y á la mar tierra baxa y de mucha reventazon y baxos sobre agua; y en lo alto tiene muchas manchas blancas, pardas y negras. Al Norte deste Cabo de Tres-Puntas, seis leguas, está la tierra de la otra banda de la boca deste Golfo, que es un morro alto gordo, y cae luego á lo llano la tierra adentro al Norte con muchos Isléos a la mar. Esta tierra gorda parece Isla de mar en fuera: Llamóse CaboPrimero. Hace esta seña quando demora al Nordeste. La tierra del Sur, que es el Cabo de Tres-Puntas, sobre la mar hace un pico como Vernal, desta manera. arriba, derecha La Boca y Entrada de esta Bahía y Golfo de la Sanctisima Trenidad tiene seis leguas desde el Cabo-Primero al Cabo de Tres-Puntas; y corre la Costa de la mar brava Norte-sur quarta de Nordeste-sudueste lo que pudimos determinar con la vista: y la Canal deste Golfo de la Santisima Trinidad corre Noroeste -sueste, lo que áprima faz alcanzamos á determinar. Cabo-Primero con Cabo de Tres-Puntas demoran el uno por el otro Norte-sur, y toma algo de la quarta de Nordeste-sudueste . Estando ya cerca de tierra, juntámonos la Capitana y Almiranta, y platicaron sobre lo que se debía hacer; y resolviéronse todos que entrásemos en esta Bahía á tentar la tierra: y el General viendo que estaban en buen parage para descubrir el Estrecho, y que aquella Bahía, conforme á su traza, quel General tenía descrita, había de responder á la Mar por otra Boca cerca del Estrecho, mandó gobernar allá; y así entramos dentro como á las dos del dia de la tarde con la sonda en la mano.
Y aunqué entramos tres y quatro leguas la Canal adentro no se halló fondo con muchas brazas hasta que nos arrimarnos á la tierra, y sondamos en treinta brazas; y allí surgimos la primera vez, cinco leguas la Bahía á dentro: y por presto que lanzamos el ancla tomó fondo en muchas mas brazas de las que se habían sondado, y el fondo es sucio. La Almiranta surgió mas en tierra, y garro y luego dió en mar sin fondo porque es allí acantilado, y por esto se hizo á la vela, y lo mesmo hizo la Capitana por la mesma causa. Y por ser noche y no saber la tierra y ser tormentosa, que no hai hora segura, viramos luego la vuelta de tierra donde habíamos surgido la primera vez: y sondando algo mas en tierra que ántes, surgimos en veinte brazas. Todo el fondo deste surgidero es peñascoso y Costa brava, acantilado; y luego surgió la Almiranta mas cerca de tierra. Otro dia miércoles 18 de Noviembre Pedro Sarmiento, no teniendo por bueno ni seguro Puerto éste por estar desabrigado del norte y noroeste, que son los dañosos aquí, entró en un batel y con Él Anton Páblos, y fué á buscar Puerto la vuelta del Sueste; y anduvieron todo el dia sondando ancones y caletas, y hallaron un Puerto razonable. Y porque quando volvió á los Navíos para llevallos allá no halló al Piloto-Mayor en ellos, que era ido también á buscar Puerto sin avisar adonde iba, no los llevó luego ese mesmo día. Otro dia juéves amaneció el tiempo mui turbado, y con tanta tormenta de norte, que no fué posible poder, ni osar desamarrarnos, porque era cierto hacernos pedazos en la Costa ántes de dar la vela; ni pudiéramos salir aunque no hubiera este inconveniente.
Tanta era la mar y viento que nos comía y deshacía sobre las amarras: y cargó tanto, que la tirana (sic) y golpes de mar quebró una ancla por el hasta, de ludir en los peñascos del fondo, y rebentó el cable grueso de la otra ánfora; y así quedamos todo desarmados, y la Nao Capitana comenzó á ir atravesada á dar al traves en los arrecifes de la Costa questaba poco mas de un ayuste de distancia. Lo que aquí se debió sentir júzguelo quien en otras semejantes se ha visto; pero no por esto los Pilotos y Gente de mar y tierra desanimaron, ántes con gran ánimo y llamando á Dios y á su benditísima Madre dieron con grandisima diligencia fondo á otra ancla que iba entalingada; y quiso Dios que tomó fondo y aferró, y con mucha presteza se abitó, y la Nao hizo cabeza; y así se salvó la Nao, que sin falta la libró la sacratísima Madre de Dios milagrosamente, y con este reparo nos sustentamos este dia y viérnes siguiente. La mar y viento no abonanzaba; y estar aquí era estar arriscados á la perdicion cierta; y salir á fuera no podíamos; y pararnos y desamarrarnos no nos convenía, so pena que haciendo qualquiera destas tres cosas éramos perdidos, y conveníanos irnos de allí al Puerto sondando que dixe arriba. Y para ménos daño y peligro embió Pedro Sarmiento al Piloto Hernando Alonso en el batel á que sondase un boqueron que se hacía entre una Isleta y la aventurar á Tierra grande para si por allí hubiese fondo, pasar las Naos al Puerto dicho.
Fué y halló cinco brazas, y desde allí hizo cinco veces seña con una bandera blanca que llevó para ello, y quedóse allá con el batel que no pudo volver. Sabido aquel pasage determinámonos de ir y pasar por allí; y así en el nombre de la sacratísima Reina de los Angeles largamos las amarras por mano, teniendo primero el trinquete arriba; y en un instante nos llevó la Madre de Dios y nos metió por el boqueron que iba tocando con los penoles quasi en las tierras de ambas partes; y llegamos al otro Puerto sondado, donde surgimos, y quedamos en una bonanza y tranquilidad maravillosa; á lo ménos que lo pareció entónces. Fue cosa de admiracion ver las vueltas que la Nao iba dando por entre los arrecifes y vueltas de la Canal del boqueron, que un caballo inui arrendado no las diera tales; y en todas iba como un rayo, que si discrepara qualquiera cosa, se hacía pedazos. Tuvimos por mejor acometer esta temeridad donde había alguna esperanza de salvación, que no estarnos obstinados y con pereza en aquel Puerto, donde cierto, si esto no hiciéramos, esa mesma tarde pereciéramos todos sin escapar hombre. Ancorada la Capitana, volvió el batel de la Capitana por la Almiranta, y por la mesma órden y pasos la traxeron á este mesmo Puerto, aunque surgió mas en tierra por la señalada merced que Dios nos hizo de darnos en este Puerto, donde nos reparamos por intercesión de su gloriosísima Madre. Llamamos á este Puerto de Nuestra-Señora-del-Rosario; y al otro, Peligroso; aunque los Marineros le llamaron Cache-diablo.
El domingo siguiente 22 de Noviembre el General Pedro Sarmiento, con la mayor parte de la gente, saltó en tierra; y arbolando Pedro Sarmiento una cruz alta, todos con mucha devoción la adoraron, y cantáse en alta voz el Te Deum Laudamus de rodillas, y con gran regocijo dieron todos gracia á Dios conociendo las mercedes que de su Divina mano habiamos todos recibido. Esto hecho, el Capitan-Superior Pedro Sarmiento se levantó en pie, y echando mano á una espada que tenía en la cinta dixo en alta voz en presencia de todos: "Que le fuesen todos testigos como el, en Nombre de la Sacra, Católica, Real Magestad del Rey Don Phelipe Nuestro Señor, Rei de Castilla y sus Anexos, y en Nombre de sus Herederos y Subcesores, tomaba Posesión de aquella Tierra para siempre jamas." Y en testimonio deilo, para que los presentes tuviesen memoria con la espada que tenía en la mano, cortó árboles, ramas y hierbas, y mudó piedras, y dellas hizo un Mojon en señal de Posesion. Y porque las Posesiones semejantes conviene que consten ampliamente, y el Virréi manda particularmente que se tome Posesion en las partes donde saltáremos en tierra, hizo Pedro Sarmiento el Testimonio siguiente por ante Escribano.
=Albaro Ruiz Navamuel. Y luego incontinente ante los nombrados por mandado del Virréi platicaron el Capitan-Superior, Almirante y Pilotos la parte y lugar donde se habían de esperar e ir a buscar y hallar, si acaso por alguna ocasión o tiempo forzoso se apartasen el un Navío del otro, y acordóse que en la Boca del Estrecho en la parte de la Mar del Sur del Poniente se fuesen á buscar y esperar: y porque ya era mui noche no se hizo mas, ni nos pudimos embarcar, y tambien por faltar alguna gente que no había venido de la Cidad. Otro dia Domingo once de octubre el Capitan-Superior y Oficiales y otros muchos confesaron y comulgaron, y luego el Capitan-Superior y Almirante hicieron Pleito menage y solemnidad de fidelidad al servicio de V. M. en manos del Fator don Francisco Manrique de Lara por ante el Secretario Albaro Rruiz de Navamuel: y tras esto luego el Capitan-Mayor tomó la bandera y se embarcó con ella á las dos de la tarde deste dicho dia, y tras él se embarcó toda la demas gente que habían de ir en su companla esta jornada. Y para que el Almirante, Piloto-Mayor y gente de la Almiranta supiesen lo que se había de hacer para ir en conserva y donde nos hallaríamos si nos apartasemos, y para otras cosas, le dió la Orden é Instruccion siguiente. Orden del Capitán Superior Pedro Sarmiento para el Almirante Juan de Villalobos y gente de la Nao-Almiranta El Capítan Pedro Sarmiento, Capitan-Superior de la Armada de Su Majestad para el Descubrimiento del Estrecho de Magallánes, dígo que porque una de las cosas que el Excelentísimo Señor Don Francisco de Toledo, Virréi, Gobernador y Capítan General destos Reinos y Provincias del Pirú, encarga en su Instruccion á mí y al Almirante de la dicha Armada es que vamos juntos y en conserva, y que la Nao-Almiranta baga su farol sin se apartar, ni derrotar, por lo mucho que importa al servicio de Dios Nuestro Señor y de Su Magestad, así para el dicho Descubrimiento y buen efecto de la dicha jornada, como para que sí Dios Nuestro Señorfuere servido de que topásemos con esta dicha Armada con el Capitán Francisco, Ingles Cosario, mediante su ayuda y favor, le podamos acometer y rendir y en la junta que por mandado de Su Excelencia se hizo ante los Ilustres Señores Licenciado Recalde, Oidor de la Real Audiencia de la Cidad de los Reyes, y Oficiales-Reales de Su Majestad por mí y por los Pilotos de la dicha Armada, se acordó y determinó que si acaso por fortuna o tiempo forzoso nos derrotásemos el un Navío del otro, lo qual se ha de procurar por todos los medios posibles que no subceda, nos aguardásemos el un Navío al otro quince días en la Boca del Estrecho, y todos vamos haciendo víage para la dicha Boca.
Por tanto, para se cumpla lo susodicho, ordeno, mando y encargo al Capitan, Almirante de la dicha Armada, que va en la dicha Nao-Almiranta, llamada San Francisco, y á Hernando Lamero, Piloto de la dicha Nao, y Mayor de la dicha Armada, que si acaso por alguna tormenta, ó tiempo forzoso se apartare, ó derrotare de la conserva de la Capitana donde Yo voi, siga su Viage y Derrota la vuelta de la Boca del dicho Estrecho de Magallánes; y por el camino donde Dios le llevare vaya haciendo y cumpliendo lo que Su Excelencia manda por su Instruccion. Y llegados que sean á la Boca del dicho Estrecho, que cae en esta Mar del Sur, esperen y aguarden surtos en la dicha Boca, á mí y á la dicha Nao-Capitana los dichos quince días, teniendo vigilancia con señales y otras diligencias de salir de día á reconocer el Golfo y el Estrecho con el Batel para descubrirme, á causa que podría ser que por estar surta la dicha Almiranta, la Nao-Capitana no la pudiese ver, estando de mar en fuera, porque la mesma órden tendré Yo, llegando primero al dicho Estrecho y Boca dél. Y si acaso dentro de los quince, días no llegare el Navío que obiere quedado atras, pasados los dichos quince días, dexen señales en árboles haciendo cruces grandes, y plantando otras en peñascos: y en las Canales y Estrecho por do se pueda creer que ha de pasar qualquiera de los dos Navíos, echen boyas de palos livianos con potalas, y en ellas algunas cruces clavadas, y cartas escritas de todo lo sucedido basta allí y de lo que piensa hacer adelante; derrota y camino que determina llevar conforme á la Instruccion de Su Excelencia, y avisos de lo que hubíere reconocido y sabido, para que la gente del un Navío se aproveche del aviso de la Gente del otro.
I. Iten, encargo al dicho Almirante Juan de Villalobos que para que entre la Gente que va en el dicho Navío-Almiranta haya toda buena Disciplina Militar y Chrístiana, trabaje y procure con todas sus fuerzas de escusar y prohibir los juramentos y blasfemias con que Dios Nuestro Señor tanto se ofende, y se hagan oraciones á la mañana y tarde, suplicando á Nuestro Señor nos guie y dé buen suceso en negocio tan enderezado á su servicio. II. Iten, prohibirá los juegos, especialmente armas y vestidos, advirtiendo á todos que el que ganare vestidos ó armas no gana cosa que haya de llevar, porque de aqui se seguiría quedar desnudos y desarmados los Soldados, por donde no podrían substar el trabajo, y vendrían en gran deshonor y oprobio y peligro de la vida por los frios y otras necesidades. III. Iten, que se eviten pendencias y disensiones entre la Gente de la dicha Almiranta, porque se conserven como amigos y de una Nación en concordia. Y si acaso, lo que Dios no quiera, procure con brevedad y sumaríamente castígallas por la lei de la Milicia como el caso lo requiere, sin demandas, ni respuestas de procesos, mas de aquello que baste para averiguacion y testimonio. Y si acaso fuere menester castigo presencial ántes lo castigue con la espada que con palabras pesadas, porque de esto se siguen muchos bienes y enmiendas, y quedan los hombres ménos agraviados. IV. Iten, todas las noches ántes que anochezca, por la tarde, ó á la mañana, quando fuere posible juntarse, arribe y venga la Almíranta á juntarse á la Capitana, y lo mesmo hará la Capitana quando conviniere para pedir el nombre del Sancto que han de tener en memoria para aquella noche para nuestro conocimiento.
V. Iten, sigan siempre el farol de noche, y la bandera de la Capitana de día. Y sí acaso conviniere que la Capitana en que Yo voi, mude derrota u otro camino del que hasta allí ha llevado, terná aviso que se le harán dos faroles acía aquella parte donde se mudare el camino, meneándolos para que mejor se conozcan y sigan el dicho camino. VI. Iten, si se viere en alguna necesidad que haya menester socorro tirará una pieza, y si fuere necesidad de socorro de personas tirará dos, porque lo mesmo terná entendido que haré Yo en mi Navío para que él me socorra si lo hubiere menester. VII. Todo lo qual encargo y mando al dicho Almirante haga y cumpla conforme á la Instruccion de Su Excelencia, y como se confia de su persona, so las penas en que caen los que hacen lo contrario. Fecha en el Puerto y Calláo de la Cidad de los Reyes en once días del mes de Octubre de mil y quinientos y setenta y nueve años. =Pedro Sarmiento. =Ante mí Juan de Esquível, Escribano Real. =La Gente de la Armada. Embarcáronse en la Nao-Capitana el Capitan-Superior y General de la Armada Pedro Sarmiento, el Padre Frai Antonio Guadramiro, de la Orden del Bienaventurado San Francisco, Vicario desta Armada y Predicador, persona venerable, que también había ido en la jornada pasada a Panamá con el mesmo cargo, sirviendo á V. M.; El Alférez Juan Gutiérrez de Guevara; Anton Páblos, Piloto desta NaoCapitana; y Hernando Alonso, Piloto asimesmo de la dicha Nao; Juan de Sagasti, Tenedor de bastimentos; Juan de Esquível, Escribano Real; Pedro de Hojeda, Contramaestre.
Estos se nombran por ser Oficiales, los quales con los demas Soldados y Marineros eran por todos cincuenta y quatro los de la Capitana. En la Almiranta se embarcaron el Almirante Juan de Villalobos; el Padre Frai Christoval de Mérida, de la Orden dicha; Hernando Lamero, Pilpto-Mayor y de la Almiranta; Pascual Xuarez, Sargento-Mayor; Francisco de Trexo, Escribano; Guillermo, Contramaestre: con los quales y los demas Soldados y Marineros son cicuenta y quatro, pocos mas ó ménos, y por todos son ciento y ocho los de ambas Naos, y algunos mas de servicio. Llevaba cada Navío dos piezas de artillería medianas y quarenta arcabuces entre ambos Navíos, y pólvora, plomo, mecha, picas, morriones de cuero, algodon y mantas para escaupiles que son unos petos estofados que se hacen para armaduras del cuerpo, todo esto de la Casa-de-Municion de V. M. Con este aviamiento y despacho este dicho dia 11. de Octubre de 1579. á las quatro de la tarde, en el nombre de la Santísima Trinidad Padre e Hijo y Espíritu-Sancto, Tres Personas y un solo Dios verdadero, nos hicimos á la vela y partimos del Puerto de Calláo de Lima que está en 12, grados y un quarto; y esta misma noche fuimos á surgir a la isla del Puerto questá dos leguas á Loeste del Calláo. Surgimos aquí por necesidad de acabar de poner segura y en andana la Capitana que iba zelosa porque hubo descuido en lastralla y no sustentaba velas. Esta noche no durmió la Gente porque todos anduvieron trabajando, unos trahiendo lastre de la isla, otros acabando de aparejar y enxarciar la Nao, que no se había podido acabar en el Puerto: y lúnes por la mañana 12.
del mes nos levamos desta isla con un vahage de norte bonancible, con que comenzamos á navegar a vuelta del Sur, y desembocamos por entre la Isla y el Puntal del Puerto á popa, que mui pocas veces se ha visto; y empezando á salir a la mar, vino la virazon y amuramos la vuelta de tierra, y fuimos desta vuelta tras un Morro que llaman de Solar en el Valle-de-Surco, dos leguas de la Isla, y tres del Calláo. Mártes siguiente 13. de Octubre, comenzando á salir á la mar luego sentimos que iba abierta la proa de la Capitana por muchas partes, y por calafatear algunas costuras; que con la priesa que hubo en el despacho no les bastó la diligencia á los Sobre-estantes a verlo todo. Con esta falta, quando la Nao arfaba entraban mui grandes golpes de agua por la proa, que llegaba algunas veces hasta el mástel mayor el agua hasta la rodilla, de lo qual la Gente se comenzó á afligir mucho; y la Gente de mar iba fatigada en dar contino á la bomba, y en acabar las velas y otros aparejos, y zafar el Navío: y el peligro de la proa era de suerte que no se podía hacer fuerza de vela sin abrir el Navío del todo, porque los mares jugaban, y el corbatón de la gorja iba abierto y desempernado, y desclavada toda proa y espolon: y por no volver á Lima trabajaron mucho por ir al Puerto de Pisco, treinta y tantas leguas de Lima, á adobar; y así con la ayuda de Dios entramos en Pisco sábado 17. de Octubre, y luego se repartió la Gente, unos á tierra á acabar las velas, otros á la xarcia, y los Carpinteros y Calafates á reparar y fortalecer la proa, la qual del todo se fortificó bien, conforme al lugar.
Tomáronse aquí quatro hombres de la mar: dióseles á tres pagas á cada uno, conforme en Lima se habia pagado á los demas; y el uno era Calafate, y se le pagó con la ventaja de soldada y media, que son 37. pesos y medio ensayados cada mes. Embióse á Parraca dos leguas de allí, por una batelada de sal: tomáronse en este Puerto algunas cosas de que veníamos faltos para los Navíos, y para mantenimientos. Muchas dellas pagó Pedro Sarmiento y otras se obligó por ellas; y á peticion de la Gente de mar y Oficiales se tomaron y compraron dos cieptas botijas de vino de la tierra, que costaron á quatro pesos y medio, que montaron novecientos pesos corrientes. Estas se repartieron por mitad, las ciento á la Capitana y las ciento á la Almiranta, y en cada Nao se repartieron por cabezas, partes iguales: y todos juntos y cada uno por su parte se obligaron de lo pagar, y dieron libranzas á los dueños para que en Lima lo cobrasen de sus salarios: y habiéndonos aparejado y reparado, con nueva alegría nos hicimos a la vela miércoles 21. de octubre á la una despues de mediodía; y todo este dia anduvimos barloventeando por esta Ensenada, que es grande, sin tener viento para poder salir. El juéves todo el dia tuvimos calma, y anochecimos sobre la Isla de Sangallan cerca de ella, que esta en catorce grados al Sur, y dende á dos horas despues de anochecido comenzó el viento Susueste y fuímos la vuelta de la mar al Sudueste toda la noche, y hasta el viérnes á mediodía que anduvimos 12.
leguas por el arbitrio. Desde el viérnes á mediodía 23. de Octubre el Oessudueste hasta la noche, seis leguas. Este dia se repartieron las armas de munición, y toda la noche siguiente navegamos al Sudueste, guiñando sobre la quarta del Sur, ocho leguas por fantasía. El sábado, al Sudueste quarta al Oeste, 4. leguas, y al Sudueste ó leguas por arbitrio hasta la noche. Este dia mandó Pedro Sarmiento al Almirante Juan de Vilialobos que no pasase delante de la Capitana, sinó que siguiese el farol de noche y la bandera de dia, so ciertas penas, porque así convino al servicio de Su Magestad, porque claro comenzaba ya á mostrarse quererse apartar de la conserva de la Capitana contra las Instrucciones del Virréi y del Capitán-Mayor. La noche siguiente hasta domingo de mañana con viento fresco al Sudueste quarta al Sur y al Susudueste, diez leguas por arbitrio. El domingo á mediodía á 25 de Octubre tomé el altura en diez y seis grados y cincuenta y cinco minutos al Sur, 60 leguas de Pisco Lesteoste: con Ocoña 70. leguas. Desde el domingo á mediodía hasta prima noche, al Sudueste ó leguas, y hasta las ocho de la mañana del lúnes 26 del mes, al Susudueste diez leguas. A esta hora escaseó el viento, y fuimos con Susueste la vuelta del Sudueste, y luego á la quarta del Oeste, y luego á largo, y fuimos al Sudueste franco. Este Iúnes á mediodía, tomé el altura en diez y siete grados y cincuenta y cinco minutos, ochenta y siete leguas de Pisco Lesteoeste: con Tambo 107 leguas á Loeste.
Este dia abrió claro, porque dende la conjuncion había hecho tiempo rnui obscuro y cerrado. Hace por aquí en este tiempo mui templado con mas parte de calor que de frío. Desde este parage comienzan los vientos suestes una quarta mas larga y mas escasa con mar bonanza y cielo claro. Desde lúnes hasta mártes á mediodía 27. de Octubre con Sueste y Susueste bonancible, entrando y saliendo la vuelta del Sudueste y del Susudueste. Echéle el camino del Sudueste, porque este dia arribamos sobre la Almiranta. Anduvimos 15. leguas. Este dia á las ocho de la mañana nos dio el primer aguacerito del Susueste, que nos dexó viento fresco en la vela y con él fuimos al Sudueste; y pasado el agucerillo volvió el viento al Sueste bonancible que nos dexaba ir al Susudueste. Los aguacerillos no llueven mas que un rucío poco y mui menudo, y trahen viento fresco. Hace por este clima mas calor que frio; mas mui buen temple; cielo, mar y viento apacible. Tomóse este dia el altura: Pedro Sarmiento en 19 grados 22 minutos, y Anton Páblos en 19 grados y 50 minutos; Hernando Alonso en 19 grados y 5 minutos, de manera que por el Sudueste quarta al Sur anduvimos desde el lúnes hasta mártes á mediodía 28 leguas. iban las aguas al viento en nuestro favor al Sur: halléme este dia Lesteoeste con el Rio de Juan-Diaz ciento y quarenta leguas. Abre por esta Region el cielo de las diez del dia adelante. Por este mar vimos poco pescado, y vimos algunos paxarajos bobos blancos. Este dia pedí el punto al Piloto de la Almiranta, y dixo que no había tomado el Sol, habiendo hecho tiempo para ello: reprehendiole Pedro Sarmiento su descuido, y mandóle que no dexase de tomar el Sol todos los dias que hiciese claros para ello.
Desde mártes hasta miércoles á mediodía 28 de Octubre, al Sudueste quarta al Sur 30 leguas. Tomamos este dia el altura en 21 grados largos: reconocímos por el camino ir los aguages al Sudueste en nuestro favor. Este dia hicimos particularmente gracias a Nuestro Señor Dios por el buen tiempo que nos daba, y hicimos cierta limosna para la Casa de Nuestra Señora de la Rabida de España. Todos los dias de fiestas el Padre Vicario hacía sermon que nos consolaba mucho con su buena doctrina. Hallámonos este dia Lesteosste con el Rio de Pisagua 160 leguas: de Pisco 154; de Lima 168. Nordeste Sudueste: Toma de la quarta de Norte-Sur. Desde miércoles hasta juéves 29 de Octubre con Susueste y Sueste quarta al Sur fresco fuimos al Sudueste, y al Sudueste quarta al Sur, y al Susudueste largo y escaso: que cotejado lo uno con lo otro sale el camino al Sudueste quarta al Sur 30 leguas por fantasía. Desde juéves á mediodía hasta la noche, seis horas al Sudueste quarta al Sur: la resta de la noche cargó mucho el viento, que nos hizo tomar las velas de gabias y con las maestras á medio árbol al mesmo rumbo y al Sur quarta al Sudueste y al Susudueste, doce leguas: y por la mañana viérnes cargó el viento mas y nos hizo sacar la boneta del trinquete, y fuimos al Sudueste hasta el viérnes á mediodía 30. del mes diez leguas por arbitrio. Desde viérnes hasta sábado á mediodía 31 de Octubre, al Sudueste, quarta al Sur y al Susuueste 20 leguas. Desde el sábado hasta el Domingo á mediodía primero de Noviembre, la mitad al Sudueste quarta al Sur, y la otra mitad al Susudueste 30 leguas.
Este dia tomé el altura en 26 grados y un tercio largo, y sumando lo que anduvimos dende 28 de Octubre, estando en 21 grados, hasta este punto, son ciento y catorce leguas y dos tercios de legua. Va de diferencia deste camino, que es el vero al del arbitrio, cinco leguas y un tercio que había hurtado la fantasía á la altura. Hallámonos este dia Lesteoeste con Copayapo ciento y ochenta leguas; y halléme apartado del meridiano de Lima al Oeste ciento y cincuenta leguas, estando con Lima docientas y ochenta y cinco leguas Nordeste-sudueste quarta de Norte-Sur. Pasamos por el Oeste 18. leguas de las Islas Desventuradas, que están en 25. grados y un tercio, las quales año de 1574, Juan Fernandez, Piloto, yendo á Chile acaso las descubrió segunda vez, que desde que Magallánes las descubrió año de 1530 no se habían visto mas; y se llaman agora San-Felix y San-Ambon. Son pequeñas, tres cuerpos de tierra, despobladas, sin agua. Tienen mucha paxarería y lobos-marinos, y mucha pesquería. No se fien los navegantes en este parage de los reloxes hechos en España y Francia y Flandes y partes de mas altura para fixar el Sol con el Astrolabio ordinario; ni tampoco por el Aguja-de -Marear, porque cuando lo marcares al Norte pensarás que es Mediodía y habrá ya pasado mas de una quarta. Por tanto, téngase aviso que quando se tomare el Sol se espere con el Astrolabio en mano hasta que le vean subir por la pínula baxa, que es baxar por la parte de arriba: y este es el mas perfecto y preciso relox para todas partes para el Meridiano del altura.
La causa es, que las Agujas-de-marear tienen trocados los azeros quasi una quarta del punto de la flor-de-lis, teniendo respecto los que las hacen al nordestear y noroestear, y quieren que una regla valga para todo el Mundo, como ya que fuese así cierto, como algunos lo enseñan, es mas y ménos; y en el Meridiano del Cuervo dicen que no nordestéa, ni noroestéa; pero la verdad es ser tal regla falsa por la experiencia: que Yo he hecho en muchas, varias y muy diferentes partes del Mundo, orientales, occidentales, septentrionales y meridionales, en mas de ciento ochenta grados de longitud, y mas de ciento cincuenta de latitud, habiendo pasado por diferentes partes la Equinocial muchas veces: y los reloxes que no son hechos generales, solo son precisos para aquella altura para donde se hacen, ó para poca mas ó ménos, aunque algunos piensan que al Mediodía todos los reloxes sirven bien: lo uno y lo otro es error notabilisimo y dañoso, que conviniera haber advertido y emendado; pero si las Agujas agora se enmendasen, sería nuevo yerro mayor que el primero, porque ya las tierras están arrumbadas por estas Agujas de azeros cambiados: y así para ir en busca de las Costas hase de usar destas Agujas necesariamente, so pena que si se van á buscar con Agujas buenas y precisas, no las hallarán, ó se ha de volver á arrumbar la tierra toda de nuevo, por lo qual se sufre y va con este yerro de indescripcion por evitar otro mayor hasta que haya quien lo mande hacer de intento.
Del domingo al lúnes á mediodía dos de Noviembre, al Susudueste quarenta y dos leguas, Tomamos este dia el Sol Yo y Anton Páblos y Hernando Alonso en 28. grados y 37. minutos Lesteoeste: con el Guasco 178. leguas, y de Lima 325 leguas Nordeste-sudueste quarta del Norte-Sur, algo sobre la media partida. Desde el lúnes al mártes á mediodía 3 de Noviembre, al Sudueste 26 leguas. Tomé el Sol en 29 grados y dos tercios largos Lesteoeste: con el Rio de Coquimbo 190 leguas, y de Lima 355 Norte-sur quarta de Nordeste-sudueste, tomando de la media partida. Desde mártes á miércoles á mediodía 4 de Noviembre, al Sudueste y al Susudueste por mitad, 24 leguas. Este mártes fue la Capitana arribando, escotas largas, sobre la Almiranta, y lo mesmo hizo el miércoles, Porque la Almiranta iba delante y mui descayendo á sotavento, sin querer aguardar poco ni mucho como le estaba mandado. En fin la alcanzamos, y sospechose que se iba huyendo y apartándose; pero entónces no convenía rigor: y en alcanzándola Pedro Sarmiento pidió el punto al Piloto Mayor, y respondió que el dia ántes, que fue mártes, había tomado en 29. grados y quarta. Este dia comenzó á ventar Nordeste, y fuimos bolinas largas al Susueste. Este dia platicó el Capitan-Mayor con los Pilotos sobre la derrota que tomarían, pues ya ventaban vientos largos. Lamero, de la Almiranta, dixo que al Sur, porque se multiplicaba mas brevemente altura, no mirando que por allí no se tomara tierra en setenta grados.
Pedro Sarmiento, Anton Páblos y Hernando Alonso se concordaron en que se fuese por el Susueste, porque aun por aquí con clificultad se reconocería tierra de 45 á 50 grados, á buen decir la navegación: y yendo por el Sur era perder el verano y las vidas, y no hacer aquello á que éramos embiados; y así esa noche siguiente se caminó por el Sur quarta al Sueste hasta juéves á mediodía: y por haber ido el mediodía de ántes al Susudueste, le eché el camino del Sur. Tomé este dia altura en 33 grados y once minutos, que desde mártes a mediodía hasta este punto son sesenta y dos leguas largas, 410 leguas de Lima Nornordeste Susudueste entre la quarta de Norte-sur. Este dia hizo bonanza, y con poco viento y dia claro fuimos al Sur quarta al Sudueste. Tomamos este dia el altura en treinta y tres grados y un tercio. Del juéves al viérnes al Sur, guiñando sobre la quarta del Sueste. Tomamos este dia el altura en 33 grados 42 minutos. Este dia anduvimos poco, porque hubo calmas. Anton Páblos tomó en 33. y 54; Hernando Alonso en 33. y 40 leguas diez Leste oeste: con el Rio de Mayapo 170 leguas, y de Lima 418 leguas, y del Meridiano de Lima 140 El dia de ántes y éste hizo calor mas que la ordinaria, y calmas: y por esto caminamos poco. Del viérnes al sábado 7 de Noviembre, al Sur, catorce leguas. Tomé este dia el altura en 34 grados y medio largo Lesteoste: con Cobas 150 leguas, y de Lima 440 leguas por el rumbo dicho (digo por donde navegamos); pero tomado por el Nordeste Sudueste, como á este punto nos demoraba la isla de Lima, estábamos della 420 leguas.
Estos dias hixo calmerías y gran calor hasta mediodía: y el sábado algo ántes de mediodía comenzó á ventar nordeste, é íbamos navegando á popa. Desde el sábado a domingo S. de Noviembre á mediodía, las diez y ocho horas, al Sur quarta al Sueste 25. leguas, y las 6 horas, al Susueste 6 leguas por arbitrio. Este dia no se tomó el Sol. Este dia á las siete de la mañana calmó el Nordeste, y del Sudueste vinieron aguaceros, que duraron mas de dos horas, y traxeron viento que nos hizo ir al Susueste y al Susueste y al Lesueste; y escaseó hasta el Leste hasta mediodía, largando y escaseando; y de mediodía arriba calmó este viento, y ventó Leste y Lesueste. Amuramos de la finiestra, y caminamos al Sur quarta al Sueste: y dende á una hora ventó Nordeste, y carhinamos a popa al Sur quarta al Sueste. Este dia hubimos habla con la Almitanta: y el Piloto Mayor Hernando Lamero dixo que gobernásemos al Sur; y Pedro Sarmiento le respondió, que pues no querian emendar su determinacion, que era ir á tierra de demasiada altura para lo que veníamos á hacer, que la Capitana haría lo que fuese servicio de Dios Nuestro Señor y de Su Magestad, y que Él con la Almiranta no pasase delante, sinó que siguiese la bandera de la Capitana de dia y el farol de noche: y volviendo á replicar Lamero, dixo que fuésemos á tierra no descubierta; y Pedro Sarmiento le dixo que Él no venía sinó á hacer lo que el Virréi en nombre de S. M. le mandaba, que era descubrir el Estrecho de Magallánes y á aprovechar el tiempo todo lo que fuese posible por no perder el tiempo del verano; y que si pasaban á mas altura que la Boca del Estrecho está, habíamos de tener nortes que no nos dexarían baxar al Estrecho hasta que ventasen los sures, que es por fin de Abril, y entánces ya sería imbierno cerrado, y era perdido este año, quando por buena ventura escapásemos, demas de ser andar el camino dos veces, y ponernos á peligro de que entretanto viniesen mas Cosarios y poblasen el Estrecho, y nosotros no pudiésemos pasar por él á dar aviso á Su Magestad á España, ni volver al Pirú á darle al Virréi; que eran muchos daños e inconvenientes dañosisimos y rnui perniciosos, y que pues esto era tan evidente que por el Sueste ó Susueste quería descubrir tierra de la banda del Norte del Estrecho en parage conviniente donde nos aprovechásemos de los nortes quando otros vientos no hubiese, y que esta era mi determinación y parecer y de los demas Pilotos de la Capitana, Hernando Alonso y Anton Páblos, Piloto experto y de mucho crédito en estas navegaciones de mucha altura, especial en la de Chile.
Y perseverando Hernando Lamero en su despropósito, el Capitan le mandó que siguiese la Capitana de dia y de noche, so pena de privación de oficio, y que embiaría á la Almiranta quien la marease, y al Almirante le mandó, que so pena de la vida no se apartase de la Capitana de dia ni de noche: lo cual fue causa para que por entónces no se apartase, aunque lo llevaba determinado de hacerlo aquella noche, segun me dixo el Padre Vicario Frai Antonio Guadramiro que le había dicho Frai Christoval de Mérida, su compañero y súbdito, que iba en la Almiranta, que aquella noche siguiente se apartaría la Almiranta, sinó les pusiera la pena que les puso Pedro Sarmiento, que así lo habían platicado el Almirante, Piloto y otros de aquel Navío-Almiranta. Desde el domingo hasta el lúnes á mediodía 9 de Noviembre con viento norte, nordeste y nornordeste navegamos la vuelta del Sur quarta al Sueste. Tomé el altura en 37 grados, 56 minutos, que suman leguas, desde el sábado que se tomó el altura, 58 leguas Lesteoeste: con el Puerto del Carnero 100 leguas, y de Lima 500 leguas Nordeste Susudueste. Hernando Alonso tomo en 38 ménos un quarto. Desde el lúnes al mártes á mediodía 10. del mes, al Sur quarta al Sueste; y el mártes al amanecer cargó tanto norte, que nos hizo tomar la mesana y velas de gabia; y sacar las bonetas, e íbamos con los papahigos baxos á medios árboles; y con ir á popa entraban muchos y grandes golpes de agua en la Capitana, que sinó fuera por la puente corríamos gran riesgo de anegarnos, porque demas de la mucha mar, penejaba tanto que cada vez bebía agua por los bordos por ser de muchos delgados.
Anduvimos 30. leguas por fantasía: llovío tanto, que los Marineros se mudaron dos ó tres veces la ropa. Todo este dia y la noche ántes toda, la Almiranta fue delante sin hacer lo que le era mandado, ni hacer lo que el Virréi le mandaba, aunque se le hizo farol y otras señas de noche y de dia; pero en alcanzándole, disimulóse con Él, porque convenía al servicio de Su Magestad que se hiciese su hacienda, y no la particular presuncion. Del mártes al miércoles á mediodía 11 de Noviembre, al Sur quarta al Sueste, corrimos tormenta de Norte, que nos hizo ir sin velas de gabias y sin bonetas, y los papahigos amainados de medio árbol abaxo; y porque la Nao daba tan grandes balances que se anegaba por la proa y por los lados, se quitaron los mastaléos de gabia; y al sacar se nos quebró el de la Capitana, el de proa. Anduvimos desde el lúnes á mediodía hasta miércoles á mediodía 82 leguas. Tomé el altura por tres Astrolabios con 42 grados largos y medio; Anton Páblos lo mesmo, y Hernando Alonso 43. escasos. Hallámonos este dia 573 leguas de Lima Lesteoeste: con la tierra que está entre Osorno y Chiloé 70 leguas. Desde miércoles á mediodía hasta la noche cargó mucho el Norte, saltando al Noroeste y Oesnoroeste; y fue tanta la furia, que nos hizo tomar de todo el papahigo mayor, y hacer cinturas á los másteles, y xaretas falsas á la xarcia. Ibamos corriendo á popa con los papahigos de trinquete baxo sobre cubierta quanto gobernasen los Navíos para huir de la tormenta de mar y viento.
Estas seis horas hasta la noche fuimos al Sueste 8 leguas; y toda esa noche al Sueste quarta al Sur 12 leguas: y desde juéves por la mañana saltó el viento al Sudueste, y fuimos al Sueste ocho leguas. Este dia por la mañana metimos el masteléo mayor, y dimos el papahigo mayor y mesana, la qual sacamos á las dos del dia, porque el Navío trasorceaba; de manera que desde miércoles hasta juéves á mediodía por los rumbos dichos anduvimos por fantasía 30 leguas. Desde juéves a mediodía con sudueste y susudueste fuimos al Sueste y Susueste seis horas seis leguas; y toda la noche al Sur quarta al Sueste 14 leguas, y hasta viérnes á mediodía 13 de este mes al Sur quarta al Susueste, ocho leguas. Este dia nos dió otra tormenta grande de mucho mar y viento oeste y ossedueste con mucho frio: corrimos al Sur quarta al Sueste con los papahigos amainados sobre la cubierta con medias tiestas, haciendo fuerza de velas bolinas haladas, porque nos hallábamos cerca de tierra; y dábamosle resguardo. Desde viérnes al Sábado 14. de Noviembre, 25 leguas; las seis al Sueste, y las doce al Susueste y al Sur quarta al Sueste por fantasía. En este parage hizo mucho frio, y las gotas de agua que caen vienen redondas y corpulentas como granizo frigidísimo. Esta noche abonanzó algo el viento. Sea aviso que por aquí, en dexando el norte, acude luego á la travesía, que es el oeste, con mucha furia, y mete mucha mar; y de allí salta al sudueste con muchos aguaceros menudos, y de noche abonanza, y de dia venta con mucho rigor y frio.
Estos tres dias no vimos el Sol á tiempo que se pudiese tomar. Por la fantasía debímos estar hoi en 46 grados largos. Desde sábado al domingo 15 deste mes al Sueste, seis leguas; y toda la noche al Sur, 15 leguas; y hasta mediodía al Sur, ocho leguas por fantasía. Mas porque tomé á mediodía el Sol en 48 grados largos, digo que desde miércoles once deste mes hasta hoi anduvimos por altura ciento y quince leguas Lesteoeste: con el Puerto de Nuestra-Señora-del-Valle leguas y de Lima 690 leguas. Del domingo al lúnes 16 de Noviembre tuvimos tanto tiempo del Sudueste y Oessudueste, que nos hizo ir quasi sin velas; y de noche, porque nos hacíamos con tierra, no llevábamos mas de dos brazas izadas de los papahigos. Fuimos al Sueste y al Sur 15 leguas. Del lúnes al mártes 17 de Noviembre cargó el Oeste y Sudueste, que nos hizo ir con pocas velas; y á la noche, porque el General se hacía ya con tierra con parecer de los Pilotos de la Capitana, advirtió al Piloto de la Almiranta, que fuese al Susueste con solos los papahigos de los trinquetes, y de media noche abaxo fuésemos al Sueste, y así se hizo. Y en amaneciendo el mártes 17 del dicho mes del año de 1579 en el Nombre de la Sanctisima Trenidad vimos tierra alta que nos demoraba el Lesueste como diez leguas, y fuimos derechos á ella para reconocella y marcalla; y á mediodía cerca de tierra tomamos la altura en quarenta y nueve grados y medio, y Hernando Alonso en 49, 9 minutos: y acercándonos á tierra, descubrimos una grande Bahía y Ensenada que entraba mucho la tierra adentro hasta unas Cordilleras nevadas; y á la banda del Sur tenía una tierra alta amogotada con un monte de tres puntas, por lo cual Pedro Sarmiento nombró á esta Bahía Golfo de la Sanctísima Trenidad.
La tierra alta del monte de tres puntas, que por eso fué nombrado Cabo de Tres-Puntas, ó montes. Esta tierra es pelada, y á la mar tierra baxa y de mucha reventazon y baxos sobre agua; y en lo alto tiene muchas manchas blancas, pardas y negras. Al Norte deste Cabo de Tres-Puntas, seis leguas, está la tierra de la otra banda de la boca deste Golfo, que es un morro alto gordo, y cae luego á lo llano la tierra adentro al Norte con muchos Isléos a la mar. Esta tierra gorda parece Isla de mar en fuera: Llamóse CaboPrimero. Hace esta seña quando demora al Nordeste. La tierra del Sur, que es el Cabo de Tres-Puntas, sobre la mar hace un pico como Vernal, desta manera. arriba, derecha La Boca y Entrada de esta Bahía y Golfo de la Sanctisima Trenidad tiene seis leguas desde el Cabo-Primero al Cabo de Tres-Puntas; y corre la Costa de la mar brava Norte-sur quarta de Nordeste-sudueste lo que pudimos determinar con la vista: y la Canal deste Golfo de la Santisima Trinidad corre Noroeste -sueste, lo que áprima faz alcanzamos á determinar. Cabo-Primero con Cabo de Tres-Puntas demoran el uno por el otro Norte-sur, y toma algo de la quarta de Nordeste-sudueste . Estando ya cerca de tierra, juntámonos la Capitana y Almiranta, y platicaron sobre lo que se debía hacer; y resolviéronse todos que entrásemos en esta Bahía á tentar la tierra: y el General viendo que estaban en buen parage para descubrir el Estrecho, y que aquella Bahía, conforme á su traza, quel General tenía descrita, había de responder á la Mar por otra Boca cerca del Estrecho, mandó gobernar allá; y así entramos dentro como á las dos del dia de la tarde con la sonda en la mano.
Y aunqué entramos tres y quatro leguas la Canal adentro no se halló fondo con muchas brazas hasta que nos arrimarnos á la tierra, y sondamos en treinta brazas; y allí surgimos la primera vez, cinco leguas la Bahía á dentro: y por presto que lanzamos el ancla tomó fondo en muchas mas brazas de las que se habían sondado, y el fondo es sucio. La Almiranta surgió mas en tierra, y garro y luego dió en mar sin fondo porque es allí acantilado, y por esto se hizo á la vela, y lo mesmo hizo la Capitana por la mesma causa. Y por ser noche y no saber la tierra y ser tormentosa, que no hai hora segura, viramos luego la vuelta de tierra donde habíamos surgido la primera vez: y sondando algo mas en tierra que ántes, surgimos en veinte brazas. Todo el fondo deste surgidero es peñascoso y Costa brava, acantilado; y luego surgió la Almiranta mas cerca de tierra. Otro dia miércoles 18 de Noviembre Pedro Sarmiento, no teniendo por bueno ni seguro Puerto éste por estar desabrigado del norte y noroeste, que son los dañosos aquí, entró en un batel y con Él Anton Páblos, y fué á buscar Puerto la vuelta del Sueste; y anduvieron todo el dia sondando ancones y caletas, y hallaron un Puerto razonable. Y porque quando volvió á los Navíos para llevallos allá no halló al Piloto-Mayor en ellos, que era ido también á buscar Puerto sin avisar adonde iba, no los llevó luego ese mesmo día. Otro dia juéves amaneció el tiempo mui turbado, y con tanta tormenta de norte, que no fué posible poder, ni osar desamarrarnos, porque era cierto hacernos pedazos en la Costa ántes de dar la vela; ni pudiéramos salir aunque no hubiera este inconveniente.
Tanta era la mar y viento que nos comía y deshacía sobre las amarras: y cargó tanto, que la tirana (sic) y golpes de mar quebró una ancla por el hasta, de ludir en los peñascos del fondo, y rebentó el cable grueso de la otra ánfora; y así quedamos todo desarmados, y la Nao Capitana comenzó á ir atravesada á dar al traves en los arrecifes de la Costa questaba poco mas de un ayuste de distancia. Lo que aquí se debió sentir júzguelo quien en otras semejantes se ha visto; pero no por esto los Pilotos y Gente de mar y tierra desanimaron, ántes con gran ánimo y llamando á Dios y á su benditísima Madre dieron con grandisima diligencia fondo á otra ancla que iba entalingada; y quiso Dios que tomó fondo y aferró, y con mucha presteza se abitó, y la Nao hizo cabeza; y así se salvó la Nao, que sin falta la libró la sacratísima Madre de Dios milagrosamente, y con este reparo nos sustentamos este dia y viérnes siguiente. La mar y viento no abonanzaba; y estar aquí era estar arriscados á la perdicion cierta; y salir á fuera no podíamos; y pararnos y desamarrarnos no nos convenía, so pena que haciendo qualquiera destas tres cosas éramos perdidos, y conveníanos irnos de allí al Puerto sondando que dixe arriba. Y para ménos daño y peligro embió Pedro Sarmiento al Piloto Hernando Alonso en el batel á que sondase un boqueron que se hacía entre una Isleta y la aventurar á Tierra grande para si por allí hubiese fondo, pasar las Naos al Puerto dicho.
Fué y halló cinco brazas, y desde allí hizo cinco veces seña con una bandera blanca que llevó para ello, y quedóse allá con el batel que no pudo volver. Sabido aquel pasage determinámonos de ir y pasar por allí; y así en el nombre de la sacratísima Reina de los Angeles largamos las amarras por mano, teniendo primero el trinquete arriba; y en un instante nos llevó la Madre de Dios y nos metió por el boqueron que iba tocando con los penoles quasi en las tierras de ambas partes; y llegamos al otro Puerto sondado, donde surgimos, y quedamos en una bonanza y tranquilidad maravillosa; á lo ménos que lo pareció entónces. Fue cosa de admiracion ver las vueltas que la Nao iba dando por entre los arrecifes y vueltas de la Canal del boqueron, que un caballo inui arrendado no las diera tales; y en todas iba como un rayo, que si discrepara qualquiera cosa, se hacía pedazos. Tuvimos por mejor acometer esta temeridad donde había alguna esperanza de salvación, que no estarnos obstinados y con pereza en aquel Puerto, donde cierto, si esto no hiciéramos, esa mesma tarde pereciéramos todos sin escapar hombre. Ancorada la Capitana, volvió el batel de la Capitana por la Almiranta, y por la mesma órden y pasos la traxeron á este mesmo Puerto, aunque surgió mas en tierra por la señalada merced que Dios nos hizo de darnos en este Puerto, donde nos reparamos por intercesión de su gloriosísima Madre. Llamamos á este Puerto de Nuestra-Señora-del-Rosario; y al otro, Peligroso; aunque los Marineros le llamaron Cache-diablo.
El domingo siguiente 22 de Noviembre el General Pedro Sarmiento, con la mayor parte de la gente, saltó en tierra; y arbolando Pedro Sarmiento una cruz alta, todos con mucha devoción la adoraron, y cantáse en alta voz el Te Deum Laudamus de rodillas, y con gran regocijo dieron todos gracia á Dios conociendo las mercedes que de su Divina mano habiamos todos recibido. Esto hecho, el Capitan-Superior Pedro Sarmiento se levantó en pie, y echando mano á una espada que tenía en la cinta dixo en alta voz en presencia de todos: "Que le fuesen todos testigos como el, en Nombre de la Sacra, Católica, Real Magestad del Rey Don Phelipe Nuestro Señor, Rei de Castilla y sus Anexos, y en Nombre de sus Herederos y Subcesores, tomaba Posesión de aquella Tierra para siempre jamas." Y en testimonio deilo, para que los presentes tuviesen memoria con la espada que tenía en la mano, cortó árboles, ramas y hierbas, y mudó piedras, y dellas hizo un Mojon en señal de Posesion. Y porque las Posesiones semejantes conviene que consten ampliamente, y el Virréi manda particularmente que se tome Posesion en las partes donde saltáremos en tierra, hizo Pedro Sarmiento el Testimonio siguiente por ante Escribano.