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Datos principales
Desarrollo
De cómo pasó Nezahualcoyotzin a México con su ejército en favor de los mexicanos Viendo Nezahualcoyotzin el aprieto en que estaban sus tíos y los mexicanos sus vasallos, juntó a gran prisa la gente que pudo y le quisieron seguir por agua y tierra y fue marchando con ella la vuelta de México , aunque al embarcarse le dio a las espaldas Iztlacauhtzin su capitán general, que se le había rebelado con todos los demás que estaban alzados y que apellidaban el nombre tepaneco. Nezahualcoyotzin se fue entrando por la laguna adentro lo mejor que pudo, disimulando la desvergüenza de su general y remitiendo el castigo para otro tiempo más oportuno. Llegado que fue a México se desembarcó en la parte de Tlatelulco, en donde Itzcoatzin , su tío y Quauhtlatoatzin con los demás señores mexicanos le salieron a recibir y habiendo tratado lo importante a su libertad, juntaron su gente y comenzaron a pelear con los tepanecas hasta que los echaron de toda la ciudad y prosiguiendo la batalla salieron en dos escuadrones contra Maxtla, que tenía puesto su campo sobre unas albarradas que tenía hechas y pelearon tres días con él y al cuarto día por la mañana Nezahualcoyotzin con su gente dio por una parte, Itzcoatzin y los mexicanos por otra y peleando con toda furia, de tal manera que de la una y otra parte que murió mucha gente; mas al fin Maxtla se fue retirando con su ejército, que iba de vencida, hasta que los echaron de los términos mexicanos.
A esta ocasión llegaron los señores huexotzincas, tlaxcaltecas y otros amigos y se juntaron con la gente de Nezahualcoyotzin y luego acordaron Nezahualcoyotzin, Itzcoatzin y los demás señores, que el ejército se repartiese en tres escuadrones, que el uno capitanease Nezahualcoyotzin y en su compaña Xayacamachan con la mitad de los huexotzincas y el, general de Tlaxcalan con los suyos y que entrasen por la parte del cerro Quauhtépetl y el otro capitanease Itzcoatzin con la otra mitad de los huexotzincas que acaudillaba Temayahuatzin su señor y mucha cantidad de los amigos que habían venido en favor de Nezahualcoyotzin y se pusiese por otra parte y el otro escuadrón tomase Motecuhzoma y Quauhtlatoatzin señor de Tlatelulco; diciéndoles que ninguno rompiese hasta que él mandase hacer una seña y que vista, todos diesen a un tiempo sobre sus enemigos y así otro día en rompiendo el alba se comenzó la batalla y aunque Nezahualcoyotzin y los mexicanos fueron ganando tierra a los enemigos, fue con gran trabajo y muertes de mucha gente de ambas partes. Duraron estas guerras ciento quince días, porque el rey Maxtla se defendía valerosamente y para ello había echado el resto de todo su poder; mas al cabo de los días referidos, Nezahualcoyotzin les dio tanta prisa a los de Maxtla y cada uno de los señores mexicanos por su parte, hasta que rompieron y desbarataron el ejército de Maxtla, haciendo huir sus gentes y en el alcance quedaron muertos muchos de ellos y entrando por la ciudad, la destruyeron y asolaron, echando por el suelo todas las más principales casas de los señores y gente ilustre y los templos, pasando a todos a cuchillo.
Maxtla que se había escondido en un baño de sus jardines, fue sacado con gran vituperio y Nezahualcoyotzin lo llevó a la plaza principal de la ciudad y allí le sacó el corazón como en víctima y sacrificio a sus dioses, diciendo lo hacía en recompensa de la muerte de su padre el emperador Ixtlilxóchitl y que aquella ciudad por ignominia suya fuese desde aquel tiempo un lugar donde se hiciese feria de esclavos. Este fin tuvo aquella ciudad insigne, que fue una de las mayores que hubo en esta Nueva España y que por su grandeza se le puso el nombre que tiene de Acaputzalco, que quiere decir hormigonero. Y aunque los tepanecas se tornaron a rehacer, los que escaparon de la ciudad, haciéndose fuertes en Coyohuacan y Tlacopan, fueron en su seguimiento Nezahualcoyotzin e Itzcoatzin y los sujetaron; aunque el señor de Tlacopan luego se rindió, el que de secreto favorecía el bando de Nezahualcoyotzin y de los señores mexicanos, que eran sus deudos muy cercanos y luego prosiguieron con su ejército asolando con el mismo rigor las demás ciudades más principales del reino de los tepanecas, como fueron Tenayocan, Tepanoaya, Toltitlan, Quauhtitlan, Xaltocan, Huitzilopochco y Colhuacan y las demás ciudades, pueblos y lugares de este reino, que aquí no se hace mención de ellas, se rindieron y se dieron de paz. Todo lo cual acaeció en el año de mil cuatrocientos veintiocho atrás referido y los otros dos años siguientes se ocuparon en irse sobre la ciudad y reino de Tetzcuco, que lo tenían alterado Iztlacautzin señor de Huexotla, y otros señores caballeros de su valía; y aunque pretendieron defenderse, no pudieron resistir la fuerza de Nezahualcoyotzin y así, viéndose desbaratados y vencidos, se le huyeron y se pasaron unos a la provincia de Chalco y otros a la de Tlaxcalan y Huexotzinco y porque fueron partícipes en este alzamiento casi todas las ciudades, pueblos y lugares del reino de Tetzcuco, las saqueó Nezahualcoyotzin y quemó algunas de las casas de los señores y templos más principales de ellos y dejando en la ciudad de Tetzcuco y en otras, donde le Pareció ser conveniente, gente de guarnición, se volvió a México, en donde él y su tío el rey Itzcoatzin dieron orden de sujetar a la ciudad y provincia de Xochimilco y luego la de Cuitláhuac, que por ser lugares metidos en la laguna, se habían estado recios y no habían querido dar la obediencia. En lo referido y en cercar el bosque de Chapoltépec y traer en una atarjea el agua a la ciudad de México y edificar unos palacios en ellas y en otras obras públicas, se ocupó Nezahualcoyotzin hasta el año de 1430 con que quedó la mayor parte del imperio sojuzgado.
A esta ocasión llegaron los señores huexotzincas, tlaxcaltecas y otros amigos y se juntaron con la gente de Nezahualcoyotzin y luego acordaron Nezahualcoyotzin, Itzcoatzin y los demás señores, que el ejército se repartiese en tres escuadrones, que el uno capitanease Nezahualcoyotzin y en su compaña Xayacamachan con la mitad de los huexotzincas y el, general de Tlaxcalan con los suyos y que entrasen por la parte del cerro Quauhtépetl y el otro capitanease Itzcoatzin con la otra mitad de los huexotzincas que acaudillaba Temayahuatzin su señor y mucha cantidad de los amigos que habían venido en favor de Nezahualcoyotzin y se pusiese por otra parte y el otro escuadrón tomase Motecuhzoma y Quauhtlatoatzin señor de Tlatelulco; diciéndoles que ninguno rompiese hasta que él mandase hacer una seña y que vista, todos diesen a un tiempo sobre sus enemigos y así otro día en rompiendo el alba se comenzó la batalla y aunque Nezahualcoyotzin y los mexicanos fueron ganando tierra a los enemigos, fue con gran trabajo y muertes de mucha gente de ambas partes. Duraron estas guerras ciento quince días, porque el rey Maxtla se defendía valerosamente y para ello había echado el resto de todo su poder; mas al cabo de los días referidos, Nezahualcoyotzin les dio tanta prisa a los de Maxtla y cada uno de los señores mexicanos por su parte, hasta que rompieron y desbarataron el ejército de Maxtla, haciendo huir sus gentes y en el alcance quedaron muertos muchos de ellos y entrando por la ciudad, la destruyeron y asolaron, echando por el suelo todas las más principales casas de los señores y gente ilustre y los templos, pasando a todos a cuchillo.
Maxtla que se había escondido en un baño de sus jardines, fue sacado con gran vituperio y Nezahualcoyotzin lo llevó a la plaza principal de la ciudad y allí le sacó el corazón como en víctima y sacrificio a sus dioses, diciendo lo hacía en recompensa de la muerte de su padre el emperador Ixtlilxóchitl y que aquella ciudad por ignominia suya fuese desde aquel tiempo un lugar donde se hiciese feria de esclavos. Este fin tuvo aquella ciudad insigne, que fue una de las mayores que hubo en esta Nueva España y que por su grandeza se le puso el nombre que tiene de Acaputzalco, que quiere decir hormigonero. Y aunque los tepanecas se tornaron a rehacer, los que escaparon de la ciudad, haciéndose fuertes en Coyohuacan y Tlacopan, fueron en su seguimiento Nezahualcoyotzin e Itzcoatzin y los sujetaron; aunque el señor de Tlacopan luego se rindió, el que de secreto favorecía el bando de Nezahualcoyotzin y de los señores mexicanos, que eran sus deudos muy cercanos y luego prosiguieron con su ejército asolando con el mismo rigor las demás ciudades más principales del reino de los tepanecas, como fueron Tenayocan, Tepanoaya, Toltitlan, Quauhtitlan, Xaltocan, Huitzilopochco y Colhuacan y las demás ciudades, pueblos y lugares de este reino, que aquí no se hace mención de ellas, se rindieron y se dieron de paz. Todo lo cual acaeció en el año de mil cuatrocientos veintiocho atrás referido y los otros dos años siguientes se ocuparon en irse sobre la ciudad y reino de Tetzcuco, que lo tenían alterado Iztlacautzin señor de Huexotla, y otros señores caballeros de su valía; y aunque pretendieron defenderse, no pudieron resistir la fuerza de Nezahualcoyotzin y así, viéndose desbaratados y vencidos, se le huyeron y se pasaron unos a la provincia de Chalco y otros a la de Tlaxcalan y Huexotzinco y porque fueron partícipes en este alzamiento casi todas las ciudades, pueblos y lugares del reino de Tetzcuco, las saqueó Nezahualcoyotzin y quemó algunas de las casas de los señores y templos más principales de ellos y dejando en la ciudad de Tetzcuco y en otras, donde le Pareció ser conveniente, gente de guarnición, se volvió a México, en donde él y su tío el rey Itzcoatzin dieron orden de sujetar a la ciudad y provincia de Xochimilco y luego la de Cuitláhuac, que por ser lugares metidos en la laguna, se habían estado recios y no habían querido dar la obediencia. En lo referido y en cercar el bosque de Chapoltépec y traer en una atarjea el agua a la ciudad de México y edificar unos palacios en ellas y en otras obras públicas, se ocupó Nezahualcoyotzin hasta el año de 1430 con que quedó la mayor parte del imperio sojuzgado.