La monarquía de Ghana
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Datos principales
Rango
África
Desarrollo
El apogeo del imperio ghanés fue en el siglo X, cuando se venció a la confederación de bereberes Sanhaja y se tomó su capital, Awdagost, en 990. Después de esta victoria los límites de Ghana se extienden desde Tagant, al Oeste, hasta Tombuctú , al Este, y casi hasta Bamako, al Sur. La capital del poderoso y rico imperio ghanés fue Kumbi Saleh (antigua Ghana) situada en la encrucijada del África negra y el mundo árabe . Kumbi Saleh se componía de dos aglomeraciones distantes entre sí unos 11 kilómetros: una, la musulmana o ciudad comercial , habitada por los mercaderes arabo-beréberes con una población de unos 20.000 habitantes; la otra era la ciudad de los soninke o ciudad del rey. Este alejamiento es interpretado como una muestra de desconfianza entre las dos culturas que convivían en el Imperio. La ciudad árabe, con sus doce mezquitas , era un claro exponente del poderío islámico, que presionaba sobre la cultura ancestral negra representada por una tecnología rudimentaria y unas construcciones tipo choza de techo redondo, destacando únicamente las más consistentes en donde vivía la corte del rey o tunka, nombre que se dio a los últimos y más poderosos soberanos. Los más famosos reyes fueron el tunka Menin y el tunka Beci, del siglo XI. Según al-Bakri , ambos soberanos eran tío y sobrino y la sucesión era matrilineal.
El tunka ejercía los poderes políticos y religiosos que emanaban de su propia pertenencia legitima a la familia real. Un Consejo del tunka formado por numerosos dignatarios le asistía en los actos y decisiones oficiales en medio de un vestuario y ceremonial rico en colorido y en adornos de oro, que para muchos recordaba a la corte del Egipto faraónico . El tunka delegaba sus poderes en administradores locales representantes de los principales clanes territoriales que controlaban la situación política en las llamadas provincias imperiales. Mientras que en las provincias conquistadas la administración la ejercían gobernadores que daban cuenta directamente al rey.
El tunka ejercía los poderes políticos y religiosos que emanaban de su propia pertenencia legitima a la familia real. Un Consejo del tunka formado por numerosos dignatarios le asistía en los actos y decisiones oficiales en medio de un vestuario y ceremonial rico en colorido y en adornos de oro, que para muchos recordaba a la corte del Egipto faraónico . El tunka delegaba sus poderes en administradores locales representantes de los principales clanes territoriales que controlaban la situación política en las llamadas provincias imperiales. Mientras que en las provincias conquistadas la administración la ejercían gobernadores que daban cuenta directamente al rey.