Las últimas taifas
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Últimas taifas
Desarrollo
Desde principios del siglo XIII, el gran Imperio almohade inició su decadencia. En Las Navas de Tolosa , en 1212, andalusíes y magrebíes, aún unidos al califa al-Nasir, midieron, sin éxito, la dimensión de su resistencia bélica contra Castilla, que aglutinó en aquella sonada batalla a buena parte de la Cristiandad peninsular y sus ayudas extrapeninsulares. Graves problemas dinásticos almohades se desencadenaron desde 1213, en el Magreb y en al-Andalus, produciendo rápidos y traumáticos cambios de califa, que acabaron por dejar al-Andalus a su suerte, desde 1228, mientras el Norte de África también se fragmentaba, hasta que los benimerines diesen la puntilla a los almohades en 1268.Al-Andalus se enfrenta, según cae el dominio almohade, con el problema de sustituir ese poder, y así se alzó, desde 1228, una serie de poderes locales, por todas partes, como un último período de taifas, que no llegaron a unificar del todo el territorio andalusí, ni siquiera alrededor del Emir, por un tiempo el más sobresaliente entre todos, Ibn Hud de Murcia. Sólo el jiennense Muhammad I logró reunir, desde 1232 en adelante, lo que iba quedando de al-Andalus, un al-Andalus que, perdida Valencia y el valle del Guadalquivir en aquellos años 30, pronto quedó reducido a las actuales tierras de Granada, Málaga y Almería, donde pervivirán, durante un equilibrista cuarto de milenio, los nazaríes , desde la Alhambra .
Este período representa, también en arte y en literatura , la transición. Una transición apagada, desde las ricas manifestaciones de tiempos almohades , hasta el auge de las manifestaciones granadinas que sólo alcanzarán su plenitud en el siglo XIV. Los avances cristianos provocaban la emigración de las elites cultas de al-Andalus, sobre todo hacia el Norte de África, también hacia el Oriente árabe, y así una de las características de al-Andalus, en este período, es haber dado buena parte de sus mejores frutos en el exilio, mientras en la Península, las manifestaciones culturales clásicas quedaban disminuidas y prevalecían las populares, que los mudéjares también cultivaban y transmitían.Los extensos avances cristianos, espectaculares entre los años 30 y 60 de esta centuria, no sólo provocaban la numerosísima emigración de andalusíes, generalmente sus elites, a otros territorios musulmanes, sino también la permanencia, generalmente del común de la población, como súbditos mudéjares de los Estados cristianos, intensificándose, en el siglo XIII, el alcance del característico y marcante mudejarismo peninsular .El vencimiento de al-Andalus, tan notable en el siglo XIII y con causas en cada una de las esferas (política, militar, económica y social) se contuvo, más o menos, dos centurias aún, por diversos factores, entre ellos los procesos internos de Castilla y Aragón , y la situación relativa de al-Andalus frente al auge de las estructuras feudales y de la expansión europea proyectada sobre el amplio marco del Mediterráneo.
Este período representa, también en arte y en literatura , la transición. Una transición apagada, desde las ricas manifestaciones de tiempos almohades , hasta el auge de las manifestaciones granadinas que sólo alcanzarán su plenitud en el siglo XIV. Los avances cristianos provocaban la emigración de las elites cultas de al-Andalus, sobre todo hacia el Norte de África, también hacia el Oriente árabe, y así una de las características de al-Andalus, en este período, es haber dado buena parte de sus mejores frutos en el exilio, mientras en la Península, las manifestaciones culturales clásicas quedaban disminuidas y prevalecían las populares, que los mudéjares también cultivaban y transmitían.Los extensos avances cristianos, espectaculares entre los años 30 y 60 de esta centuria, no sólo provocaban la numerosísima emigración de andalusíes, generalmente sus elites, a otros territorios musulmanes, sino también la permanencia, generalmente del común de la población, como súbditos mudéjares de los Estados cristianos, intensificándose, en el siglo XIII, el alcance del característico y marcante mudejarismo peninsular .El vencimiento de al-Andalus, tan notable en el siglo XIII y con causas en cada una de las esferas (política, militar, económica y social) se contuvo, más o menos, dos centurias aún, por diversos factores, entre ellos los procesos internos de Castilla y Aragón , y la situación relativa de al-Andalus frente al auge de las estructuras feudales y de la expansión europea proyectada sobre el amplio marco del Mediterráneo.