Jackson Pollock. El héroe del expresionismo abstracto
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Datos principales
Rango
XX19
Desarrollo
El héroe del expresionismo abstracto y el pintor más mitificado en los primeros años de la posguerra, Jackson Pollock (1912-1956), pasó su infancia vagando de un punto a otro de Estados Unidos, en una familia marcada por la difícil situación económica y el nomadismo de la jefa de la tribu.Su primer acercamiento artístico fue a los pintores mexicanos, por afinidades ideológicas: en los años treinta, cuando trabajaba para la WPA, estudió con Benton -un regionalista crítico y colaboró con los muralistas. Luego al Picasso más próximo a los surrealistas , como se ve en algunas de sus primeras obras de los años cuarenta, como Birth, Nacimiento (hacia 1938-1941, Londres, Tate Gallery); y a los propios surrealistas, en la vertiente más abstracta, la de Gorky , Miró o Matta ; también a las ideas de Jung sobre el inconsciente colectivo como depositario de las fuerzas vitales y lugar propio del arte. Pollock, que tuvo problemas con el alcohol, pasó dos veces por terapias psicoanalíticas en manos de jungianos. En relación con ellos y con el surrealismo está su interés por las raíces últimas, el arte prehistórico y primitivo y por los mitos.En 1923 ya exploraba las ruinas indias de Phoenix en Arizona, la región donde vivió una temporada; conoció las danzas rituales de los indios y las pinturas sobre arena en las reservas. En sus viajes, y gracias también a las publicaciones de la "Smithsonian Institution", pudo conocer la pintura de algunas tribus, como los navajo: "Siempre me han impresionado -escribía- las calidades plásticas del arte de los indios de América.
Los indios se comportan como verdaderos pintores, por su aptitud para elegir las imágenes apropiadas, y su comprensión de lo que hace el tema, la materia de la pintura. Su color está esencialmente ligado al oeste. Pero su visión tiene la universalidad que está en la base de todo arte verdadero. Algunos encuentran en tal o tal parte de mis pinturas referencias a la pintura y a la caligrafía de los indios de América. Esto no tiene nada de intencional, sino que resulta de recuerdos y entusiasmos muy antiguos".La relación de Pollock con el arte prehistórico es directa; no se trata de citas, ni de modelos concretos o temas -las Totems lessons, de 1945-, sino de algo más profundo: una actitud ante la pintura, un modo de relacionarse con la obra, un método de trabajo. El mismo, hablando de Ritmo de otoño, en "My Painting", el texto que publicó en el número uno de "Possibilities", en 1947-8, dice: "Mi pintura no es de caballete. Prácticamente nunca tenso la tela antes de pintarla. Prefiero pegar la tela sin enmarcar al muro o al suelo. Necesito la resistencia de una superficie dura. En el suelo me encuentro más a mi aire. Me siento más cercano al cuadro, me parece formar parte de él, ya que así puedo andar alrededor, trabajar por los cuatro lados y literalmente ponerme dentro. Se trata de un método análogo al de la pintura sobre arena practicada por los indios en el oeste".
Los indios se comportan como verdaderos pintores, por su aptitud para elegir las imágenes apropiadas, y su comprensión de lo que hace el tema, la materia de la pintura. Su color está esencialmente ligado al oeste. Pero su visión tiene la universalidad que está en la base de todo arte verdadero. Algunos encuentran en tal o tal parte de mis pinturas referencias a la pintura y a la caligrafía de los indios de América. Esto no tiene nada de intencional, sino que resulta de recuerdos y entusiasmos muy antiguos".La relación de Pollock con el arte prehistórico es directa; no se trata de citas, ni de modelos concretos o temas -las Totems lessons, de 1945-, sino de algo más profundo: una actitud ante la pintura, un modo de relacionarse con la obra, un método de trabajo. El mismo, hablando de Ritmo de otoño, en "My Painting", el texto que publicó en el número uno de "Possibilities", en 1947-8, dice: "Mi pintura no es de caballete. Prácticamente nunca tenso la tela antes de pintarla. Prefiero pegar la tela sin enmarcar al muro o al suelo. Necesito la resistencia de una superficie dura. En el suelo me encuentro más a mi aire. Me siento más cercano al cuadro, me parece formar parte de él, ya que así puedo andar alrededor, trabajar por los cuatro lados y literalmente ponerme dentro. Se trata de un método análogo al de la pintura sobre arena practicada por los indios en el oeste".