El fracaso de Graziani
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Africa
Desarrollo
El 13 de septiembre, al fin se ponía en marcha el ejército italiano destacado en Libia. Mas la operación comenzaba con negros presagios: en los tres meses de inactividad, en escaramuzas en la frontera libio-egipcia, Italia había perdido 3.500 hombres y Londres sólo 150. Italia contaba con cerca de 300.000 soldados y Gran Bretaña con 36.000, entre tropas metropolitanas o del imperio. Pero aquél era un ejército de opereta mandado por un tipo inepto y vacilante: Rodolfo Graziani . Tenía unas líneas de abastecimiento larguísimas, sobre una sola carretera paralela al mar cuyos pequeños puertos, no preparados para la guerra, eran incapaces de satisfacer las necesidades logísticas de tamaño despliegue militar. Los italianos avanzaron un centenar de kilómetros y se fortificaron en un lugar perdido de la costa egipcia: Sidi Barrani. Habían tenido 91 muertos y 270 heridos. Esperaban en Roma que, una vez recuperado el resuello, se continuara la ofensiva. Pero aquel ejército no podía ya dar un paso al frente. En octubre, pensando todavía en la victoria, telegrafió Mussolini al timorato Graziani : "Debemos traer a la conferencia de paz nuestras conquistas militares. No vale la pena pasar 16 meses preparando y equipando 15 divisiones para traernos simplemente Sidi Barrani." (2). Pero Graziani no se movió. Construía carreteras, acueductos, fortines y hospitales. Mientras, Londres, reforzaba su ejército en el Oriente Próximo.
En noviembre se supo que Alemania no ganaría la batalla aérea contra Inglaterra. Igualmente se demoraba el temido desembarco. Era, pues, el momento de defender el imperio Áfricano. Wavell , general en jefe de las tropas británicas en el Oriente Medio, inició el contraataque el 7 de diciembre. Con 30.000 hombres y 120 carros medios, dio un largo rodeo por el desierto sorprendiendo a 80.000 italianos y 275 carros ligeros (latas de sardinas). Desmoronado el tinglado de Graziani , el ejército italiano se retiraba hacia el oeste. Pero los británicos copaban sus columnas y se atiborraban de prisioneros. Aisladas por el rápido avance inglés, una tras otra se rendían las posiciones. Duró la carrera nueve semanas. Concluyó en El Agheila el 9 de febrero de 1941. Las fuerzas británicas, después de recorrer 800.000 kilómetros, estaban exhaustas y sus líneas de aprovisionamiento no daban más de sí. Wavell había cosechado 130.000 prisioneros, 1.290 cañones y cerca de 400 blindados ligeros. También perdieron los italianos más de 200 aviones y cerca de 20.000 hombres entre muertos, heridos o desaparecidos. Los ingleses, en cambio, habían perdido 3.000 hombres (438 muertos), un centenar de aviones y unos cincuenta carros.
En noviembre se supo que Alemania no ganaría la batalla aérea contra Inglaterra. Igualmente se demoraba el temido desembarco. Era, pues, el momento de defender el imperio Áfricano. Wavell , general en jefe de las tropas británicas en el Oriente Medio, inició el contraataque el 7 de diciembre. Con 30.000 hombres y 120 carros medios, dio un largo rodeo por el desierto sorprendiendo a 80.000 italianos y 275 carros ligeros (latas de sardinas). Desmoronado el tinglado de Graziani , el ejército italiano se retiraba hacia el oeste. Pero los británicos copaban sus columnas y se atiborraban de prisioneros. Aisladas por el rápido avance inglés, una tras otra se rendían las posiciones. Duró la carrera nueve semanas. Concluyó en El Agheila el 9 de febrero de 1941. Las fuerzas británicas, después de recorrer 800.000 kilómetros, estaban exhaustas y sus líneas de aprovisionamiento no daban más de sí. Wavell había cosechado 130.000 prisioneros, 1.290 cañones y cerca de 400 blindados ligeros. También perdieron los italianos más de 200 aviones y cerca de 20.000 hombres entre muertos, heridos o desaparecidos. Los ingleses, en cambio, habían perdido 3.000 hombres (438 muertos), un centenar de aviones y unos cincuenta carros.