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Datos principales
Rango
América 1550-1700
Desarrollo
La Corona favoreció el envió de libros a América, incluso eximiéndoles de los impuestos de alcabala y almojarifazgo (pagaban únicamente la avería), siempre que no fueran peligrosos para las buenas costumbres. En 1531 prohibió enviar a Indias libros de "historias y cosas profanas, salvo tocantes a religión cristiana e de virtud, en que se ejerciten y ocupen los dichos indios e los otros pobladores". Sobra decir que, como de costumbre, la prohibición fue ampliamente violada. La demanda de libros (profanos en gran parte) era tal, que originó la creación de algunas imprentas en Sevilla (la de Cromberger tuvo el monopolio de libros para México en 1525) especializadas en publicar los libros que pedían los pobladores de Indias: gramáticas, catecismos, libros teológicos, morales, novelas de caballería, pastoriles o picarescas, poesía épica y heroica, romances, historia, calendarios, etc. Los religiosos fueron naturalmente los grandes compradores, aunque no los exclusivos. La imprenta se llevó a América para ayudar a la evangelización del indio, pero posteriormente publicó obras de interés popular. La edición de gramáticas, catecismos y confesionarios en lenguas indígenas era difícil de realizar en España, donde no había expertos en tales idiomas. De aquí también que se procurase formar a los indios como tipógrafos. La primera obra americana vio la luz en 1536 y fue editada por el impresor Esteban Martín, establecido en México. Se trata de la "Escala espiritual para llamar al cielo", de San Juan Clímaco, de la que no existe ningún ejemplar. En 1539 se trasladó a la capital mexicana Juan Pablos, dependiente de la casa de Cromberger (luego se independizó), que publicó numerosas obras en dicho virreinato. En Perú, la imprenta se introdujo el año 1581 en el colegio jesuita de la capital. Su primera edición fue "Doctrina y catecismo para la instrucción de los indios y de las demás personas que han de ser enseñadas en nuestra Santa Fe". La imprenta llegó a Puebla en 1640 y a Guatemala en 1660. La formación universitaria y la imprenta permitieron cierto desarrollo literario en indias, evidente ya desde fines del siglo XVII.