de una sola nave con ábside poligonal, cubierto con bóvedas estrelladas. En su interior destacan los sepulcros del infante Alfonso
El sepulcro del infante Alfonso
La reina Isabel quiso que los restos de su joven hermano hallaran adecuada sepultura también en Miraflores. Parece que Gil de Silóe recibió el encargo al tiempo que el otro y entregó el modelo en mayo de 1486. En esta ocasión, la idea del sepulcro adosado en el muro, con arco solio que cobija un amplio espacio destinado a la figura del difunto, tenía amplios antecedentes.
, del rey Juan II y de su esposa, Isabel de Portugal
Los sepulcros reales de Miraflores
En mayo de 1486 Gil de Silóe delineó los sepulcros de Juan II y su esposa, Isabel de Portugal. Sin que conste mención expresa de la voluntad previa del príncipe Alfonso, muerto tan prematuramente, la reina decidió añadir su sepulcro.
Escultor, probablemente natural de Amberes, cuya actividad queda registrada desde el año 1486 hasta 1503. En sus proyectos los elementos góticos germanos se fusionan con las formas flamencas y mudéjares.
La vigilia de Navidad de 1499 se acababa de asentar el retablo mayor de la cartuja de Miraflores (Silva) completando así el presbiterio de la elegante iglesia de los Colonia y convirtiéndolo, definitivamente, en uno de los máximos puntos de referencia del último gótico europeo. Tres años antes habían dado comienzo las obras, siendo responsables de todo, una vez más, maestre Gil y Diego de la Cruz.