Colegiata de San Isidoro (León). Tímpano del Perdón
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La Portada del Perdón de la Colegiata de San Isidoro de León , algo más tardía que la del Cordero , se abre en el brazo sur del crucero, en un esquema compositivo del hastial, de recuerdo clásico. En él se combina armónicamente la puerta enmarcada, a su vez, por una moldura semicircular y coronada por una triple arquería con ventana central. El diseño fue imitado en la iglesia berciana de San Miguel de Corullón y, más tarde, junto con otros recursos plásticos más complejos en la Portada del Obispo de la catedral de Zamora . El vano es de medio punto, y recuerda al de la Portada del Cordero, aunque resulta algo más sencilla. Destaca por su interés el tímpano, con tres interesantes escenas relacionadas con la vida de Cristo. La central corresponde al tema del Descendimiento, en el que se advierte la ausencia de la figura de san Juan, debido, sin duda, a la falta de espacio. Se completa el relieve, entre los brazos de la cruz, con dos ángeles turiferarios. A la derecha se esculpieron Las tres Marías ante el Sepulcro vacío tras la Resurrección y custodiado por un ángel. Es una composición muy bella que se adapta al formato del soporte de acuerdo con las formas de hacer propias de la estética románica. Son las Marías, por otro lado, la expresión de los testigos de la Ley judía. Sin embargo, el elemento simbólico más expresivo de la escena es el arco de herradura que cobija al sarcófago. Con él se alude al Santo Sepulcro de Jerusalén, que tenía planta central y se cubría con una gran cúpula.
Para ello, su artífice se valió del recurso plástico de mostrar al espectador, un arco como el elemento constructivo más significativo que puede sugerir el ámbito arquitectónico en su globalidad. Finalmente, en el otro extremo, se esculpió la escena de la Ascención acompañada del texto explicativo: ASCENDO PATREM MEUM ET PATREM VESTRUM. Estilísticamente, el relieve del tímpano de la Portada del Perdón es de curvas suaves y plegado ondulante que recuerda ciertos capiteles del interior de las naves, como el de la Maiestas. Por otro lado y en la escena de la Ascensión, los gestos se asemejan a los de las figuras de la puerta de Miègeville y conserva ciertos ecos de la escultura compostelana . A ambos lados del tímpano se empotraron dos placas esculpidas con las figuras de san Pedro y san Pablo que recuerdan, por las rosetas de la parte superior de las mismas, las conocidas del claustro de Moissac y las de la girola de Toulouse. Es posible que la fuente de inspiración común haya sido el nudo de la orfebrería o de la eboraria, como es el caso de la arqueta de los marfiles del tesoro de la Colegiata. Es decir, el sistema de fijación de placas ornamentales a un soporte estructural. Como en la Portada del Cordero, el tímpano descansa en cabezas de animales que, simbólicamente, defienden la entrada al recinto sagrado.
Para ello, su artífice se valió del recurso plástico de mostrar al espectador, un arco como el elemento constructivo más significativo que puede sugerir el ámbito arquitectónico en su globalidad. Finalmente, en el otro extremo, se esculpió la escena de la Ascención acompañada del texto explicativo: ASCENDO PATREM MEUM ET PATREM VESTRUM. Estilísticamente, el relieve del tímpano de la Portada del Perdón es de curvas suaves y plegado ondulante que recuerda ciertos capiteles del interior de las naves, como el de la Maiestas. Por otro lado y en la escena de la Ascensión, los gestos se asemejan a los de las figuras de la puerta de Miègeville y conserva ciertos ecos de la escultura compostelana . A ambos lados del tímpano se empotraron dos placas esculpidas con las figuras de san Pedro y san Pablo que recuerdan, por las rosetas de la parte superior de las mismas, las conocidas del claustro de Moissac y las de la girola de Toulouse. Es posible que la fuente de inspiración común haya sido el nudo de la orfebrería o de la eboraria, como es el caso de la arqueta de los marfiles del tesoro de la Colegiata. Es decir, el sistema de fijación de placas ornamentales a un soporte estructural. Como en la Portada del Cordero, el tímpano descansa en cabezas de animales que, simbólicamente, defienden la entrada al recinto sagrado.