Templo de Baelo (Tarifa, Cádiz)
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Una buena muestra de la evolución experimentada por una ciudad hispana de tipo medio a lo largo del siglo I d. C. viene proporcionada por Baelo Claudia (Cádiz), donde las últimas investigaciones han permitido precisar la cronología de un programa monumental en constante evolución durante más de medio siglo, propiciado por su ascensión al rango de municipio bajo el emperador Claudio . En efecto, la arqueología va demostrando cómo este establecimiento costero, cuya importancia venía dada fundamentalmente por sus actividades relacionadas con el comercio de salazones, sufrió una transformación tan profunda en su aspecto monumental a raíz de su promoción jurídica que implicó la desaparición de los elementos anteriores a raíz de la construcción del foro. La organización general de este conjunto arquitectónico, limitado al Sur por el decumanus maximus, consta de los componentes básicos que definen un modelo canónico de foro, es decir, un sector religioso y una basílica ocupando una situación extrema, enfrentado entre sí y separados por una plaza enlosada, limitada lateralmente por sendos pórticos. El área sagrada estaba ocupada por tres templos que se abrían a la plaza ofreciendo una sensación de dominio sobre todo el espacio del foro. Su construcción se remonta a los tiempos de Claudio o Nerón , como la mayor parte de todo el conjunto forense, aunque uno de los tres quedó inacabado, no concluyéndose hasta la época de los primeros antoninos y siempre después que hubo finalizada la elevación del templo de Isis, situado al lado de los tres edificios religiosos.
La función comercial estaba representada por un conjunto de seis tabernae localizadas en el pórtico oriental, construidas con Claudio o Nerón y abandonadas con bastante rapidez a consecuencia de la construcción de un mercado (macellum) en el ángulo suroeste del foro a finales del siglo I ó comienzos del II d. C. Estos cambios tan rápidos, junto con los que se observan en el lado occidental del foro, donde se documentan dos etapas sucesivas, una claudio-neroniana y otra flavio-trajanea, sin que pueda descartarse una anterior a éstas, representan los signos de una capacidad evidente para satisfacer unos claros deseos de monumentalidad especialmente dirigida a la vertiente religiosa y política, los dos aspectos esenciales de la ideología imperial.
La función comercial estaba representada por un conjunto de seis tabernae localizadas en el pórtico oriental, construidas con Claudio o Nerón y abandonadas con bastante rapidez a consecuencia de la construcción de un mercado (macellum) en el ángulo suroeste del foro a finales del siglo I ó comienzos del II d. C. Estos cambios tan rápidos, junto con los que se observan en el lado occidental del foro, donde se documentan dos etapas sucesivas, una claudio-neroniana y otra flavio-trajanea, sin que pueda descartarse una anterior a éstas, representan los signos de una capacidad evidente para satisfacer unos claros deseos de monumentalidad especialmente dirigida a la vertiente religiosa y política, los dos aspectos esenciales de la ideología imperial.