Talayot de Sant Agustí Vell, Menorca
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Un talaiot es una construcción realizada en mampostería en seco a partir de bloques de sección paralelográmica cortados más o menos regularmente, en ocasiones retocados para que encajen entre sí y proporcionen mayor consistencia a la obra. Los talaiots aparecen indistintamente aislados, en conjuntos, dentro de los poblados o formando parte de sus murallas. Su complejidad constructiva es grande y muchas sus posibilidades de variación. Suelen estar levantados mediante hiladas bastante regulares de piedras bien cortadas que forman un muro de espesor variable, en el centro del cual se sitúa la habitación circular con un corredor de acceso al interior cubierto por losas. El espesor de los muros es variable, si bien en la mayoría de los casos oscila entre tres y cuatro metros. También varía el tamaño de la cámara central, aunque su diámetro rara vez baja de cinco metros o sobrepasa los seis, lo que proporciona un espacio interno útil en torno a los veinte metros cuadrados, incluyendo el destinado a la columna de sujeción del techado.Un elemento básico de los talaiots es su columna central, formada por tambores de piedra que ganan en diámetro a medida que ascienden, logrando un punto de apoyo amplio en la parte superior que hace más fácil el techado. En algunos casos, la columna está construida con bloques verticales de sección paralelográmica, bastante bien cortados y que recuerdan el aspecto de una pilastra clásica conseguida mediante la superposición de varios elementos.
A diferencia de lo que ocurre en los nuraghes sardos, que conocen la falsa bóveda por aproximación de hiladas gracias tal vez a sus contactos con navegantes micénicos, en Mallorca y Menorca la cubierta de los talaiots debió hacerse mediante lajas, en unos casos apoyándose en la columna central y en otros reduciendo hábilmente la luz superior mediante la técnica de acercar las paredes a medida que ascienden. Se conocen casos, como en el poblado de Sant Agustí, en Menorca, de utilización de vigas de madera de sabina para contribuir al techado. En general, puede decirse que la técnica constructiva empleada para cubrir estas torres es bastante rudimentaria, lo que contrasta con la capacidad de los baleares para levantarlas hasta una altura considerable o abrir en su interior cámaras y corredores.
A diferencia de lo que ocurre en los nuraghes sardos, que conocen la falsa bóveda por aproximación de hiladas gracias tal vez a sus contactos con navegantes micénicos, en Mallorca y Menorca la cubierta de los talaiots debió hacerse mediante lajas, en unos casos apoyándose en la columna central y en otros reduciendo hábilmente la luz superior mediante la técnica de acercar las paredes a medida que ascienden. Se conocen casos, como en el poblado de Sant Agustí, en Menorca, de utilización de vigas de madera de sabina para contribuir al techado. En general, puede decirse que la técnica constructiva empleada para cubrir estas torres es bastante rudimentaria, lo que contrasta con la capacidad de los baleares para levantarlas hasta una altura considerable o abrir en su interior cámaras y corredores.