Plaza Mayor de Tlaxcala (México). Plano
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En América, no siempre hubo coincidencia entre teoría , norma y realidad. En concreto, para la plaza se indicaban en las Ordenanzas de población unas medidas que daban para el largo una vez y media el ancho de dicha plaza, por ser ésa "la mejor proporción para las fiestas de a cavallo y cualesquiera otras que se hayan de hazer". Con esto se estaba siguiendo casi literalmente lo que Vitruvio había escrito en su libro V, que aconsejaba también esa medida por ser la más cómoda para los espectáculos, pero rarísima vez, se encuentra una plaza rectangular en las ciudades hispanoamericanas , pues suelen ser cuadradas por lo lógico que resultaba tirar entonces, a partir del espacio de la plaza, las líneas de la cuadrícula para las manzanas. Además, salvo en casos de grandes plazas, como la de Puebla, en las que las fuentes no entorpecían el desarrollo de espectáculos públicos, lo frecuente fue que tanto la fuente como la picota o rollo entorpecieran de algún modo esa finalidad de la plaza como escenario para las fiestas que se establecían en las Ordenanzas del año 1573. Una síntesis de lo que fue la plaza en la ciudad hispánica se puede ver en el plano de Tlaxcala de 1585, en el que además de los edificios de gobierno, soportales y fuente aparece la picota, compañera siempre de la fundación de una ciudad.