Juicio Final
Datos principales
Autor
Fecha
1302-05
Escuela
Estilo
Material
Museo
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Giotto fue llamado por el rico paduano Enrico Scrovegni para la decoración de la iglesia que se hizo construir para gloria de su alma. Entre 1302 y 1305, el maestro italiano completó un ciclo decorativo donde pone de manifiesto sus concepciones nuevas, que cambiarían el destino y la evolución de todo el arte occidental. En el muro Oeste de la capilla, Giotto representó este Juicio Final, donde destaca la disposición de las figuras y la creación espacial a partir de la figura dominante del Cristo-Juez. Las formas monumentales del Dios del Juicio, sentado en su trono de nubes, están rodeadas de una mandorla de fondo dorado, cuyo espacio está limitado por los colores resplandecientes del arcoiris. A ambos lados de Dios se sitúan dos alas con los doce apóstoles, también sentados en sus tronos, dispuestos en semicírculo, sobre las líneas espaciales en curva que crea un pedestal marmóreo. La disposición de este elemento separa el ámbito celeste, arriba, de la zona terrenal, donde se ejemplifican dos espacios muy contrastados para bienaventurados y condenados. Los ángeles músicos que rodean la mandorla de Cristo tienen su continuación con dos séquitos de ángeles que asisten al Último día. Su posicionamiento en diagonal lleva directamente al Jesús-Juez del centro. Las formas de los ángeles son muy elegantes y estilizadas. Más arriba, entre la ventana real del edificio, dos ángeles guardianes enrollan el cielo y dejan ver tras de sí las doradas puertas de la Jerusalem prometida, en un efecto de trampantojo absolutamente asombroso.
En la zona terrenal, destaca la presentación del comitente de la obra, Enrico Strovegni, al lado izquierdo de la cruz, que ofrece su iglesia a las tres Marías. Lo asiste un clérigo, que lleva el peso de la edificación. Sorprende de nuevo el artista con el efecto ilusionista de las faldas de su túnica, que sobrepasa los límites del arco figurado de la puerta de abajo. Mientras que la luminosidad y los colores claros son los predominantes en la zona tranquila de los bienaventurados, las caracterizaciones de terror, desesperación y miedo, junto con los colores de gama mucho más apagada y los efectos de sombra, son las predominantes de la parte de los condenados. Basándose en la visión del Último día de San Juan Evangelista y simulando las alusiones más determinantes del "Infierno" de Dante, Giotto ha dejado para la posteridad una imagen ejemplar y de gran repercusión desde el Renacimiento en adelante, cuando lo único que pretendía el avaro Scrovegni era la salvación de su alma y la de su padre, el Reginaldo que Alighieri sitúa en el infierno de la "Divina comedia".
En la zona terrenal, destaca la presentación del comitente de la obra, Enrico Strovegni, al lado izquierdo de la cruz, que ofrece su iglesia a las tres Marías. Lo asiste un clérigo, que lleva el peso de la edificación. Sorprende de nuevo el artista con el efecto ilusionista de las faldas de su túnica, que sobrepasa los límites del arco figurado de la puerta de abajo. Mientras que la luminosidad y los colores claros son los predominantes en la zona tranquila de los bienaventurados, las caracterizaciones de terror, desesperación y miedo, junto con los colores de gama mucho más apagada y los efectos de sombra, son las predominantes de la parte de los condenados. Basándose en la visión del Último día de San Juan Evangelista y simulando las alusiones más determinantes del "Infierno" de Dante, Giotto ha dejado para la posteridad una imagen ejemplar y de gran repercusión desde el Renacimiento en adelante, cuando lo único que pretendía el avaro Scrovegni era la salvación de su alma y la de su padre, el Reginaldo que Alighieri sitúa en el infierno de la "Divina comedia".