San Giorgio Maggiore en la madrugada

Para los pintores románticos realizar el viaje a Italia se convirtió en una especie de obligación. Turner viajó al país trasalpino en 1819, interesándose especialmente por Venecia donde copió a los maestros clásicos que más llamaron su atención: Tintoretto

Jacopo Robusti

Junto a Tiziano, Tintoretto es el mejor representante de la Escuela veneciana. Sus figuras retorcidas se integran plenamente en el Manierismo, obteniendo un importante número de encargos en su Venecia natal. Las decoraciones de las Scuolas venecianas y de los palacios muestran la obra de este artista que marcó a buena parte de los artistas del Barroco, entre ellos a Rubens.

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, Tiziano

Tiziano Vecellio

Pintor renacentista italiano (1485 h. -1576) es considerado el maestro más importante de la Escuela veneciana. Su aprendizaje con Giovanni Bellini marcará el detallismo de su producción, pero será Giorgione quien le introduzca de pleno en el Cinquecento, al emplear el paisaje como elemento integrador de las figuras. Se interesó por la pintura centro-italiana, espacialmente por Rafael, Miguel Angel y Leonardo, así como por el Manierismo, influyéndole Giulio Romano y Pordenone. Su estrecha relación con Carlos V y Felipe II será fundamental para el Barroco español, en especial para Velázquez. Rubens llegará a considerarle como su padre espiritual. La luz y el color serán los protagonistas de sus composiciones.

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, Giorgione

Giorgio da Caltelfranco (Giorgione)

Pintor renacentista italiano, es uno de los primeros artistas del Cinquecento preocupados por conseguir el efecto de perspectiva a través del paisaje, influyendo con sus obras en la Escuela veneciana, especialmente en Tiziano.

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, Veronés

Paolo Caliari

Veronés es el tercer maestro en discordia de la Escuela veneciana, junto a Tiziano y Tintoretto. Su formación dentro del Manierismo debe mucho a Miguel Ángel y a Parmigianino. La especialidad de Veronés serán las grandes escenas, donde muestra la magnificencia de la Venecia del Renacimiento.

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. Pero el paisaje urbano, y especialmente sus atmósferas, se convertirán en los principales protagonistas de los trabajos realizados allí, mostrándonos un amplio catálogo de imágenes donde la luz y los efectos atmosféricos se erigen en el centro de nuestras miradas. La iglesia de San Giorgio Maggiore se levanta majestuosa y se refleja en las tranquilas aguas de la laguna, rodeada de grandes barcos con las velas replegadas, envueltos todos los elementos de la escena en una bruma característica de las madrugadas venecianas. El color se convierte en otro de los importantes puntos de atención, al emplear tonalidades suaves, anaranjadas, identificadas con la aurora. El resultado encaja perfectamente con esta frase de Turner: "me dedico a pintar lo que veo, no lo que sé".