Retrato femenino

Una de las pocas referencias cronológicas existentes en la vida de Giorgione está relacionada con este retrato. En su reverso aparece una fecha: 1 de junio de 1506, suponiendo un punto de inflexión en la obra del maestro de Castelfranco. Entre las grandes novedades aportadas por este genio del Renacimiento

Renacimiento Italiano

El desarrollo del Renacimiento constituye la gran revolución en la concepción del arte occidental. Las claves de lectura de la imagen visual que instituye han regido sin interrupción hasta nuestros días. Sólo la pintura contemporánea se ha atrevido a violar tales reglas y a provocar una ruptura tan radical y escandalosa como la que plantearon los jóvenes genios del Renacimiento italiano.

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en Venecia encontramos el nuevo tratamiento del retrato, profundamente idealizado y emblemático, vinculado al neoplatonismo. Este tipo de retrato será interpretado posteriormente por Tiziano

Tiziano Vecellio

Pintor renacentista italiano (1485 h. -1576) es considerado el maestro más importante de la Escuela veneciana. Su aprendizaje con Giovanni Bellini marcará el detallismo de su producción, pero será Giorgione quien le introduzca de pleno en el Cinquecento, al emplear el paisaje como elemento integrador de las figuras. Se interesó por la pintura centro-italiana, espacialmente por Rafael, Miguel Angel y Leonardo, así como por el Manierismo, influyéndole Giulio Romano y Pordenone. Su estrecha relación con Carlos V y Felipe II será fundamental para el Barroco español, en especial para Velázquez. Rubens llegará a considerarle como su padre espiritual. La luz y el color serán los protagonistas de sus composiciones.

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aportando la captación psicológica del modelo. El nombre de Laura vendría determinado por las hojas del laurel que decoran el fondo de la composición, considerándose la misma modelo que protagoniza La Tempestad

La Tempestad

Lienzo pintado por Giorgione hacia 1505. Se conserva en las Galería de la Academia de Venecia.

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. Un potente foco de luz procedente de la izquierda resalta la belleza sensual de la muchacha, ataviada con un tabardo con el cuello y los puños en piel pero que deja al descubierto el escote y un pecho de la protagonista. La cabeza en tres cuartos y la mirada perdida, dirigida hacia fuera de la composición, serán importantes novedades, reforzando de esta manera la personalidad de la modelo. La mayoría de los nuevos recursos están tomados de la pintura religiosa, secularizando estos motivos para realizar un cambio radical en el retrato veneciano que se venía haciendo desde el Quattrocento.