Catedral de Siena (Italia). Fachada
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Este edificio puede ser paradigmático de la heterogeneidad del gótico. Su contraste con el modelo de estructura diáfana nórdica es evidente. En Italia , el peso de la tradición romana será decisivo en la génesis durante estos siglos de una arquitectura propia y original, no sólo en lo estructural sino en lo plástico. A los muros, construidos con materiales pobres, se les incorpora un acabado suntuoso como ya sucede en época románica. Para ello se utilizan mármoles blancos combinados con otros de color verde, que confieren gran belleza a los interiores y exteriores de las fábricas. Son buena prueba de ello, junto a la catedral de Siena, las de Florencia, Orvieto o Pistoia. Una de las zonas más bellas es, sin duda, la fachada. Giovanni Pisano trabajó en ella antes de abandonar la ciudad en 1297. Se le atribuye buena parte de la labor escultórica, y el diseño de las partes bajas.