En la estepa desértica de Jordania, en las cercanías de Ammán, se levanta el castillo-palacio
Los alcázares
En la ciudad islámica el poder estuvo concentrado en un solo lugar amurallado, ubicado en un punto periférico de la cerca urbana y privilegiado por la topografía: la alcazaba. Con sus murallas autónomas, accesos independientes, espacio para tropas y caballerías, palacios, huertos, aljibes, cementerio y, cómo no, mezquita, era la ciudad del poder dentro de la ciudad.