Hércules entra en el Olimpo
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El efecto deslumbrante que causan los vasos decorados con la técnica de las figuras negras proviene de un trabajo esmeradísimo y complicado que requiere gran pericia. En primer lugar se preparaba la superficie del vaso, cuya tonalidad anaranjada cobraba fuerza. Luego se trazaban los contornos de las figuras y una vez definidas y delimitadas, se aplicaba en el interior una especie de barniz parduzco-negro, de modo que se obtenían siluetas. Por último, la bicromía era enriquecida con detalles incisos -pormenores anatómicos, adornos, etc.- y con leves toques de color blanco para la encarnadura femenina o rojo oscuro para otros detalles. Todo este laborioso proceso exige atención máxima, pero lo que más obligaba a los artífices y por lo que hemos de admirarlos, es la extraordinaria habilidad para la incisión fina y para el trazo firme a mano alzada.