San Sebastián
Datos principales
Autor
Fecha
1490-93
Estilo
Material
Dimensiones
210 x 91 cm.
Museo
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La veneración a san Sebastián durante el Renacimiento y el Barroco vendrá motivada por su protección ante la peste, plaga que arrasaba periódicamente los pueblos y las ciudades de Europa cobrándose un elevado número de víctimas. El santo mártir será representado en multitud de ocasiones, eligiéndose el momento de su martirio, durante la lluvia de flechas con la que fue castigado. Mantegna realizó al menos tres representaciones a lo largo de su carrera, distribuidas por diferentes museos, en las que podemos apreciar su evolución pictórica. Este que contemplamos está fechado hacia 1490-1493, encontrándose una importante diferencia con el más conocido del Louvre : el maestro ha suprimido los elementos arquitectónicos y anecdóticos para mostrar la figura del santo recortada sobre un fondo oscuro, con el fin de no distraer nuestra atención. San Sebastián continúa con su aspecto escultórico y monumental pero ahora se presenta más escorzado e incluso con mayor expresividad, eleva su mirada hacia Dios y muestra cierto gesto de dolor en su rostro. Las saetas se distribuyen en todas las direcciones posibles, creando el efecto de profundidad, reforzado por el pie izquierdo del santo que parece proyectarse hacia el espectador. La iluminación y el punto de vista bajo otorgan a la imagen una soberbia grandiosidad, como si fuera una estatua que ha recobrado la vida. La obra quedó en el taller del maestro cuando éste falleció, especulándose con que estuviera destinada al cardenal Segismondo Gonzaga. El paño de pureza que oculta las zonas íntimas del santo fue retocado y ampliado, bien por el propio Mantegna o por algún ayudante al no ser del agrado del cliente, que añade una dosis más elevada de moral a esta estatua clásica.