San Sebastián
Datos principales
Autor
Fecha
1465-70
Estilo
Material
Dimensiones
68 x 30 cm
Museo
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La figura de san Sebastián será una de las más representadas durante el Renacimiento debido a su papel como intercesor ante la peste, que asolaba con enorme frecuencia Europa, provocando miles de víctimas. Además, era una excusa perfecta para mostrar la anatomía masculina al ser uno de los escasos semidesnudos permitidos. El santo ha sido atado a una columna clásica, delante de unos arcos y un muro en ruinas, hallándose restos por el suelo. La bicromía de las baldosas sirve para crear la perspectiva, reforzada por el paisaje que contemplamos al fondo en el que se aprecia un camino en cuesta y una ciudad tras un río, paisaje de clara reminiscencia flamenca . La figura exhibe la monumentalidad escultórica que caracterizará la pintura de Mantegna, al igual que los escorzos o el punto de vista bajo empleado para otorgar grandiosidad. San Sebastián eleva su mirada al cielo solicitando clemencia tras recibir una lluvia de flechas que milagrosamente no acabarán con su vida, siendo posteriormente decapitado. El foco de luz procedente de la izquierda resbala sobre el cuerpo del santo, acentuando el volumen y la torsión de la figura, en un alarde técnico que recuerda a la Escuela veneciana del Quattrocento. La musculatura de su torso es aún muy somera, acentuando los abdominales y las costillas. La influencia de la escultura de Donatello está presente, al igual que el interés del maestro por mostrar su erudición arqueológica mostrando la decoración y la construcción de la Antigüedad clásica.