Transfiguración

Datos principales


Autor

Raffaello Sanzio

Fecha

1518-20

Escuela

Cinquecento

Estilo

Renacimiento Italiano

Material

Oleo sobre lienzo

Museo

Museos Vaticanos

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El cardenal Julio de Médici, obispo de la ciudad de Narbona, encargó a Rafael un gran cuadro de altar destinado a la catedral de esa ciudad en el año 1517. El encargo de la obra motivó una competición entre Sanzio y Sebastiano del Piombo que realizaría para el mismo templo la Resurrección de Lázaro. El gran cuadro se trasladó en 1523 a la iglesia romana de San Pedro in Montorio, donde estuvo hasta que en 1797 fue llevado a Francia. Los especialistas ignoran cómo estaban los trabajos cuando Rafael falleció el 6 de abril de 1520, considerándose que la zona inferior fue ejecutada por los ayudantes entre 1520 y 1522, hipótesis avalada en una petición de pago de Giulio Romano al cardenal Julio de Médici el 7 de mayo de 1522. La concepción parece entera de Sanzio aunque colaboraran los discípulos. No en balde, se trata de la obra más compleja del artista donde los efectos dramáticos y expresivos se encuentran desarrollados de la mejor manera, trabajando en el más puro estilo clasicista. El tema tratado por el maestro es bastante complejo y une dos secuencias independientes pero que se narran consecutivamente en los textos evangélicos. Así, en la tabla podemos contemplar la figura de Cristo arrebatada a los cielos, embellecida y envuelta en una túnica blanca por la acción amorosa de su padre. Los discípulos, que se habían dormido, se despiertan y contemplan asombrados el milagro de la Transfiguración mientras que Elías y Moisés acompañan a Cristo.

En la zona baja hallamos a un nuevo grupo de discípulos, organizados alrededor de la escena del endemoniado a quien los apóstoles no pudieron curar por falta de fe. La composición se organiza a través de un gran triángulo cuya base son las diversas figuras de la parte baja, acercando a los espectadores la cuestión de la fe, destacando especialmente la figura femenina que está de espaldas: probablemente Rafael se inspirara para realizarla en las estatuas clásicas que continuamente se descubrían en Roma. La tensión y el drama que se respira en esta zona se proyecta hacia arriba, donde el verdadero milagro se organiza alrededor de un círculo, utilizando dos puntos de fuga diferentes, uno para cada escena. El empleo de luces procedentes de diversos focos refuerza el carácter espectacular del conjunto en el que participan las rotundas figuras envueltas en sombras, retomando la influencia de Leonardo, mientras que en los personajes advertimos cierto eco de Miguel Ángel. El resultado es una de las más bellas imágenes pintadas por Sanzio, en la que manifiesta su peculiar lenguaje.

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