Santa Casilda
Datos principales
Autor
Fecha
1631-40
Estilo
Material
Dimensiones
170 x 108 cm.
Museo
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Dentro del estilo de su autor a la hora de pintar a sus santas, ésta que ahora contemplamos es de lo mejor de su producción. Tenemos varios ejemplos de la genial ejecución del pintor sobre este tema, como por ejemplo Santa Apolonia, Santa Lucía o Santa Margarita. En este lienzo mantiene intactas sus características a la hora de trabajar: una figura aislada y de tamaño monumental, mayor del natural, recortada sobre un fondo oscuro que no ofrece ningún signo de espacio o arquitectura, una luz irreal y que proviene del ángulo superior izquierdo para iluminar con potencia la figura protagonista. Al tiempo ejecuta con limpieza esa figura femenina similar a las ya mencionadas: una joven de nívea belleza, con rostro sereno y serio, ataviada con la riqueza de una princesa pero descalza, para dar a entender su pureza. El atributo que permite identificar a esta hermosa joven no se encuentra en ningún rasgo sobrenatural, como pudiera ser la corona de santa, sino en el manojo de rosas que lleva en el regazo. Así es, pues según la historia de esta santa, Casilda era hija de un rey musulmán que tenía prisioneros en su castillo a varios caballeros cristianos. La muchacha les atendía en secreto y les llevaba alimentos ocultos en su falda. Una noche, cuando se dirigía a las mazmorras fue sorprendida por su padre que la increpó pidiéndole que explicara qué era lo que ocultaba en su falda, a lo que la muchacha respondió "flores, padre"; y al abrir su falda los alimentos se habían convertido milagrosamente en rosas.