Educación de la Virgen

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El tema de la educación de María provocó discusiones en los círculos intelectuales de la Sevilla del siglo XVII. Tras el cisma protestante, los pintores recibieron normas desde la Iglesia para tratar los temas más fundamentales de la doctrina católica de tal manera que resultaran fácilmente comprensibles para el vulgo iletrado. De este modo, la Virgen, cuya inmaculada concepción fue puesta en duda por los protestantes, pasó a ser uno de los temas más queridos por los fieles. Por ello proliferaron escenas de su vida, como el capítulo referente a su educación. Pero esto creaba problemas como el de la perfección de María, que no hubiera necesitado aprender nada. Sin embargo, el éxito de una escena que muestra a la madre de María, Santa Ana, enseñando a leer a su joven hija, fue grande entre los clientes que encargaban y compraban pintura. Precisamente a propósito de este cuadro de Roelas, el teórico Pacheco hizo un comentario en contra de lo apropiado del asunto. Sin embargo, el cuadro se conservó gracias a lo querido del episodio y a la calidad técnica de su autor. Los rasgos intimistas, como los objetos cotidianos que rodean a las mujeres, lo hacían muy cercano a los espectadores de la época, por lo que se siguió pintando en este estilo.

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