Abi Amir Muhammad
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Datos principales
Alias
Almanzor
Tipo
Fecha nacimiento
940
Lugar nacimiento
Torrox, Málaga
Fecha muerte
1002
Lugar muerte
Medinaceli, Soria
Cargo
Caudillo
Desarrollo
Cuando Al-Hakam II falleció dejó el trono cordobés a un muchacho de once años sin ninguna experiencia política llamado Hisam . El joven califa tenía el apoyo del todopoderoso ministro Yafar al-Mushafi, quien contaba con el beneplácito de la madre del califa, la concubina Subh de Navarra. Al-Musafi contó con la estrecha colaboración de un hombre llamado Abi Amir Muhammad, miembro de una familia árabe con posesiones en Algeciras que se trasladó a Córdoba para estudiar jurisprudencia y literatura. Este Abi Amir será el temible Almanzor cuando en el año 981 se titule "al-Mansur bi-Allah" (el victorioso de Dios), denominación que cristianizada ha dado el nombre por todos conocido. Abi Amir inició su carrera política como escribano y secretario del qadí Ibn al-Salim. Sus aptitudes administrativas motivaron que fuera recomendado al chambelán al-Mushafi, quien le nombró primero administrador de la sultana Subh y después del joven Hisam. De esta manera Abi Amir estrechaba sus lazos con la familia gobernante. A la muerte de Al-Hakam II recibe el nombramiento de visir y tutor del joven califa por lo que Almanzor y su protector al-Mushafi empiezan a enfrentarse abiertamente. En el año 978 aparta totalmente a al-Mushafi del entorno del califa, gracias al apoyo de su suegro, el general Galib, y tres años más tarde consigue que el joven Hisam le otorgue públicamente los poderes absolutos del gobierno, dedicándose el califa a la vida piadosa.
Con el poder político en sus manos, la fuerza militar se le resistía ya que Galib aún era fuerte gracias a cierto apoyo de los reinos cristianos. Dando muestras de su sagacidad, Almanzor hizo venir de Africa a otro general con tropas beréberes para convertirlas en su guardia personal, provocando el enfrentamiento con Galib. Este salió derrotado y Abi Amir recibía, a su regreso a Córdoba, el título de "al-Mansur bi-Allah". Desde ese momento y durante más de 20 años ejerció el poder absoluto en al-Andalus . Puso en marcha un programa de reformas tanto en la administración civil y militar y supo atraerse a las clase populares con una política de intensa actividad militar contra los cristianos del norte. Las crónicas hablan de 57 expediciones victoriosas con las que extendió el dominio musulmán a buena parte de la península, imponiendo fuertes tributos a los monarcas de Navarra y León. Incluso forzó a éstos a la entrega de sus hijas para imponer la paz en sus dominios. Los ataques de Almanzor llegaron hasta Barcelona (985), Coimbra (987), los monasterios leoneses de Sahagún y Eslonza (988), Santiago de Compostela (997) y Pamplona (999). Estas campañas motivaron la creación de una alianza cristiana contra al-Andalus que salió contundentemente derrotada en el año 1000. En estas últimas correrías Almanzor atacó el monasterio de San Millán de la Cogolla (1002) y de regreso a Córdoba falleció, en las cercanías de Medinaceli (Soria). La fortaleza con la que Almanzor dirigió los designios de al-Andalus se manifiesta en el intenso programa de construcciones que llevó a cabo, ampliando la mezquita de Córdoba y edificando un nuevo palacio llamado Madinat al-Zahira, donde trasladó la administración para evitar que Hisam tuviera tentaciones de dirigir el gobierno. Designó a su hijo Abd al-Malik como sucesor, estableciendo una dinastía de gobernantes que acabó con su otro hijo Sanchuelo . El gobierno dictatorial de Almanzor se considera como una de las causas que motivaron el estallido de la Gran Fitna y la guerra civil entre los años 1009 y 1031.
Con el poder político en sus manos, la fuerza militar se le resistía ya que Galib aún era fuerte gracias a cierto apoyo de los reinos cristianos. Dando muestras de su sagacidad, Almanzor hizo venir de Africa a otro general con tropas beréberes para convertirlas en su guardia personal, provocando el enfrentamiento con Galib. Este salió derrotado y Abi Amir recibía, a su regreso a Córdoba, el título de "al-Mansur bi-Allah". Desde ese momento y durante más de 20 años ejerció el poder absoluto en al-Andalus . Puso en marcha un programa de reformas tanto en la administración civil y militar y supo atraerse a las clase populares con una política de intensa actividad militar contra los cristianos del norte. Las crónicas hablan de 57 expediciones victoriosas con las que extendió el dominio musulmán a buena parte de la península, imponiendo fuertes tributos a los monarcas de Navarra y León. Incluso forzó a éstos a la entrega de sus hijas para imponer la paz en sus dominios. Los ataques de Almanzor llegaron hasta Barcelona (985), Coimbra (987), los monasterios leoneses de Sahagún y Eslonza (988), Santiago de Compostela (997) y Pamplona (999). Estas campañas motivaron la creación de una alianza cristiana contra al-Andalus que salió contundentemente derrotada en el año 1000. En estas últimas correrías Almanzor atacó el monasterio de San Millán de la Cogolla (1002) y de regreso a Córdoba falleció, en las cercanías de Medinaceli (Soria). La fortaleza con la que Almanzor dirigió los designios de al-Andalus se manifiesta en el intenso programa de construcciones que llevó a cabo, ampliando la mezquita de Córdoba y edificando un nuevo palacio llamado Madinat al-Zahira, donde trasladó la administración para evitar que Hisam tuviera tentaciones de dirigir el gobierno. Designó a su hijo Abd al-Malik como sucesor, estableciendo una dinastía de gobernantes que acabó con su otro hijo Sanchuelo . El gobierno dictatorial de Almanzor se considera como una de las causas que motivaron el estallido de la Gran Fitna y la guerra civil entre los años 1009 y 1031.