Ciudadela de Ollantaytambo
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Datos principales
Fecha
Siglos XV-XVI
Lugar
Localización
Ollantaytambo, Perú
Localización
Desarrollo
Ollantaytambo era un complejo formado por un pequeño poblado y una imponente construcción defensiva. Ésta estaba articulada mediante terrazas, comunicadas mediante una escalinata, que terminaban en la parte más alta en macizas construcciones inacabadas. Pertenece al último periodo de la historia incaica y atestigua la máxima perfección alcanzada por la técnica de la albañilería en piedra. En Ollantaytambo existe una relación precisa entre posición de las diversas terrazas y la técnica muraria empleada; según se iba ascendiendo la importancia de las construcciones aumentaba, pues éstas se acercaban cada vez más a la cumbre, donde se situaba el lugar sagrado. Efectivamente, se puede notar una progresiva transformación de la albañilería, a partir de muros de sostén más bajos hasta llegar a los seis grandes bloques de la cima. En la sucesión de terrazas partiendo desde abajo, tenemos un conjunto poligonal de bloques no muy grandes, casi uniformes en sus dimensiones, dispuestos en hileras más bien delineadas, aunque no siempre horizontales. La escalera termina en un adoratorio llamado "las diez alacenas"; se trata de una serie de vanos ciegos y regulares abiertos sobre un muro de cantería. Al final de este muro hay un portal que da acceso a una explanada con bloques de piedra a medio tallar, lo que hace pensar que la fortaleza no estaba todavía terminada cuando se produjo la llegada española. Un suave terraplén permite el acceso a un nivel más elevado conocido como Chincana que, a modo de pasadizo, comunica con la parte alta, donde hay otros recintos y estancias. El más importante de ellos es el templo del Sol, con un muro formado por seis piedras rectangulares, la mayor de ellas de 4 m. de altura por 2 m. de anchura, ensambladas perfectamente entre sí. Algunos cronistas han dejado testimonios sobre este lugar. Según Garcilaso , La Fortaleza tenía poderes mágicos y religiosos, razón por la que se enterraban allí las vísceras de los soberanos muertos en el momento de la momificación. Cobo, sin embargo, afirma que desde allí se lanzaban las cenizas de los sacrificios porque Viracocha quería que llegaran al mar sin contaminar la tierra.