Lalibela
Localización
Desarrollo
Se trata de una de las ciudades cristianas ortodoxas más importantes de Etiopía y de África. Es considerada la Octava Maravilla del Mundo, situada a 2700 m. de altitud y a 642 km. de la capital, Addis Abeba. Significa "las abejas reconocen su soberanía", en referencia al rey que le dio su nombre; su madre creyó ver una muestra de sumisión en una nube de abejas que lo rodeaba y que no le hicieron nada, de ahí su nombre. Actualmente, el lugar es el destino santo de peregrinaje para casi la mitad de los etíopes, practicantes del culto copto. Entre los siglos X - XIII esta pequeña ciudad fue capital de Etiopía bajo la dinastía Zagwe. En el siglo XII, el rey Lalibela ordenó la construcción de las once iglesias . Dicha construcción está rodeada de misterio y leyenda. Una de éstas, afirma que el rey fue envenenado por su hermano menor y durante su sueño fue llevado al cielo. Una vez recuperado intentó reproducir en la ciudad las 11 iglesias excavadas en la roca que había visto en el cielo. Una segunda, afirma que el rey, durante su exilio en Jerusalén , tuvo una visión y, tras su vuelta, decidió construir una segunda Jerusalén para el cristianismo copto; incluso, hay un arroyo llamado Jordán y una tumba de Abraham, lo que demuestra la influencia israelita. La última teoría afirma que fueron los cristianos coptos huidos de un Egipto musulmán (donde se les perseguía) los constructores de las iglesias. Sostienen que tardaron casi una centuria en su construcción y afirman que su ubicación no fue por designio divino sino el propósito de ocultar los templos a las incursiones islámicas.
El primer europeo que recorrió estos parajes fue el portugués Francisco Alvares, capellán de la embajada portuguesa. Visitó sus iglesias e, impresionado ante el espectáculo arquitectónico, decidió escribir aquello que veía. Once iglesias y un espacio monástico, además de otros monumentos, entre los que destaca la iglesia de Adadi Maryam que, según se cuenta, fue construida tras la visita del rey al cercano monte Ziquala, configuran una ciudad laberíntica excavada en el suelo y en los farfallones del promontorio. Se trata de una ciudad santa con doce obras en estilo propio, sin una posible inclusión de éstas en un grupo arquitectónico claro, donde cada templo fue erigido de forma monolítica, trabajando la roca de la montaña como si se tratase de una escultura. El origen milagroso de Lalibela es hoy día aceptado por casi toda la población etíope, que continúa llamando río Jordán al pequeño arroyo que cruza la aldea. La población acude a él cada 19 enero cuando se celebra la epifanía etíope.
El primer europeo que recorrió estos parajes fue el portugués Francisco Alvares, capellán de la embajada portuguesa. Visitó sus iglesias e, impresionado ante el espectáculo arquitectónico, decidió escribir aquello que veía. Once iglesias y un espacio monástico, además de otros monumentos, entre los que destaca la iglesia de Adadi Maryam que, según se cuenta, fue construida tras la visita del rey al cercano monte Ziquala, configuran una ciudad laberíntica excavada en el suelo y en los farfallones del promontorio. Se trata de una ciudad santa con doce obras en estilo propio, sin una posible inclusión de éstas en un grupo arquitectónico claro, donde cada templo fue erigido de forma monolítica, trabajando la roca de la montaña como si se tratase de una escultura. El origen milagroso de Lalibela es hoy día aceptado por casi toda la población etíope, que continúa llamando río Jordán al pequeño arroyo que cruza la aldea. La población acude a él cada 19 enero cuando se celebra la epifanía etíope.