Hawaii
Localización
Desarrollo
El archipiélago de las Hawai se extiende diagonalmente de NO a SE, atravesando el Trópico de Cáncer. Las islas septentrionales y centrales son simples atolones de coral o rocas volcánicas inhabitables. Las ocho islas mayores son parte de una cadena montañosa, de origen volcánico, que emergieron hace millones de años. Los primeros habitantes debieron de llegar hacia el 500 d. C., probablemente desde las Marquesas y desde el archipiélago de las Sociedad. El capitán Cook arribó a sus costas en su tercero y último viaje, en 1778. Para su asombro, salieron a recibirle cientos de canoas repletas de nativos que manifestaban una gran alegría y le mostraron un gran respeto: le habían confundido con una de sus divinidades, el dios Lono, que se había internado en el mar y del cual esperaban el regreso. Sin embargo, esta situación de euforia fue deteriorándose con el tiempo: al parecer las necesidades de avituallamiento de Cook y su tripulación fueron tan excesivas que dejaron esquilmados a los isleños, quienes terminaron hartos de tan hambrientos dioses. Cuando, por fin, partieron, tuvieron la mala suerte de que se les rompiese el trinquete y su única solución era volver a la bahía de Kealakekua, de donde acababan de partir. Al verles regresar, los nativos se aprestaron a defender los pocos cerdos que les quedaban. Cook tomó como rehén a su anciano rey; al parecer, el tomar un rehén importante le había dado buenos resultados en otros casos.
Esa vez no contó con la fidelidad de los hawaianos a su anciano jefe y las escaramuzas terminaron con la muerte de Cook. En la bahía se ha levantado un monumento al insigne navegante inglés; sin embargo, muchos echan de menos otro monumento a la no menos gloriosa gesta de los isleños, que defendieron a su rey con lanzas y piedras contra fusiles y cañones. Los regímenes políticos polinesios, las grandes jefaturas, y muy especialmente las de ciertas islas como las Hawai, han determinado gran parte de su producción artística y ritual . En esta sociedad piramidal, los grandes personajes requerían objetos que fueran símbolos visuales de su rango, de su prestigio y de su poder. Estos objetos a nosotros pueden parecemos meros abalorios: capas, pectorales, insignias y cascos. Sin embargo, estaban confeccionados con materiales fastuosos, como el plumaje extraordinario de su espléndida fauna ornitológica y eran objetos destinados a trasmitirse de generación en generación, lo cual implicaba el empleo de una gran creatividad y mucho tiempo. Esta riquísima parafernalia sólo podía utilizarse en la ocasión adecuada, en la circunstancia requerida, en la presencia de la persona idónea y por los individuos de un determinado rango, que les venía conferido, bien por parentesco o por nacimiento. A partir del siglo XIX también podía adquirirse por méritos de guerra, por lo que las capas y pectorales se llevaban en las batallas y se tomaban como trofeos al enemigo. Debido a la escasez de madera, muchos de los objetos fabricados con esta materia eran también símbolo de rango: las copas ceremoniales, sostenidas por figuras antropomorfas de aspecto feroz, que representaban enemigos vencidos en la guerra, los taburetes o los reposacabezas. Las escasas imágenes que se conservan de divinidades hawaianas presentan, casi siempre, un aspecto extraordinariamente agresivo.
Esa vez no contó con la fidelidad de los hawaianos a su anciano jefe y las escaramuzas terminaron con la muerte de Cook. En la bahía se ha levantado un monumento al insigne navegante inglés; sin embargo, muchos echan de menos otro monumento a la no menos gloriosa gesta de los isleños, que defendieron a su rey con lanzas y piedras contra fusiles y cañones. Los regímenes políticos polinesios, las grandes jefaturas, y muy especialmente las de ciertas islas como las Hawai, han determinado gran parte de su producción artística y ritual . En esta sociedad piramidal, los grandes personajes requerían objetos que fueran símbolos visuales de su rango, de su prestigio y de su poder. Estos objetos a nosotros pueden parecemos meros abalorios: capas, pectorales, insignias y cascos. Sin embargo, estaban confeccionados con materiales fastuosos, como el plumaje extraordinario de su espléndida fauna ornitológica y eran objetos destinados a trasmitirse de generación en generación, lo cual implicaba el empleo de una gran creatividad y mucho tiempo. Esta riquísima parafernalia sólo podía utilizarse en la ocasión adecuada, en la circunstancia requerida, en la presencia de la persona idónea y por los individuos de un determinado rango, que les venía conferido, bien por parentesco o por nacimiento. A partir del siglo XIX también podía adquirirse por méritos de guerra, por lo que las capas y pectorales se llevaban en las batallas y se tomaban como trofeos al enemigo. Debido a la escasez de madera, muchos de los objetos fabricados con esta materia eran también símbolo de rango: las copas ceremoniales, sostenidas por figuras antropomorfas de aspecto feroz, que representaban enemigos vencidos en la guerra, los taburetes o los reposacabezas. Las escasas imágenes que se conservan de divinidades hawaianas presentan, casi siempre, un aspecto extraordinariamente agresivo.