Fátima
Localización
Desarrollo
Situada a 130 kilómetros de Lisboa y al norte de Portugal, Fátima se encuentra a 800 metros de altura sobre el nivel del mar. Famosa por las apariciones de la Virgen María , esta localidad portuguesa es uno de los principales lugares de culto y centro de peregrinación consagrado a la Virgen. Los hechos se remontan según la tradición al 13 de mayo de 1917, fecha en que se les apareció la Virgen a tres pastorcillos -Lucía, Francisco y Jacinta- de corta edad. Dos años antes, Lucía había presenciado un "preludio angélico", cuando, estando en el campo con dos amigas, se le apareció un ángel mientras rezaban el rosario, hecho que volvería a presenciar dos o tres veces más. Una mañana conducían los tres pastores al rebaño de ovejas a pastar, cuando comenzó a llover y se refugiaron en una gruta. Allí comieron y rezaron el rosario hasta que se despejó el día. Fue entonces cuando, según el relato de Lucía, apareció una figura sobre el Olivar que se dirigía hacia ellos: "Era un joven de catorce o quince años, más blanco que si fuera de nieve, el solo lo hacía transparente como el cristal, y era de una gran belleza. Al llegar junto a nosotros dijo: "No tengan miedo. Soy el ángel de la paz. Oren conmigo". Y arrodillado en la tierra, inclinó la cabeza hasta el suelo y nos hizo repetir tres veces estas palabras: "Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman".
Luego, levantándose, dijo: "Oren así. Los corazones de Jesús y María están atentos a la voz de sus súplicas". Esta aparición volvió a repetirse en más ocasiones. Se trataba de una ángel que sostenía un cáliz sobre su mano izquierda. En una de ellas éste se acercó a los niños y, dejando el cáliz en el aire les hizo repetir tres veces "Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo te ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Jesucristo...". A partir de entonces el ángel no volvió más y el 13 de mayo de 1917, fecha que coincidía con el domingo anterior a la Ascensión, estaban los tres niños en la Cova da Iria cuando atravesó el cielo un rayo y, pensando en que estallaría un temporal, decidieron volver a casa. Fue entonces cuando se le apareció una Señora vestida de blanco que irradiaba una intensa luz. Les invitó a acercarse y les anunció que regresaría todos los días 13 del mes, durante seis meses. De los tres niños, Lucía hablaba con la Virgen y Jacinta escuchaba. En aquella ocasión la Virgen les pidió que rezasen por la paz en el mundo. El día 13 del siguiente mes los niños acudieron a su encuentro, acompañados de 50 curiosos. De nuevo se volvió a aparecer la Virgen. Les anunció que pronto se llevaría al cielo a Jacinta y Francisco, mientras que Lucía viviría más años. En su tercera aparición, había por lo menos dos mil personas. Lucía le preguntó a la Virgen quién era y le pidió que realizara un milagro para que todos pudieran creerles.
La Virgen anunció que así lo haría en octubre. En estos encuentros la Virgen les hizo varias revelaciones, que luego se anunciaron con el tiempo. Hoy todavía queda una tercera parte sin descubrir. En agosto volvió a aparecerse. A pesar de la multitud que llenaba la cueva, los niños no estaban. Habían sido retenidos por el alcalde, que les exigía que revelasen los secretos que les había confiado la Virgen. Unos días después, el 19 de agosto, de nuevo se manifestó la Señora. En esta ocasión les pidió que construyeran una capilla en aquel lugar. En los sucesivos 13 de cada mes las apariciones continuaron ante miles de personas, y el 13 de octubre llegó el milagro. Apareció al mediodía y volvió que pedir que se le construyera una capilla, además de predecir el fin de la guerra. Era un día de lluvia y de repente el cielo se abrió y el sol inició una danza de luz que se repitió tres veces. Las apariciones cesaron. Tal y como predijo la Virgen, Francisco y Jacinta murieron al poco tiempo y en 1921 Lucía ingresó en un convento. De los secretos que entonces le confiaron, Lucía sólo ha revelado dos: el primero fue la visión del infierno y el segundo la difusión del ateísmo y la Segunda Guerra Mundial. En la actualidad, el tercer secreto sigue siendo un misterio, que sólo se ha confiado al Papa . Después de todo lo sucedido, Lucía tuvo más apariciones. En 1919 se le construyó una modesta iglesia en su honor, hoy convertida en una gran basílica. Junto con Lourdes es uno de los centros de peregrinación marianos más importantes del mundo.
Luego, levantándose, dijo: "Oren así. Los corazones de Jesús y María están atentos a la voz de sus súplicas". Esta aparición volvió a repetirse en más ocasiones. Se trataba de una ángel que sostenía un cáliz sobre su mano izquierda. En una de ellas éste se acercó a los niños y, dejando el cáliz en el aire les hizo repetir tres veces "Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo te ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Jesucristo...". A partir de entonces el ángel no volvió más y el 13 de mayo de 1917, fecha que coincidía con el domingo anterior a la Ascensión, estaban los tres niños en la Cova da Iria cuando atravesó el cielo un rayo y, pensando en que estallaría un temporal, decidieron volver a casa. Fue entonces cuando se le apareció una Señora vestida de blanco que irradiaba una intensa luz. Les invitó a acercarse y les anunció que regresaría todos los días 13 del mes, durante seis meses. De los tres niños, Lucía hablaba con la Virgen y Jacinta escuchaba. En aquella ocasión la Virgen les pidió que rezasen por la paz en el mundo. El día 13 del siguiente mes los niños acudieron a su encuentro, acompañados de 50 curiosos. De nuevo se volvió a aparecer la Virgen. Les anunció que pronto se llevaría al cielo a Jacinta y Francisco, mientras que Lucía viviría más años. En su tercera aparición, había por lo menos dos mil personas. Lucía le preguntó a la Virgen quién era y le pidió que realizara un milagro para que todos pudieran creerles.
La Virgen anunció que así lo haría en octubre. En estos encuentros la Virgen les hizo varias revelaciones, que luego se anunciaron con el tiempo. Hoy todavía queda una tercera parte sin descubrir. En agosto volvió a aparecerse. A pesar de la multitud que llenaba la cueva, los niños no estaban. Habían sido retenidos por el alcalde, que les exigía que revelasen los secretos que les había confiado la Virgen. Unos días después, el 19 de agosto, de nuevo se manifestó la Señora. En esta ocasión les pidió que construyeran una capilla en aquel lugar. En los sucesivos 13 de cada mes las apariciones continuaron ante miles de personas, y el 13 de octubre llegó el milagro. Apareció al mediodía y volvió que pedir que se le construyera una capilla, además de predecir el fin de la guerra. Era un día de lluvia y de repente el cielo se abrió y el sol inició una danza de luz que se repitió tres veces. Las apariciones cesaron. Tal y como predijo la Virgen, Francisco y Jacinta murieron al poco tiempo y en 1921 Lucía ingresó en un convento. De los secretos que entonces le confiaron, Lucía sólo ha revelado dos: el primero fue la visión del infierno y el segundo la difusión del ateísmo y la Segunda Guerra Mundial. En la actualidad, el tercer secreto sigue siendo un misterio, que sólo se ha confiado al Papa . Después de todo lo sucedido, Lucía tuvo más apariciones. En 1919 se le construyó una modesta iglesia en su honor, hoy convertida en una gran basílica. Junto con Lourdes es uno de los centros de peregrinación marianos más importantes del mundo.