Alcalá la Real
Localización
Desarrollo
Localidad situada a unos 75 km. de Jaén capital, en el centro de un círculo montañoso, a unos 900 m. de altitud. Su población alcanza los 25.000 habitantes. Según los últimos estudios, las primeras ocupaciones en las cercanías de Alcalá la Real se debieron producir hacia el V milenio a.C., como demuestra la existencia de cuevas cercanas de otras localidades (Zuheros , Castillo de Locubín ). Se cree que debió ser lugar de paso y asentamiento durante el Neolítico, cuya gente se dedicaría al pastoreo. En la Edad de Bronce, estos grupos se establecieron en la zona cercana al cerro de San Marcos, al norte del actual casco urbano y a unos mil metros de altitud. En el siglo II a.C. la zona norte del término fue colonizada por túrdulos provenientes de la Campiña de Jaén y, poco tiempo después, se produjo la llegada romana, reflejada en gran cantidad de inscripciones; Ipocobulcola o Iliturgicola, derivadas de los nombres Ipolca y Obulco, actuales Porcuna y Mengíbar, hacen pensar que alguno de estos topónimos fue el de la primera Alcalá la Real. El territorio ha dejado rastros de una importante romanización, reflejado en puentes sobre el Guadalcotón, restos de calzadas romanas que conducían a Martos, aljibes, restos de muralla y morteros encontrados en el interior de la iglesia Abacial de la Mota . Dentro del casco urbano se ha encontrado en una de las excavaciones una estatua de mármol representando a Hércules. Importante en su estructura actual ha sido también el periodo bajo dominación árabe.
Durante estos 630 años de presencia musulmana, la ciudad adquirió parte de su configuración actual, teniendo como joya interior la fortaleza de la Mota . En el siglo XI, Alcalá quedó incluida en el reino ziri de Granada. En el 1074, el rey Alfonso VI , aprovechando las luchas entre Granada y Sevilla, impuso el cobro de tributos a cambio de no hostigar ambos territorios; la negativa de éstos provocó el enfrentamiento, conquistando la ciudad el monarca castellano. Alcalá, sin embargo, pronto volvió a control musulmán, siendo el siglo XII el de máximo apogeo y desarrollo cultural. En el siglo XIII, Alcalá y su territorio de influencia cayeron alternativamente en manos cristianas y musulmanas, hasta la conquista definitiva por el rey Alfonso XI (1341), dándole el nombre de Real, concediéndole el fuero de Jaén y en feudo la villa de Castillo de Locubín. A partir de este momento, Alcalá la Real vivió un rápido aumento de la población, provocando la salida extramuros de la misma y pasando a ser un importante puesto fronterizo en las relaciones castellano - granadinas durante todo el siglo XV. De ella partieron los Reyes Católicos en 1491 para recibir la capitulación de la ciudad de Granada, a principios de 1492. Durante toda la Edad Moderna, Alcalá la Real entró en una progresiva decadencia económica, motivada por una creciente pérdida de su importancia. A principios del siglo XIX, la antigua ciudad estaba despoblada y, tras la retirada francesa durante la guerra de Independencia, la fortaleza de la Mota sufrió un gran incendio. A partir de este momento, todo el conjunto monumental, prácticamente intacto hasta el siglo XIX, es desmontado silla a sillar, contando con el beneplácito municipal, sin que se haya producido un importante esfuerzo de prservación hasta hace poco, cuando se ha iniciado la reconstrucción de la fortaleza.
Durante estos 630 años de presencia musulmana, la ciudad adquirió parte de su configuración actual, teniendo como joya interior la fortaleza de la Mota . En el siglo XI, Alcalá quedó incluida en el reino ziri de Granada. En el 1074, el rey Alfonso VI , aprovechando las luchas entre Granada y Sevilla, impuso el cobro de tributos a cambio de no hostigar ambos territorios; la negativa de éstos provocó el enfrentamiento, conquistando la ciudad el monarca castellano. Alcalá, sin embargo, pronto volvió a control musulmán, siendo el siglo XII el de máximo apogeo y desarrollo cultural. En el siglo XIII, Alcalá y su territorio de influencia cayeron alternativamente en manos cristianas y musulmanas, hasta la conquista definitiva por el rey Alfonso XI (1341), dándole el nombre de Real, concediéndole el fuero de Jaén y en feudo la villa de Castillo de Locubín. A partir de este momento, Alcalá la Real vivió un rápido aumento de la población, provocando la salida extramuros de la misma y pasando a ser un importante puesto fronterizo en las relaciones castellano - granadinas durante todo el siglo XV. De ella partieron los Reyes Católicos en 1491 para recibir la capitulación de la ciudad de Granada, a principios de 1492. Durante toda la Edad Moderna, Alcalá la Real entró en una progresiva decadencia económica, motivada por una creciente pérdida de su importancia. A principios del siglo XIX, la antigua ciudad estaba despoblada y, tras la retirada francesa durante la guerra de Independencia, la fortaleza de la Mota sufrió un gran incendio. A partir de este momento, todo el conjunto monumental, prácticamente intacto hasta el siglo XIX, es desmontado silla a sillar, contando con el beneplácito municipal, sin que se haya producido un importante esfuerzo de prservación hasta hace poco, cuando se ha iniciado la reconstrucción de la fortaleza.