Arévalo
Localización
Desarrollo
Localidad de Castilla y León situada en la provincia de Ávila, es capital de la comarca de La Moraña. Esta villa, de tradición guerrera, es una importante muestra del mudéjar abulense y ha sido declarada Conjunto Histórico Artístico. Los orígenes de Arévalo son ciertamente confusos ya que no se ha podido constatar ocupación humana en época prehistórica debido a la carencia de materiales que atestigüen asentamientos, aunque sí se han descubierto yacimientos en los alrededores, de etapa Calcolítica (2.500 a.C.). Sin embargo, su estratégica posición geográfica hace pensar que debió haber algún tipo de ocupación. El topónimo Arévalo es de raíces célticas y significa "cerca de la barrera", aludiendo a su situación geográfica. Según las últimas teorías, su núcleo urbano se comenzó a formar con las invasiones de pueblos celtas (vacceos y arévacos). De etapa romana se han conservado pocos restos, como un pequeño puente del camino de la Vega, sillares funerarios de granito y restos de la calzada del siglo II que, desde Ávila, se dirigía al Duero paralela al Adaja. Tras la caída del Imperio Romano y la llegada a la Península de pueblos procedentes del norte de Europa, Arévalo fue tomada por los visigodos. De su paso han quedado indicios materiales, como un sarcófago conservado actualmente en dependencias municipales. La llegada árabe en el 711 supuso la ocupación de la zona de norteafricanos bereberes que pronto se mezclaron con la población anterior.
La primera referencia escrita sobre Arévalo data del año 1082, cuando la ciudad fue reconquistada y repoblada por orden de Alfonso VI . Tras su reconquista, pasó a formar parte de la denominada Extremadura Castellana, franja del territorio comprendida entre el Duero y el Sistema Central. Desde muy pronto se convirtió en uno de los núcleos urbanos más prósperos de Castilla, gracias a la convivencia pacífica de las culturas cristiana, musulmana y hebrea, albergando una de las juderías más interesantes de la zona castellana. Es en este periodo cuando se lleva a cabo la construcción de iglesias, puentes o la muralla. Los siglos XII - XIII marcan un importante crecimiento de Arévalo, surgiendo edificios con arquitectura mudéjar. A pesar de la construcción del castillo en el siglo XIV, el final de la Edad Media provocó un declive demográfico y económico a toda Castilla y, en consecuencia, a la localidad. La llegada de los Borbones y la Ilustración trajo consigo una mejora de las condiciones, hasta el punto que, a mediados del siglo XVIII, es considerada una ciudad; el título, sin embargo, no le fue concedido hasta 1894. La invasión napoleónica de 1808 produjo la destrucción de parte de sus monumentos y el expolio de iglesias y conventos, perdiendo así Arévalo parte de su patrimonio. El siglo XX representó el resurgir de la ciudad desde el punto de vista económico y comercial, además de convertirse en un lugar de gran atractivo turístico.
La primera referencia escrita sobre Arévalo data del año 1082, cuando la ciudad fue reconquistada y repoblada por orden de Alfonso VI . Tras su reconquista, pasó a formar parte de la denominada Extremadura Castellana, franja del territorio comprendida entre el Duero y el Sistema Central. Desde muy pronto se convirtió en uno de los núcleos urbanos más prósperos de Castilla, gracias a la convivencia pacífica de las culturas cristiana, musulmana y hebrea, albergando una de las juderías más interesantes de la zona castellana. Es en este periodo cuando se lleva a cabo la construcción de iglesias, puentes o la muralla. Los siglos XII - XIII marcan un importante crecimiento de Arévalo, surgiendo edificios con arquitectura mudéjar. A pesar de la construcción del castillo en el siglo XIV, el final de la Edad Media provocó un declive demográfico y económico a toda Castilla y, en consecuencia, a la localidad. La llegada de los Borbones y la Ilustración trajo consigo una mejora de las condiciones, hasta el punto que, a mediados del siglo XVIII, es considerada una ciudad; el título, sin embargo, no le fue concedido hasta 1894. La invasión napoleónica de 1808 produjo la destrucción de parte de sus monumentos y el expolio de iglesias y conventos, perdiendo así Arévalo parte de su patrimonio. El siglo XX representó el resurgir de la ciudad desde el punto de vista económico y comercial, además de convertirse en un lugar de gran atractivo turístico.