Toro
Localización
Desarrollo
Poblada desde antiguo por los vacceos, algunos historiadores la han identificado con la antigua Arbocala, conquistada por Aníbal . Por el contrario, no se conocen restos romanos en la ciudad, aunque sí en sus alrededores. Durante la Reconquista formó parte del denominado "desierto estratégico del Duero", recibiendo el nombre de Toro por el verraco que se conserva frente al Arco de Santa Catalina. A partir del siglo XII comenzó a adquirir importancia política y cultural, conservándola hasta el siglo XVI e iniciando una lenta decadencia hasta el s. XVII. Un siglo después, Toro pareció salir de su letargo, hasta que, en 1833, perdió la capitalidad de la provincia, declinando nuevamente. Todavía se conservan los restos del castillo del siglo X, con sus siete cubos, el puente medieval del s. XIII, con 22 arcos apuntados, imagen típica de Toro; la muralla primitiva (s. X), todavía conserva algunos restos encastrados en los muros de algunos de los edificios. Llama también la atención el Arco del Reloj, sobre la antigua puerta del Mercado, del 1700, y que, según la leyenda, fue construido amasando todos sus materiales en vino. Como edificios importantes destacan el Palacio de las Leyes, del siglo XV, que debe su nombre a las célebres leyes de Toro, aprobadas en 1505; otros palacios importantes son el de Alcañices, el de los Marqueses de Castrillo (s. XVI), el de Bustamante (s. XV) o el de los Alcañices (s. XVI). En la Plaza Mayor se encuentra el Ayuntamiento, del siglo XVIII, con una galería de porte toscano y un ático con las armas de los Borbones. Por último, llama la atención la Plaza de Toros (s. XIX) con un interior totalmente de madera.