Vic
Localización
Desarrollo
La historia de la ciudad de Vic se remonta al siglo IV a.C. En estas fechas aparece denominada Ausa, vinculándose a la tribu ibérica de los ausetanos. La ocupación romana hizo de Vic una ciudad tributaria de gran importancia, construyéndose en el siglo II un templo en el punto más alto de la urbe. Durante la etapa visigoda, Ausa ocupó la sede episcopal. La invasión musulmana llegó también a estas tierras, siendo la ciudad destruida en el año 826 como consecuencia de la revuelta contra los partidarios de los francos. Wifredo el Velloso será el responsable de la repoblación de la plana de Vic y de la reconstrucción de Ausa. La nueva población era denominada Vicus Ausonae, de donde procede del nombre de Vic. De nuevo fue nombrada sede episcopal, construyéndose una catedral que fue consagrada por el obispo Oliba . La ciudad estaba dividida en dos jurisdicciones: una pertenecía al obispo -que la cedió al rey en el año 1316- y otra a los dueños del castillo, la familia Montcada. Esta división definirá la vida de la ciudad en la Edad Media. Será en 1450 cuando el rey Alfonso el Magnánimo unifique la villa al comprar a los Montcada su parte. En la baja Edad Media, Vic vive un periodo de crisis que se prolongará hasta el siglo XVIII. En esta centuria se produce una intensa reactivación económica y demográfica que permite el embellecimiento de la ciudad y la construcción de importantes edificios. En el siglo XIX de nuevo se produce un periodo de crisis que será superado gracias a la construcción del ferrocarril que unía la urbe con Barcelona, en el año 1875. La recuperación económica traerá consigo un importante resurgimiento cultural gracias al Seminario, enlazando así con la Escuela Catedralicia medieval y la Universidad Literaria renacentista. Tras la Guerra Civil y la posguerra, Vic ha ido recuperando el peso específico que había tenido tradicionalmente dentro del contexto de Cataluña.