Etruria Clásica
Desarrollo
Cuando las guerras del Peloponeso se desatan en Grecia, las diferentes polis implicadas en la lucha emplearon sus colonias como arma contra los enemigos, en una política de enfrentamiento primero, y abandono después. Las ciudades etruscas que comerciaban e intercambiaban obras de arte con las colonias griegas del sur de Italia se vieron tremendamente afectadas por los conflictos. Se produjo un hundimiento económico y cultural. De esta época se conserva la llamada Tumba de los Demonios Azules, en Tarquinia, que introduce una iconografía nueva, como es la barca de Caronte, que cruza la laguna Estigia a las almas de los difuntos. Una consecuencia de la Guerra del Peloponeso fue el enfrentamiento de potencias aliadas. Así, Tarquinia se enfrentó a Roma que se encontraba en el período republicano, con tales perjuicios para ambas, que se firmó una tregua de 30 años. Esto permitió una cierta recuperación artística: se incorporan nuevas imágenes del Hades, como el banquete de Plutón, y se añaden ciclos políticos alusivos a las batallas con Roma. Además, se comienza con el retrato funerario, que se diferencia del griego en que éste es un retrato moral y el etrusco es fisonómico, modo que adoptó el arte romano también. Tras la tregua, la guerra continuó, esta vez desequilibrada hacia el lado romano: Tarquinia termina rindiéndose. Toda Etruria entra en un período de dependencia de la potencia romana, que se ha volcado en el aspecto cultural hacia el Helenismo. El fin de la cultura etrusca llega hacia los siglos II-I a.C.